Adolescencia: crecer en medio del caos hiperconectado

foto-resumen

Por Mariana Sofía Jiménez Nájera (Este texto contiene algunos spoilers de la serie Adolescencia de Netflix). Ser un adolescente nunca es fácil. Independientemente de los cambios biológicos a los que toda persona está sujeta en esta etapa de la vida, y sin importar la época, encarar los ideales establecidos por la sociedad es una realización que viene a los preadolescentes y adolescentes como un golpe violento. Sin embargo, la cotidianidad del uso del Internet y las redes sociales han representado obstáculos significativos para su desarrollo integral. “El mundo de los niños hoy se ve muy diferente a comparación de cómo se veía para sus padres… la popular serie de Netflix Adolescencia captura justamente lo vasta que pueden ser esas diferencias”. – Mike Males, San Francisco Chronicle. El mes pasado se estrenó la miniserie de Netflix, Adolescencia, la cual causó furor entre los televidentes por los impresionantes planos secuencia que tienen, la duración de los episodios completos y las auténticas actuaciones de las y los actores; pero también por la calidad del guion, realismo y enfoque a la que se le dio a este proyecto. El protagonista de la serie es Jamie, un adolescente de tan solo 13 años que es acusado de asesinar a una compañera de clase. Sin embargo, es durante toda la serie que los espectadores somos envueltos totalmente en los distintos puntos de vista de este mismo evento, donde el espectador se ve comprometido a convertirse en testigo durante distintas interacciones que suceden en paralelo al arresto e investigación de Jamie. Conversaciones entre investigadores y policías, discusiones familiares y pláticas entre murmullos de los estudiantes de la escuela a la que acude el acusado nos dan valiosa información para intentar comprender el entorno del adolescente moderno. Y más allá de conocer los detalles del asesinato o el juicio en sí, la serie gira en torno a una pregunta que tanto espectador como personajes nos podemos hacer a lo largo de toda la serie: ¿por qué Jamie, un joven aparentemente “normal” no problemático, cometería un acto tan atroz? Lo que, en mi opinión, hace tan interesante la serie no es que esta pregunta se responda con certeza, sino que, al finalizar los cuatro capítulos, esta se deriva en otras que nos dejan reflexionando sobre la situación actual que viven las y los adolescentes y lo mucho que varios de nosotros no comprendemos de ellos… y mucho menos la atmósfera y el contenido al que todos los días están expuestos desde sus dispositivos tecnológicos. Esto se ve reflejado específicamente en el episodio que se lleva a cabo dentro de las instalaciones del colegio al que asistía Jamie, donde el investigador a cargo se ve en total desventaja al tratar de comunicarse con la multitud de estudiantes. Incluso, se podría decir que este personaje, quien tiene un hijo en la misma escuela, está tratando de hablar con “alienígenas”, ya que, al parecer, hablan lenguas totalmente diferentes. Hubo partes en el capítulo mencionado anteriormente en donde, en lo personal, sentí desesperación al no entender las actitudes y comportamientos de los adolescentes; quienes parecen tomarse como broma lo sucedido, en vez de cooperar directamente con las autoridades. Eso me hizo reflexionar acerca de mis propios sentimientos y el porqué de mi desesperación. Considero que muchos adultos podrían tener esta misma sensación. Todo esto me llevó a la conclusión de que mi perspectiva de la vida ha cambiado bastante a lo largo de los años, y que también mi falta de paciencia y contacto con personas en esta etapa de la vida son grandes influyentes. Hasta pareciera que olvidé por completo lo que fue ser una adolescente, pero más allá de eso, muchos de nosotros también olvidamos contemplar el panorama actual de la juventud, el cual, aunque parecido en varios aspectos, es muy distinto en otros, tales como: situación familiar, economía, escolaridad, antecedentes médicos, etc. La hiperconectividad Ahora bien, algo importante a considerar es el impacto de la hiperconectividad en los adolescentes. Las pantallas de celulares y computadoras