Educación sin fronteras: el arte de ser autodidacta

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Por Andrea Cristina Alvarez Pacheco El aprendizaje autodidacta puede ser una gran solución a tus problemas. Dándole seguimiento a nuestros propósitos de año nuevo o mejorando nuestras tácticas para alcanzar las metas del actual ciclo escolar, es posible que muchos de nosotros estuviéramos interesados en convertirnos en nuestra mejor versión, ya sea aprendiendo cosas nuevas o formando hábitos saludables. Sin embargo, el año ha avanzado y muchos de esos propósitos se ven irreales o irremediablemente imposibles. Por ejemplo, para correr un maratón no basta el deseo de hacerlo, se requiere tiempo, práctica, dedicación y conocimiento. Lo mismo ocurre con otras habilidades, ya sea hablar un nuevo idioma, tocar un instrumento musical o pintar en acuarela; para poder llegar al producto final se requiere una gama de pasos en los cuales se aprende poco a poco, en donde la práctica constante es fundamental. Sin duda, lo más sencillo sería asistir a una clase en donde una persona experta sea capaz de ayudarnos a desarrollar las capacidades y conocimientos que deseamos, pero ya sea por cuestiones económicas, de tiempo o administrativas, esta opción es inalcanzable para gran parte de la población. Es por eso que el aprendizaje autodidacta se vuelve esencial; sobre todo ahora donde el conocimiento de la humanidad se encuentra al alcance de nuestros bolsillos. Sin embargo, ¿a qué nos referimos con ser una persona autodidacta? Ser autodidacta: la mejor manera de alcanzar tus propósitos El aprendizaje autodidacta es aquella educación que no cuenta con la guía de un docente o institución. De esta forma, las personas autodidactas eligen el tema, material y tiempos de estudio, convirtiéndose así en los administradores de su propio aprendizaje. Es posible ser autodidacta a través de diferentes medios como la lectura, la investigación, la práctica y el trabajo independiente. Además permite que el aprendiente se enfoque en específicos temas de su interés. El autodidactismo no es algo sencillo, puesto que se deben poseer destrezas de organización, pensamiento crítico y simplificación de conceptos para poder entenderlo. Así, las personas autodidactas siguen su curiosidad para crear experiencias de aprendizaje únicas en donde pueden avanzar a su propio ritmo. Al mismo tiempo, el autodidactismo puede ser una actividad energizante, pues limita los sentimientos de pasividad y el burnout. Crear tus propias rutinas de aprendizaje en tu cotidianeidad te permite tomar el control de tu crecimiento, pues “saber cómo educarte a ti mismo te otorga un ventaja significativa”. Por otra parte, Dustin Wax explica que existen tres características principales en aquellas personas que logran ser autodidactas: Curiosidad: implica que te gusta conocer el mundo y buscas aprender cosas nuevas. Paciencia: te ayudará a evitar la frustración, pues aprender algo nuevo puede ser largo y complicado. Por otro lado, te permitirá tomar el tiempo necesario para dosificar la información. Identificar cómo las cosas se conectan con lo que ya sabes: comprender conceptos difíciles se vuelve más sencillo si logras identificar cómo se relaciona con aquello que comprendes bien. El aprendizaje autodidacta en la era de la información En esta era de la información se vuelve necesario aceptar que la educación tradicional no es para todas las personas: además que no toma en cuenta las capacidades e intereses de los alumnos, el conocimiento se enfoca en la teoría y repetición y no en la aplicación de lo aprendido. Por otro lado, muchas veces los horarios y lugares de clase pueden no ser ideales para algunas personas. En la actualidad existen diversas opciones para las personas que quieren aprender, pues la educación en línea facilita el acceso a distintos cursos; aún así, muchos programas de educación en línea implican un alto grado de participación activa por parte del estudiante, por lo que ser autodidacta es necesario. ¿Cómo ser autodidacta? Si bien, no existe una receta mágica para ser autodidacta, es importante considerar los siguientes puntos: Tener tus objetivos claros: ¿qué es lo que quieres lograr? Tu respuesta marcará los pasos a seguir para llegar a tu meta. No es lo mismo estudiar un segundo idioma para un viaje que estudiar un segundo idioma para usarlo en el trabajo. Considera que tus objetivos deben ser realistas. Encontrar fuentes graduales de conocimiento: empezar por lo básico es importante, no pretendas pintar en acuarela cuando ni siquiera conoces el tipo de papel adecuado para este tipo de medio (créeme, me pasó). Organiza tus lecciones y el camino a seguir: empieza siempre de menos a más, lo mejor de ser autodidacta es que tú llevas el ritmo. Establece metas a corto, mediano y largo plazo: tener distintas metas a lo largo de tu aprendizaje promoverá que la meta final no se vea tan lejana. Documenta tu proceso de aprendizaje: al ser un proceso muy largo es posible sentir frustración, ver tu proceso te permitirá saber cuánto has avanzado. Para ser autodidacta es importante ser disciplinado y ordenado, es por eso que, además de las distintas técnicas de gestión del tiempo y las aplicaciones para organizarte mejor, existen otras recomendaciones que te serán de gran ayuda para lograr tus objetivos: Haz de tu aprendizaje una rutina en lugares tranquilos y libres de distracciones. Establece un horario y encárgate de cumplirlo. No olvides descansar, toma pausas regulares para mantener la energía. Reconoce tus avances y célebralos. No tengas miedo de buscar ayuda cuando no entiendas algo. Ventajas de ser autodidacta Está de más decir que ser autodidacta trae consigo muchos beneficios, pero podemos dar repaso a algunos: Conocerte a ti mismo: al estar al mando de tu proceso de aprendizaje y establecer tus propios límites, eres capaz de desarrollar habilidades como la paciencia y la disciplina. Mejor manejo de la frustración: cometer errores y aprender de ellos te permitirá amplificar tu resiliencia y, por ende, gestionar tu frustración. Nuevas oportunidades de crecimiento: todas las capacidades y conocimientos que desarrollamos pueden abrirte las puertas a nuevas oportunidades laborales o de desarrollo. Mayor confianza y autoestima: las competencias que adquieras pueden ayudarte a resolver distintos problemas, lo que promueve la confianza en ti mismo. Mejorar tus habilidades sociales: te permitirá sentirte más cómodo en situaciones no familiares. Por otro lado, ¿sabías que Steve Irwin nunca fue a la universidad y aprendió todo lo que sabía sobre biología y zoología por sí solo? Un gran ejemplo para tomar en cuenta y simplemente hacer lo que nos apasiona. Si bien, ser autodidacta puede ser una cualidad que nos brinde ventaja en el mundo laboral, es importante considerar que no es necesario monetizar todos los aprendizajes y hobbies de nuestras vidas. Aprender por el simple hecho de conocer también es válido. Tú puedes adueñarte de tu aprendizaje La formación de hábitos y la adquisición de habilidades no ocurren de un día para otro, debes ser paciente contigo y entender que antes de alcanzar la meta debes recorrer un camino que no siempre será sencillo. Ser una persona autodidacta es una competencia para la vida, es por eso que los profesores tienen la responsabilidad de ayudar a sus estudiantes a ser independientes, para así reconocer que el docente no es la principal fuente de conocimiento. Siempre hay cosas nuevas por aprender y con la ayuda de la tecnología tienes toda la información al alcance de tu mano. ¡No tengas miedo de tener el control y atrévete a aprender algo nuevo hoy! Creéme cuando digo que ser autodidacta nunca fue tan sencillo como ahora. Imagen: Golden Sikorka.