Por Sebastian Wittrock Copenhague, Dinamarca, noviembre 26.- Los cánceres del tracto aerodigestivo superior (UADT) son unos de los tipos de cáncer más comunes en todo el mundo. Y en muchos casos, la enfermedad se detecta de manera tardía, lo que complica las opciones de tratamiento. Ahora, un grupo de investigadores europeos está planeando hacer algo al respecto. Cinco universidades de toda Europa se han asociado con clínicas hospitalarias de España, Bélgica e Italia, así como con varias empresas privadas, para utilizar la inteligencia artificial y la robótica con el fin de mejorar los métodos de diagnóstico y tratamiento de los cánceres de la UADT. - La IA y la robótica han alcanzado un nivel de madurez que nos permite utilizarlas en el sector sanitario y llevar este campo a nuevas cotas. Al diagnosticar y tratar a los pacientes con mayor rapidez y mejor, podemos abordar problemas de capacidad, reducir las listas de espera y, en última instancia, salvar vidas, afirma Thiusius Rajeeth Savarimuthu, profesor de robótica en la SDU y uno de los investigadores implicados. El proyecto, denominado AirCare , está financiado por la UE con un presupuesto total de 7,9 millones de euros y se desarrollará durante los próximos cuatro años, tras los cuales los socios del proyecto esperan disponer de toda una gama de productos probados y listos para obtener la certificación CE. Diagnóstico en tiempo real Los investigadores de la SDU son responsables en particular del desarrollo de un llamado SmartProbe, que puede utilizarse para diagnosticar el cáncer sin necesidad de muestras de tejido, como biopsias. El problema de las biopsias actuales no es solo que son invasivas para el paciente, ya que es necesario extraer tejido, sino que también generan demoras porque las muestras deben analizarse en un laboratorio. El sensor de los investigadores de la SDU resuelve este problema: el SmartProbe podrá pasar a través del canal de trabajo de un laringoscopio para medir las características eléctricas de las zonas sospechosas de la superficie y, mediante un algoritmo de inteligencia artificial, proporcionar un diagnóstico inmediato. - Como se realiza en tiempo real, se pueden analizar muchas más muestras de tejido con resultados inmediatos. Esto también significa que, a diferencia de las biopsias, que analizan solo un punto específico, podemos mapear el margen del tejido canceroso, dice Zhuoqi Cheng, profesor adjunto de robótica en SDU y otro investigador del proyecto. - El margen del tejido canceroso puede ayudar a determinar qué tan avanzado está el cáncer y será información valiosa para la cirugía posterior. Con el tiempo, el sensor también puede utilizarse como instrumento durante la extirpación de tejido canceroso, garantizando así la eliminación de todas las zonas afectadas. En la actualidad, las recidivas no son infrecuentes en pacientes con cáncer en las vías respiratorias superiores y digestivas. Además, los investigadores planean utilizar mecanismos de control robóticos para permitir que una sola persona opere el SmartProbe. Actualmente, las biopsias suelen requerir la intervención de varios profesionales sanitarios. Combinación con un endoscopio El nuevo sensor de la SDU se combinará con un endoscopio que están desarrollando investigadores italianos. El endoscopio también utilizará inteligencia artificial para analizar el tejido, pero en lugar de impulsos eléctricos, se basará en imágenes visuales del tejido. En la actualidad, un cirujano y una enfermera suelen inspeccionar las vías respiratorias superiores y digestivas para detectar cáncer utilizando un endoscopio. Si algo parece sospechoso, pueden introducir un pequeño instrumento por el canal de trabajo del endoscopio para tomar una muestra de tejido. Con la nueva solución, la IA ayudará al cirujano en la inspección visual inicial y proporcionará evaluaciones de tejido basadas en datos de entrenamiento. Luego, el personal puede optar por enviar la SmartProbe a través del endoscopio para confirmar el diagnóstico. Otros grupos del proyecto de investigación desarrollarán nuevos métodos para la propia cirugía del cáncer, incluido el uso de láseres y la manipulación robótica de tejidos blandos. Ética y seguridad del paciente La introducción de robots e inteligencia artificial en el tratamiento de enfermedades graves como el cáncer plantea, como es natural, numerosas consideraciones éticas. Por ello, la seguridad del paciente es una prioridad máxima para el proyecto, afirman los investigadores. - Es bastante singular que un único proyecto de investigación pase del desarrollo de la tecnología a las pruebas clínicas y casi hasta la certificación CE del producto. Esto significa que en cuatro años tendremos una tecnología en funcionamiento y todo el trabajo duro de la documentación estará hecho. Pero también significa que tenemos que tener en cuenta la ética, la ley y las aprobaciones desde el principio, dice Thiusius Rajeeth Savarimuthu. Por ello, un experto en ética y un asesor jurídico son socios en el proyecto y ya se han formulado numerosas directrices éticas. Por ejemplo, los investigadores incorporarán mecanismos de seguridad a la IA para que los algoritmos solo puedan utilizarse para el propósito previsto y en grupos específicos de pacientes. Los investigadores también enfatizan la importancia de una IA explicable, dice Zhuoqi Cheng: - Es importante que haya transparencia en los algoritmos para que siempre se pueda ver cómo llegaron a sus resultados. Al mismo tiempo, también deberían evaluar qué tan seguros están de sus resultados. Por lo tanto, si se inspecciona una zona con el endoscopio, podría indicar que hay un 80 % de probabilidades de cáncer allí. En otras palabras, los médicos seguirán haciendo el diagnóstico final, pero la nueva tecnología les ayudará a hacerlo más rápido y con mayor precisión Sobre el proyecto AirCare es un proyecto de investigación financiado por el programa Horizonte Europa de la UE. El proyecto cuenta con un presupuesto total de 7,9 millones de euros, o algo menos de 59 millones de coronas danesas. El objetivo es utilizar la robótica y la inteligencia artificial para mejorar los métodos de diagnóstico y tratamiento de los cánceres de las vías respiratorias superiores y del tracto digestivo, como el cáncer oral y el cáncer de esófago, que se encuentran entre los tipos de cáncer más comunes en todo el mundo. El cáncer oral, por ejemplo, es el sexto cáncer más común. Los socios del proyecto son: el Instituto Italiano de Tecnología (líder), la Universidad del Sur de Dinamarca (SDU), la Universidad de Lovaina, la Escuela de Estudios Avanzados Sant'Anna, la Universidad de Génova, IDIBAPS, EL.EN. SPA, BARCO NV, el Centro Austriaco de Innovación y Tecnología Médica, TIMELEX e Inventya Ventures Limited.