son la ventana hacia el exterior para millones de jóvenes alrededor del mundo, lo cual puede ser bastante abrumador con la sobresaturación de información a la que estamos sometidos constantemente; especialmente cuando las plataformas más utilizadas son regidas por algoritmos que buscan captar nuestra atención y vender productos y servicios. La pubertad, de por sí, es una etapa compleja, ahora lo es más con el ascenso de las redes sociales. Los adolescentes usualmente ven en sus páginas de inicio vidas y cuerpos idealizados, lo cual no es un problema que salió de estas plataformas, pero los amplifican. Sentimientos negativos de comparación, baja autoestima y depresión son algunos de los malestares emocionales que muchos adolescentes enfrentan al utilizar redes sociales. Asimismo, los jóvenes son propensos a recibir cyberbullying y ser acosados en sus perfiles de redes sociales. En Adolescencia, Jamie recibe comentarios agresivos en Instagram de parte de una compañera de clase, los cuales han sido “aprobados” (en forma de “me gusta”) por varios de sus conocidos; lo cual hace que, en un solo comentario, más personas se vean involucradas en la agresión. Como vimos anteriormente, el cyberbulling viene de personas conocidas, pero también puede venir de desconocidos. De esta manera, los usuarios que decidan hacerse cuentas falsas o esconder su nombre, sienten que tienen un escudo en el cual pueden decir o hacer lo que sea sin dañar su persona. Adicionalmente, el anonimato que pueden proveer varios sitios en Internet es contraproducente. Un ejemplo latente es el de la pornografía, en donde la BBC afirmó que niños de hasta 9 años están expuestos a este tipo de contenido, ya que es posible acceder a estos sitios sin tener una cuenta y sus métodos de verificaciones de edad son débiles. Aun así, muchos de ellos no tendrán que buscarlo, ya que, a pesar de contar con parámetros parentales, el estudio de la BBC dice que 38 % de las infancias se encuentran con videos sexuales y de violencia en redes sociales como YouTube, Snapchat, TikTok, etcétera. Desgraciadamente, debido al enorme volumen de contenido que se sube a estas plataformas todos los días por distintos usuarios, a veces puede ser difícil para las compañías detectar el material no apto rápidamente. El acceso de menores a la pornografía tiene enormes impactos negativos en la psicología de infancias y jóvenes, ya que afecta su salud mental al normalizar conductas que no son normales como la violencia, la objetificación y la misoginia. La manosfera Es bien sabido que el mundo se enfrenta a una grave epidemia de soledad, con un énfasis en los hombres. Por lo que refugiarse en distintas plataformas en el universo del Internet como pueden ser los chatbots, foros y grupos, se ha convertido en una de las maneras que estas personas tienen para encontrar apoyo, compañía y consuelo. Sin embargo, mientras que muchos de estos colectivos pueden ser positivos y basarse en pasatiempos o gustos en común, también existen grupos que pueden ser dañinos para personas vulnerables, específicamente para los adolescentes. Es en el tercer capítulo de la serie, en una intrigante plática entre Jamie y una psicóloga, que el público puede conocer la psique del adolescente; y nos da un vistazo acerca del contenido que pudo influir en su comportamiento. Es a lo largo de este plano secuencia que la psicóloga interroga a Jamie acerca del contenido que comparte en redes sociales e incluso hace una mención a la manosfera (manosphere, en inglés), término que García Minogo define para The Conversation como “el conjunto de subculturas digitales que comparten una visión misógina del mundo y una perspectiva negativa hacia el feminismo”. Los hombres que conforman estos grupos discuten temas sobre la masculinidad así como salud, videojuegos y política, por lo que puede ser difícil para los familiares notar a simple vista el contenido que consumen sus hijos, el cual también está envuelto en misoginia y falsas expectativas para jóvenes del sexo masculino. La manosfera muchas veces se basa en datos no reales que comparten, también ofrecen cursos y “consejos” que pueden ser muy dañinos