Nueva York, Estados Unidos, noviembre 26.- La población mundial envejece. Prácticamente todos los países del mundo experimentan un aumento del número y la proporción de personas mayores. El envejecimiento de la población está a punto de convertirse en una de las transformaciones sociales más significativas del siglo XXI, con consecuencias para casi todos los sectores de la sociedad, entre ellos, el mercado laboral y financiero, la demanda de bienes y servicios, como la vivienda, el transporte y la protección social, así como la estructura familiar y los vínculos intergeneracionales. Las personas mayores son vistas cada vez más como agentes que contribuyen al desarrollo, cuya capacidad para actuar en su propio beneficio y en el de sus sociedades debe integrarse en las políticas y programas a todos los niveles. En las próximas décadas, es muy probable que muchos países se enfrenten a presiones fiscales y políticas en relación con los sistemas públicos de asistencia sanitaria, pensiones y protección social para una población de edad cada vez más avanzada. Últimas tendencias en el envejecimiento de la población Según las Perspectivas de la Población Mundial 2022, la población mayor de 65 años crece más rápidamente que la población por debajo de esa edad. La proporción de personas de 65 años o mayores aumenta a un ritmo más acelerado que la de los que tienen menos de esa edad. Esto significa que se prevé que el porcentaje de la población mundial mayor de 65 años aumente del 10% (2022) al 16% en 2050. Se estima que en 2050 el número de personas de 65 años o más en todo el mundo será el doble del número de niños menores de 5 años y casi equivalente al número de niños menores de 12 años. La migración como motor del crecimiento demográfico La migración internacional desempeña un papel fundamental en la configuración de las tendencias demográficas de varios países del mundo. En los países de renta alta, la contribución de la migración internacional al crecimiento de la población entre 2000 y 2020 fue superior al saldo de nacimientos sobre defunciones. Así pues, se prevé que la migración sea el principal motor del crecimiento de la población en los países de renta alta en un futuro previsible. Sin embargo, en los países de renta baja y media-baja, se calcula que el crecimiento de la población seguirá estando impulsado por un exceso de nacimientos sobre defunciones. Entre 2010 y 2021, 40 países o territorios experimentaron una entrada neta de más de 200.000 inmigrantes cada uno, y 17 de ellos tuvieron una entrada neta de más de un millón de personas. Algunos de los países con altos niveles de inmigración durante este período fueron Jordania, Líbano y Türkiye, debido principalmente a los movimientos de refugiados, sobre todo procedentes de la República Árabe Siria. Por otro lado, para diez países, la salida neta estimada de migrantes superó el millón durante el mismo período, debido a movimientos laborales temporales en algunos países, mientras que la inseguridad y los conflictos impulsaron la salida de migrantes en otras regiones. COVID-19 como elemento desestabilizador cambio demográfico La pandemia de COVID-19 ha repercutido en todos los aspectos del cambio demográfico, como la fecundidad, la mortalidad y la migración. En 2021, la esperanza de vida al nacer a nivel mundial se redujo a 71 años frente a los 72,8 de 2019, debido principalmente a los efectos de la pandemia. En Asia Central y Meridional, y en América Latina y el Caribe, la esperanza de vida al nacer se redujo en casi tres años entre 2019 y 2021. En algunos países, la pandemia ha provocado una reducción significativa de la esperanza de vida al nacer. Para Bolivia, Botsuana, Líbano, México, Omán y la Federación de Rusia, las estimaciones de la esperanza de vida al nacer disminuyeron en más de cuatro años entre 2019 y 2021. A pesar de que los datos disponibles sobre el efecto de la pandemia de COVID-19 en los niveles de fecundidad siguen siendo dispares, la disponibilidad y la demanda de anticonceptivos, así como las cifras notificadas de embarazos y nacimientos no deseados, se han mantenido relativamente estables en los países de ingresos bajos y medio. En los países de ingresos altos, las sucesivas oleadas de la pandemia pueden haber causado fluctuaciones a corto plazo en el