Robert P. Murphy, un economista y autor con una sólida formación en la tradición austriaca, discute el concepto de preferencias en términos económicos desde una perspectiva subjetivista. En su análisis, Murphy argumenta que las preferencias son una clasificación, no una medición, basándose en principios clave de la teoría económica de la Escuela Austriaca. Preferencias como Clasificación: Murphy sostiene que las preferencias de un individuo reflejan el orden en que esa persona valora opciones alternativas, pero no implican una medición cuantitativa. Es decir, cuando una persona elige entre diferentes bienes o servicios, simplemente está clasificando cuál es más deseable en ese momento, pero no está cuantificando cuánto más desea uno sobre el otro. En palabras simples, no se puede asignar un valor numérico a cuán fuerte es una preferencia, solo se puede decir que una opción es preferida a otra. Subjetividad de las Preferencias: Las preferencias son subjetivas y dependen de las circunstancias y del estado mental del individuo en el momento de la decisión. Desde esta perspectiva, no existe una "escala objetiva" que pueda medir de manera uniforme las preferencias entre individuos, ya que cada persona tiene un conjunto único de valores y deseos. Crítica a las Teorías Cuantitativas: Murphy critica la noción de que las preferencias humanas puedan ser medidas como si fueran magnitudes físicas, algo que ciertos enfoques de la economía moderna intentan hacer con herramientas matemáticas o estadísticas. Según la visión austriaca, el comportamiento humano no se ajusta a este tipo de modelos cuantitativos porque las preferencias no son comparables entre individuos ni siquiera consistentes en el tiempo para un mismo individuo. Acción Humana y Elección: Las acciones que toma un individuo revelan sus preferencias en el momento de la decisión, pero estas son siempre ordinales (clasificadas) y no cardinales (medidas). Por ejemplo, si alguien elige comprar una manzana en lugar de una naranja, solo podemos decir que la manzana fue preferida en ese momento, pero no que la persona prefirió la manzana "el doble" que la naranja. Implicaciones para la Economía: Este enfoque tiene profundas implicaciones para la metodología económica, ya que rechaza el uso de agregados cuantitativos que intentan sumar preferencias individuales (como el uso de la utilidad marginal en algunos modelos). Para Murphy, la economía debe centrarse en estudiar los patrones de comportamiento humano y las elecciones reveladas, no en tratar de medir lo que no se puede medir. Robert P. Murphy enfatiza que las preferencias humanas son clasificaciones subjetivas que no pueden ser medidas cuantitativamente. El proceso de elección refleja el orden en que un individuo valora diferentes alternativas, pero este orden no implica un valor cardinal o cuantificable.