Reseña Las ciudades del futuro deberán considerar el envejecimiento de la población para crear marcos inclusivos que satisfagan las necesidades de todas las personas. A medida que aumente la esperanza de vida, también aumentará el porcentaje de población anciana en estas ciudades, por lo que es fundamental diseñar el urbanismo de manera que sea amigable con las personas mayores. En este libro, Olga Lasaga, Carmen Parra Rodríguez y Javier Barraycoa, reconocidos investigadores de la Universidad Abat Oliba de Barcelona, presentan un panorama detallado de las aplicaciones de la tecnología en la mejora de la calidad de vida de los adultos mayores. Los autores comparten los resultados de investigaciones que arrojan luz sobre los ejes que deberán definir el desarrollo de las ciudades del futuro. Ideas fundamentales Las ciudades deben ser diseñadas para satisfacer las necesidades de las personas mayores. El aumento de la longevidad representa nuevos retos y oportunidades en el ámbito laboral. El consumo de bienes y servicios por parte de las personas mayores puede impulsar la economía. Las “zonas azules” son regiones caracterizadas por la alta longevidad de su población y las buenas condiciones de salud. Las tecnologías de la información y la comunicación pueden contribuir a mejorar las relaciones sociales y la calidad de vida. Las nuevas tecnologías pueden ser una respuesta a las necesidades de las personas mayores. Las ciudades inteligentes deben mejorar continuamente a partir del aprendizaje basado en experiencias. Los dispositivos digitales pueden mejorar y complementar la integración social y la actividad física de las personas mayores. Resumen Las ciudades deben ser diseñadas para satisfacer las necesidades de las personas mayores. A nivel mundial, la población mayor de 60 años ha ido aumentando progresivamente en los últimos años. Se estima que para el año 2050 habrá más de 2.000 millones de personas mayores en todo el planeta, muchas de las cuales se concentrarán en las grandes ciudades debido al fenómeno de la urbanización. Es imprescindible considerar a las personas mayores en la planificación de las ciudades del futuro, ya que han sido históricamente olvidadas en la toma de decisiones tanto del sector público como privado. El avance tecnológico ha de ofrecer soluciones para mejorar la calidad de vida de las personas mayores en las ciudades inteligentes. Por fortuna, hoy día existen proyectos en distintos lugares del mundo enfocados a mejorar la calidad de vida de las personas mayores en entornos urbanos que rompen las barreras que impiden la interacción social entre generaciones y evitan el aislamiento que pueden sufrir las personas mayores. Estos proyectos buscan reconstruir los lazos sociales intergeneracionales y fomentar la participación de las personas mayores en la vida urbana. “Las tecnologías de las ciudades inteligentes se basan en gran medida en el análisis de Big Data y en el Internet de las cosas para mejorar la calidad de vida de sus habitantes”. El aumento de la longevidad representa nuevos retos y oportunidades en el ámbito laboral. Debido al envejecimiento de la población mundial, es necesario cambiar el enfoque social hacia las personas mayores y revalorar su potencial. Para lograrlo, se debe convertir la fuerza laboral de las personas mayores en un motor que genere beneficios sociales y personales. Es fundamental implementar un marco normativo que flexibilice el mercado laboral en beneficio de las personas de la tercera edad. Asimismo, es necesario realizar campañas para erradicar prejuicios laborales y fomentar el diálogo intergeneracional. Las empresas deben adoptar soluciones específicas en sus departamentos de recursos humanos para mejorar el bienestar y el potencial de los trabajadores de más de 60 años. Hoy día, numerosos agentes tanto empresariales como públicos de todo el mundo han asumido los desafíos que representa la longevidad para el sistema de pensiones y la seguridad social. “Ofrecer contratos a tiempo parcial que permitan un correcto balance entre la vida laboral y la personal resulta un atractivo decisivo para que las personas mayores sigan en activo”. El consumo de bienes y servicios por parte de las personas mayores puede impulsar la economía. El envejecimiento de la población está generando transformaciones en la demanda mundial de bienes y servicios, lo que da lugar a nuevas necesidades y expectativas. En los países occidentales, hay un aumento en la población mayor que sigue llevando una vida saludable y activa, lo que representa oportunidades de innovación empresarial y del impulso al