número de embarazos y nacimientos. Conferencias clave sobre envejecimiento poblacional Para empezar a abordar estas cuestiones, la Asamblea General convocó la primera Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento en 1982, en la que se elaboró un informe con 62 puntos conocido como el Plan de Acción Internacional de Viena sobre el Envejecimiento. La Asamblea hizo un llamamiento para que se llevaran a cabo acciones específicas en temas tales como la salud y la nutrición, la protección de los consumidores de mayor edad, la vivienda y el medio ambiente, la familia, el bienestar social, la seguridad de ingresos y de empleo, la educación, y la compilación y el análisis de datos de investigaciones. En 1991 la Asamblea General adoptó los Principios de las Naciones Unidas en favor de las Personas de Edad, que enumeraban 18 derechos de las personas mayores relativos a la independencia, la participación social, la atención, la realización personal y la dignidad. Al año siguiente, la Conferencia Internacional sobre el Envejecimiento se reunió para revisar el Plan de Acción y adoptó la Proclamación sobre el Envejecimiento. Siguiendo las recomendaciones de la Conferencia, la Asamblea General de la ONU proclamó el año 1999 Año Internacional de las Personas de Edad. El Día Internacional de las Personas de Edad se celebra el 1 de octubre de cada año. Las acciones sobre el envejecimiento continuaron en 2002 cuando se celebró en Madrid la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento. Esta adoptó una Declaración Política y el Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento de Madrid con el objetivo de diseñar una política internacional sobre el envejecimiento. El Plan de Acción abogaba por un cambio de actitud, de políticas y de prácticas a todos los niveles para aprovechar el enorme potencial de las personas mayores en el siglo XXI. Las recomendaciones de acción específicas del Plan dan prioridad a las personas mayores y el desarrollo, la promoción de la salud y el bienestar en la vejez, y la protección de un entorno propicio y de apoyo para estas personas. ¿Sabías que...? Las últimas estimaciones de las Naciones Unidas apuntan a que la población mundial podría crecer hasta unos 8.500 millones en 2030, 9.700 millones en 2050 y 10.400 millones en 2100. A nivel mundial, la esperanza de vida al nacer de las mujeres superó a la de los hombres en 5,4 años en 2019. La ventaja de la supervivencia femenina está presente en todos los países y regiones, con una diferencia que oscila entre 2,9 y 7 años. El rápido crecimiento de la población y la alta fertilidad plantean desafíos para el desarrollo sostenible. Educar a más niños, niñas y jóvenes supone desviar recursos destinados a mejorar la calidad de la educación. Para los países con unos niveles de fecundidad que siguen siendo elevados, es probable que la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular los relacionados con la salud, la educación y el género, acelere la transición hacia una menor fecundidad y un crecimiento más lento de la población. Se prevé que la población de muchos de los 46 países menos adelantados se duplique entre 2022 y 2050, lo que supondrá un reto para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Para muchos países y territorios, incluidos algunos pequeños Estados insulares en desarrollo, los retos que plantea el crecimiento acelerado se ven agravados por su vulnerabilidad al cambio climático y a la subida del nivel del mar. La esperanza de vida en los países menos desarrollados en 2021 era 7 años inferior a la media mundial, debido en gran parte a los altos niveles de mortalidad infantil y materna, la violencia, los conflictos y el impacto de la epidemia del VIH. En 2021, alrededor de 13,3 millones de bebés, aproximadamente el 10 % del total mundial de nacimientos, nacieron de madres menores de 20 años. Esto puede perjudicar tanto la salud como el bienestar de las madres jóvenes y de sus hijos, especialmente en el África subsahariana, América Latina y el Caribe. Las mujeres superan en número a los hombres a edades más avanzadas debido a su mayor esperanza de vida. En 2022, las mujeres representaban el 55,7% de las personas de 65 años o más en todo el mundo. Se prevé que este porcentaje disminuya ligeramente hasta el 54,5% en 2050.