para la salud mental de estos jóvenes. Sin embargo, consumir este contenido puede ser muy atractivo para ellos, ya que es una forma de crear una narrativa en la que las mujeres tienen la culpa de su soledad o rechazo, y que son inferiores a ellos; lo que fomenta la violencia. Lamentablemente, esta mentalidad ha repercutido en actos violentos hacia las mujeres, e incluso fue lo que inspiró la creación de Adolescencia. Niños, niñas y adolescentes en todo el mundo peligran al adoptar conductas negativas a través de lo que les muestre el ciberespacio. En Australia han pasado una ley donde se establece el límite de edad para utilizar las redes sociales. En varias escuelas de los Estados Unidos están considerando e incluso implementando medidas para la prohibición de smartphones dentro de las instalaciones escolares. Pero, ¿realmente esta es la respuesta para proteger a los jóvenes? Comunicación de alto valor e impacto Claro, niños, niñas y jóvenes pueden utilizar conceptos de la manosfera, lo cual puede ser alarmante en primera instancia, pero es importante que guardianes y familiarescuestionen si utilizan las palabras inocentemente por ver videos de TikTok o si su percepción de género realmente ha cambiado. A lo largo del segundo capítulo, resalta mucho la falta de involucramiento por parte de madres y padres e incluso, de los propios docentes en la vida de algunos de sus personajes. Especialmente en la relación del policía que lleva el caso y su hijo. La serie deja ver que no tienen una relación cercana, así como la necesidad del joven por la atención de su padre. Sin embargo, al final podemos ver que el padre comienza a hacer un esfuerzo para convivir y comunicarse más con él. Las redes sociales y medios son enormes influencias para cambiar nuestras perspectivas e ideologías y es muy fácil adoptarlas, especialmente para los niños, niñas y adolescentes, quienes suelen pasar mucho tiempo frente a sus teléfonos y computadoras. Sin embargo, es a través de lo que ven en estos dispositivos que pueden comenzar a construir su identidad a partir de sistemas de creencias dañinas y tóxicas que pueden repercutir negativamente en la psique y a lo largo de sus vidas. Es vital que padres, madres y tutores tengan una convivencia y comunicación eficiente para no solamente estar al tanto de las nuevas modas y tendencias de los jóvenes y cuidar lo que estos consumen, sino fungir también como guías para encaminar y aclarar el panorama tan confuso y complicado de la actualidad. No es fácil, pero cuidar de la integridad de los niños, niñas y jóvenes, así como también estar presentes en sus vidas es esencial para cuidar su bienestar mental y emocional. En la serie se puede ver claramente que adultos y jóvenes se encuentran en dimensiones diferentes, lo cual puede ser desesperante, pero es tarea de los adultos tener paciencia y comprenderlos. “En vez de involucrarse con los adolescentes a través de la curiosidad y la empatía, tendemos a hablarles, como si ellos solamente fueran el problema, en vez de hablar con ellos”. – James, et al. para The Conversation. Escuchar lo que piensan, validar sus emociones y, en general, estar ahí para ellos son algunos consejos que UNICEF proporciona para entablar una relación y comunicación sana con niños, niñas y adolescentes. Son los familiares y tutores quienes deben sobrellevar el desarrollo integral de la juventud, y no dejar que los medios digitales sean quienes formen su personalidad, comportamiento y mentalidad. Adolescencia es una serie que está a la altura del revuelo y buenas críticas que ha recibido. En mi opinión, entre la gran cantidad de series de consumo rápido y sin mayores pretensiones que todos los servicios de streaming suben a sus plataformas, esta serie es una verdadera joya cinematográfica. Esta nota es solo algunos de los muchísimos temas que toca la serie, y es impresionante la manera en que esta invita a reflexionar y cuestionar nuestra realidad y el de las futuras generaciones; así como estar alertas de las consecuencias a las que podrían estar sujetos niños, niñas y adolescentes si no hacemos el esfuerzo por empatizar con ellos, escucharlos y comprenderlos.