emprendimiento. En este contexto demográfico, ha surgido el concepto Silver Economy para describir los sectores directamente beneficiados por el consumo de este segmento de la población. El sector financiero también está experimentando cambios debido a este factor y debe aprovechar las oportunidades que surgirán en el futuro a causa del crecimiento del número de los consumidores mayores. El sector financiero ha experimentado cambios significativos en dos ejes fundamentales: Reestructuración – La banca clásica ha perdido el monopolio de la distribución de productos financieros debido a la aparición de modelos de financiación alternativos y a un cambio de mentalidad en la ciudadanía. Incorporación de la tecnología en el sistema financiero – Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han desestabilizado y vulnerado a las entidades tradicionales de financiación. Las transformaciones del sector financiero pueden afectar especialmente a las personas de mayor edad de los grupos vulnerables. Por ello es necesario tomar medidas para minimizar los efectos negativos que podría tener la adopción masiva de la digitalización en los canales de comunicación entre las entidades financieras y sus clientes. “La disminución del número de entidades bancarias y sus procesos de racionalización y reestructuración están provocando un fuerte aumento de la exclusión financiera, especialmente en las zonas rurales y en los municipios de menos población”. Las “zonas azules” son regiones caracterizadas por la alta longevidad de su población y las buenas condiciones de salud. En el ámbito del emprendimiento y la innovación social, es crucial medir el impacto de las medidas que aumentan la calidad de vida y mejoran las expectativas de vida. Hoy día existe un consenso general sobre lo que la sociedad debe hacer para garantizar una vida más larga y satisfactoria. Las “zonas azules” son un modelo de referencia para entender las estrategias e innovaciones sociales que podrían implementarse en todas las comunidades del mundo para alcanzar este objetivo. Estas zonas son lugares únicos que albergan poblaciones longevas con altos niveles de salud y productividad. “Las zonas azules son: Loma Linda, CA, EE. UU.; Nicoya, Costa Rica; Cerdeña, Italia; Icaria, Grecia; y Okinawa, Japón”. La experiencia de estos lugares muestra la importancia de cultivar hábitos de consumo sanos, alimentación, relación con el medio ambiente y sentido de comunidad. El emprendimiento y la innovación social tienen un papel fundamental en la adopción y reproducción de hábitos y estrategias que permitan a la sociedad mundial vivir más y mejor. Las tecnologías de la información y la comunicación pueden contribuir a mejorar las relaciones sociales y la calidad de vida. Según la investigación “Personas mayores y tecnologías de información y comunicación”, realizada por el Grupo de Investigación en Calidad de Vida, Familia y Envejecimiento de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de Chile, los adultos mayores de ese país valoran el uso de tecnologías de la información y la comunicación, puesto que contribuyen a establecer relaciones sociales satisfactorias y mejoran la percepción de la calidad de vida. El uso de estas tecnologías por parte de las personas mayores suele reducirse por la dificultad de su manejo y por los temores que generan. Por otro lado, alrededor de un tercio de las personas mayores no logran acceder a esta tecnología a causa de sus limitaciones socioeconómicas. Según las personas mayores que participaron en la investigación, durante la pandemia de COVID-19, estas tecnologías les permitieron interactuar socialmente y sobrellevar el aislamiento. “La persona mayor busca información para dar soluciones por medio del Internet a problemas que le van apareciendo en su diario vivir y a su vez aprende por el uso de la tecnología”. Las nuevas tecnologías pueden ser una respuesta a las necesidades de las personas mayores. No todos los países experimentan el mismo nivel de envejecimiento ni están preparados para hacer frente a esta situación. Muchos países no tienen las herramientas necesarias para atender las necesidades de la población mayor. Si las ciudades se preparan para aprovechar las nuevas tecnologías, pueden tener un impacto positivo en el envejecimiento de la población. Las nuevas tecnologías pueden mejorar distintos aspectos de las ciudades, como los espacios al aire libre, los edificios, el transporte, el alojamiento, la participación social, el respeto, el apoyo comunitario y los servicios de salud. Las ciudades deben contar con herramientas que faciliten la participación