Publicado el 05 abr. 2025
por Institute for the Future of Education ITESM
- Academia
Por Andrea Cristina Álvarez Pacheco
En esta era, donde la información está a solo un clic de distancia, las diferentes competencias y capacidades que deben poseer tanto estudiantes como trabajadores van cambiando e incrementando a la par que lo hace la tecnología. Es por eso que la alfabetización digital se ha convertido en una habilidad fundamental, pues abarca una amplia variedad de competencias que permiten a las personas navegar, comprender y participar de manera crítica dentro del entorno digital.
¿Qué es la alfabetización digital?
Tradicionalmente, el término alfabetización hacía referencia a las habilidades relacionadas con la lectura y la escritura, las cuales eran necesarias para desarrollarse efectivamente en la sociedad. Sin embargo, el concepto se ha quedado corto con los cambios drásticos del mundo moderno: aprender a leer y escribir ya no es suficiente.
No obstante, el término alfabetización digital no es nuevo, Cheryl Brown explica que, ya en 1997, Gilster la definió como “la habilidad para entender y usar información en múltiples formatos y provenientes de diferentes fuentes cuando es presentado por computadora”, sin embargo, también aclaró que va más allá de ser un grupo de habilidades relacionadas con la tecnología, “es más sobre dominar las ideas, no apretar las teclas de la computadora”.
Pero así como avanza la tecnología, el término alfabetización digital también evoluciona. Si bien Gilster estableció las bases, en la actualidad la UNESCO la describe como “la capacidad de acceder, gestionar, comprender, integrar, comunicar, evaluar y crear informaciones mediante la utilización segura y pertinente de las tecnologías digitales”, esto incluye el uso de dispositivos tecnológicos como los teléfonos celulares, computadoras, tabletas, entre otros.
En un artículo para la BBC, Alex Christian explica que la alfabetización digital anteriormente se limitaba a enviar correos electrónicos o usar un procesador de texto, pero hoy en día, se ha convertido en una mentalidad más que en una simple necesidad funcional. Se espera que tanto empleados como estudiantes y recién egresados, se adapten rápidamente a las tecnologías asociadas a su trabajo y se ajusten a herramientas y enfoques en constante transformación. No limitándose al dominio de plataformas digitales y dispositivos móviles, sino también a un entendimiento amplio de las herramientas que facilitan el trabajo en el ámbito académico y laboral, híbrido y remoto, como los programas colaborativos y las aplicaciones de mensajería en tiempo real.
Prácticas de la alfabetización digital
En el artículo Digital Literacy for the 21st Century, perteneciente a la cuarta edición de la “Enciclopedia de ciencias de la información y tecnología”, Spires, Medlock Paul y Kerkhoff aseguran que las prácticas de la alfabetización digital involucran tres habilidades principales: 1) encontrar y consumir contenido digital, 2) crear contenido digital y 3) comunicar y compartir el contenido digital; todo a la vez que se realiza una evaluación crítica.
Si bien el punto número uno, encontrar y consumir contenido digital, parece ser el más sencillo de cumplir, se ha demostrado que en la actualidad los jóvenes han dejado de utilizar motores de búsqueda tradicionales como Google, prefieren acudir a las redes sociales, en donde hay más posibilidad de ser víctima de la desinformación. Pues encontrar lo que se busca no es suficiente, se vuelve necesario discernir su veracidad y relevancia, aspectos esenciales que deben ser desarrollados para alcanzar el éxito educativo y laboral.
Por otro lado, el elemento número dos, crear contenido digital, incluye la creación de publicaciones en distintos formatos escritos como lo son los blogs y correos electrónicos, además de otros medios como lo serían los vídeos y los podcasts. Finalmente, el punto número tres, comunicar y compartir contenido digital, refiere a la habilidad de curar la información; lo cual contribuye a una lectura crítica del material, pues se selecciona, ordena, sintetiza y pública el contenido en el espacio digital.
