Conexiones sociales y el contacto ambiental propagan diferentes bacterias intestinales en ratones salvajes

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Una nueva investigación de la Universidad de Oxford ha revelado que las conexiones sociales de los ratones salvajes tienen una fuerte influencia en los microbios que se encuentran en sus intestinos. Además, el contacto social es más influyente y propaga un conjunto diferente de microbios intestinales que los transferidos a través de un entorno compartido. El estudio fue publicado en la revista Nature Ecology & Evolution. Las interacciones sociales (como el acicalamiento) entre animales proporcionan vías clave para que las bacterias intestinales, muchas de las cuales no pueden sobrevivir en el entorno exterior, se propaguen. En el nuevo estudio, los investigadores rastrearon a 100 ratones de madera salvajes (Apodemus sylvaticus) que vivían en Wytham Woods, Oxfordshire, y sus asociaciones sociales entre sí durante 10 meses, mientras secuenciaban el ADN de las bacterias intestinales de sus heces para identificar qué microbios estaban presentes. Al vincular su microbioma con sus patrones de comportamiento, descubrieron que los microbios intestinales podían propagarse tanto a través de las redes sociales como de entornos compartidos, pero estas rutas sociales y ambientales de propagación tenían efectos muy diferentes. Las redes sociales tuvieron una influencia mucho más fuerte en el microbioma intestinal, ya que las parejas de ratones asociados socialmente compartían muchas más bacterias que los ratones que solo usaban el mismo entorno. Los análisis también sugirieron que los contactos sociales y ambientales propagan diferentes tipos de microbios intestinales, con bacterias anaeróbicas (intolerantes al oxígeno) más dependientes de los contactos sociales, mientras que las bacterias tolerantes al oxígeno podrían compartirse a través del medio ambiente. La autora principal, la doctora Aura Raulo (Departamento de Biología de la Universidad de Oxford), dijo: "Nos sorprendió descubrir que diferentes microbios intestinales se propagan a través de contactos sociales y entornos compartidos entre ratones. Esto implica que el comportamiento social y los contactos con el entorno natural pueden afectar a diferentes partes de nuestro microbioma, lo que podría tener diferentes efectos en nuestra salud". Por ejemplo, se cree que las bacterias anaeróbicas, al estar "atrapadas" dentro de sus huéspedes, albergan más potencial para ser mutualistas (amigables) y saludables para sus huéspedes. Se cree que los microbios tolerantes al oxígeno, que pueden prosperar dentro o fuera de un huésped animal y cuyo destino depende menos del bienestar del huésped, tienen más probabilidades de causar enfermedades. El hecho de que los contactos sociales hayan sido tan influyentes en la configuración del microbioma intestinal de esta especie relativamente no social es sorprendente, lo que sugiere que los comportamientos sociales pueden desempeñar un papel importante en la salud, incluso en especies menos sociales. Dado que es probable que los patrones de transmisión de las bacterias intestinales sigan reglas similares en otras especies animales, estos resultados pueden mejorar nuestra comprensión de cómo las interacciones sociales y el medio ambiente dan forma a nuestros propios microbiomas. El Dr. Raulo agregó: "Si bien el microbioma es una parte importante de nuestro cuerpo e influye en nuestra salud, curiosamente no pertenece a un solo individuo, es un ecosistema anidado dentro de un sistema fisiológico. Su 'receta' específica surge de quién y con qué estamos en contacto: en parte de nuestro entorno, como nuestros contactos con la biodiversidad y el suelo locales, y quizás lo más importante de nuestra situación social: quiénes son nuestros amigos y quiénes son sus amigos". Si bien la reducción del contacto ambiental de los estilos de vida urbanos puede tener impactos negativos en nuestros microbiomas y se ha asociado con problemas como alergias y enfermedades inmunológicas, los resultados de este estudio sugieren que los contactos sociales podrían desempeñar un papel adicional en estos patrones. Las poblaciones urbanas no sólo tienen un contacto reducido con la biodiversidad local, sino que también es probable que tengan redes sociales diferentes a las de las poblaciones más rurales. A medida que cambiamos nuestra conexión social con los demás, es probable que nuestros microbiomas también cambien. En particular, los patrones de aislamiento social podrían reducir la diversidad de nuestros microbiomas y especialmente de nuestros microbios anaeróbicos. A continuación, los investigadores planean investigar cómo estos diferentes modos de propagación social frente a ambiental se relacionan con la relación que los diferentes microbios intestinales tienen con su huésped, incluido qué tan extendidos están entre las especies animales y qué tan beneficiosos son para su huésped.