de las personas mayores en la sociedad y mejoren la accesibilidad a sus diversos entornos. Asimismo, es fundamental combatir los estereotipos negativos relacionados con el envejecimiento, ya que estos pueden influir en la percepción social de la vejez. Hay que reconocer que el perfil de las personas mayores es diverso y ha evolucionado con el tiempo. “Es importante tener en cuenta que las personas mayores muchas veces no ven ni escuchan bien, por lo que se debe adaptar la señalización escrita para que puedan leerla correctamente”. Las administraciones públicas deben colaborar con la sociedad, especialmente con las organizaciones de personas mayores, para mejorar sus condiciones de vida. Esta colaboración es imprescindible para enfrentar los desafíos de la población mayor. Las ciudades inteligentes deben mejorar continuamente a partir del aprendizaje basado en experiencias. En la última década se ha observado una progresiva aceptación y afianzamiento del modelo de ciudad inteligente en Santiago, Chile. Este avance ha estado impulsado por el creciente acceso a las tecnologías de la información y la comunicación, así como por la digitalización continua de servicios públicos y privados. Aunque este modelo ha sido un recurso importante para ayudar a las personas mayores a mejorar su calidad de vida y enfrentar las complejidades la pandemia de COVID-19, la brecha digital aún es un problema significativo que limita participación de las personas mayores en este modelo. Para lograr una consolidación efectiva del modelo de ciudades inteligentes, se ha de incorporar un proceso de aprendizaje continuo que se base en las experiencias y conocimientos de las personas mayores para solucionar problemas prácticos de la vida diaria, considerando sus formas particulares de habitar la ciudad. “La brecha digital en Chile se expresa fuertemente en términos generacionales entre los distintos grupos etarios, lo cual afecta principalmente al segmento de población compuesto por personas mayores a los 60 años”. Los dispositivos digitales pueden mejorar y complementar la integración social y la actividad física de las personas mayores. Hoy día es necesario crear entornos inclusivos para grupos de diferentes generaciones mediante el fomento de la actividad física. Las herramientas digitales pueden facilitar la comunicación entre personas de diversos contextos socioculturales. Asimismo, el uso de dispositivos digitales permite disminuir la brecha digital entre diferentes generaciones. Estos dispositivos digitales deben ser utilizados con el fin de complementar y mejorar la actividad física, la socialización y la integración entre grupos diversos. La interacción con pantallas en situaciones cotidianas y el uso de programas de realidad virtual permiten cumplir estos objetivos. Hay que considerar que el sedentarismo, el aislamiento social y la obesidad son problemas que aquejan a buena parte de la población, incluidas las personas mayores. Los dispositivos digitales también pueden facilitar la socialización de las personas mayores, permitiéndoles interactuar con amigos y familiares. Las aplicaciones y plataformas digitales ya están creando recursos que mejoraran la vida de los adultos mayores en cuatro áreas fundamentales: e-Salud – Permite que sigan habitando en sus propios espacios durante más tiempo de manera independiente y facilita el acceso a servicios de apoyo a diversos tratamientos. e-Asistencia – Ya existen ciertos dispositivos que pueden reconocer, comprender y procesar las solicitudes de voz, lo que permite acceder a información con mayor facilidad y realizar tareas en línea. e-Actividad física – Algunas aplicaciones combinan la actividad física, los juegos y la interacción con personas de cualquier edad. e-Ocio – Los videojuegos tienen el potencial de motivar a las personas mayores para que permanezcan activas. “Para involucrar a la tercera edad en el envejecimiento activo, los juegos intergeneracionales pueden ayudar a este colectivo a formar vínculos sociales con los jóvenes”. El objetivo de la incorporación de dispositivos digitales a la vida diaria de las personas de la tercera edad es desarrollar actividades que ayuden a la creación de comunidades intergeneracionales. Idealmente, se debe crear un entorno que promueva la actividad física. Autores Olga Lasaga es codirectora del Observatorio Laboral de la Universidad Abat Oliba CEU; Carmen Parra Rodríguez es directora de la Cátedra UNESCO Paz, Solidaridad y Diálogo Intercultural, de la Universidad Abat Oliba CEU. Javier Barraycoa es codirector del Observatorio Laboral de la misma universidad. (Getabstract)