La alfabetización digital trasciende el uso básico de dispositivos, pues implica desarrollar habilidades cognitivas-críticas para buscar, seleccionar, organizar y analizar información en internet; así como también se requieren competencias comunicativas para crear y compartir mensajes mediante herramientas digitales. Es un enfoque integral que combina lo técnico, lo analítico y lo comunicativo, esencial para explorar efectivamente los entornos digitales.
La alfabetización digital en una era tecnológica
Cosas tan simples como leer un artículo requiere de habilidades adicionales pues, contrario a leer en un medio tradicional, el sitio en línea puede contar con videos, publicidad, ligas, imágenes, secciones de comentarios o botones para compartir, así que en lugar de leer del inicio al fin, el usuario se ve obligado a decidir qué leer primero o a qué hacer clic.
Además, al desarrollar habilidades críticas para consultar recursos de internet, podemos prevenir la propagación de falsas alarmas en redes sociales, los fraudes a través de correos electrónicos y el phishing. Estos riesgos ponen en peligro la seguridad y privacidad de los usuarios, poniendo en peligro su integridad. Una alfabetización digital sólida nos capacita para identificar amenazas, discernir información veraz de la falsa y adoptar prácticas seguras en línea.
Es por eso que se considera que la alfabetización digital involucra cinco dominios clave para desenvolverse de manera efectiva en la virtualidad:
Alfabetización informacional y de datos: Se refiere a la capacidad para buscar, evaluar, interpretar y usar información y datos efectivamente. Esto incluye saber distinguir entre fuentes confiables y no confiables y gestionar grandes volúmenes de información.
Comunicación y colaboración: Este dominio incluye las habilidades necesarias para comunicarse adecuadamente en entornos digitales, ya sea a través de correos electrónicos, redes sociales, videoconferencias, entre otros; además de la colaboración con otros usuarios a través de herramientas digitales, como plataformas de trabajo compartido.
Creación de contenido digital: Involucra la capacidad de crear y producir contenido digital, ya sea textos, imágenes, videos o cualquier otro recurso en línea. Esto también incluye comprender y usar diversas herramientas y plataformas para la creación y edición de contenido.
Seguridad: Se enfoca en la protección de la privacidad y la seguridad en línea. Esto incluye el uso de contraseñas, la protección contra virus y fraudes, así como el conocimiento de las mejores prácticas para mantener la seguridad personal y profesional en el entorno digital.
Resolución de problemas: Este dominio abarca la capacidad de identificar y resolver problemas técnicos y digitales, desde el manejo de software y hardware, hasta la solución de inconvenientes relacionados con el acceso o el uso de la tecnología.
Herramienta esencial para el desarrollo personal y profesional
Utilizamos la tecnología en casi todos los aspectos de nuestra vida diaria, ya sea en el trabajo, para estudiar o hasta socializar; todo depende de nuestras capacidades digitales. Antes, saber usar una computadora era un valor agregado; hoy, es un requisito indispensable, una habilidad imprescindible para participar activamente en la sociedad moderna y aprovechar oportunidades laborales y educativas.
Sin embargo, la alfabetización digital va más allá de saber utilizar computadoras. Para ser digitalmente alfabetizado, es necesario desarrollar habilidades para buscar, crear contenido, resolver problemas, innovar, comunicarse eficazmente en línea y colaborar. Además, es esencial reconocer los riesgos, mantenerse seguro en internet, proteger el bienestar personal y practicar comportamientos positivos en el entorno digital, siendo este último un aspecto comúnmente olvidado.
El futuro de la alfabetización digital no sólo abarca los aspectos ya mencionados, sino que también incluirá habilidades para interactuar con tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, la automatización y el análisis de datos, además de la comprensión del funcionamiento de estas tecnologías y su uso ético y responsable. Cambiando la forma en que trabajamos, aprendemos y nos comunicamos.
Pero incluso sin miras al futuro, desde hace algunos años es una habilidad requerida para adaptarse al mundo actual, permitiendo el acceso a la información, la participación activa en la sociedad y el desarrollo de competencias esenciales para la vida cotidiana. Fomentarla es clave para un futuro más equitativo y conectado.