Los lentes de Meta con inteligencia artificial integrada llegan a México, ¿cuáles son los riesgos?

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Meta anunció la llegada a México de sus nuevos lentes, equipados con inteligencia artificial, en colaboración con la marca Ray-Ban. Este nuevo dispositivo, disponible en el país desde el 19 de mayo, forma parte de la línea de productos portables (wearables technology) que permiten a quien lo utiliza acceder a distintas aplicaciones y características sin tener que utilizar las manos; en el caso de los lentes, a través del comando de voz: “Hey, Meta…” Los lentes de Ray-Ban Meta integran en su armazón una cámara y cinco micrófonos que sirven tanto para tomar fotografías y videos como para dar uso al asistente de inteligencia artificial. Una luz indicadora, también integrada en el dispositivo, tiene la función de avisar a las personas alrededor que la cámara está activada y podrían estar siendo grabados o fotografiados. La llegada de estos lentes al mercado mexicano despiertan preocupación no solo por la integración de la cámara –capaz de observar lo mismo que el usuario en todo momento– sin por la integración del asistente IA de Meta. Este software es capaz de reconocer lo que una personas está viendo a través del dispositivo y generar una descripción, lo que que puede resultar útil para reconocer lugares, edificios y monumentos, pero ¿qué ocurre con la capacidad para reconocer e identificar seres humanos? Meta anunció como una medida de seguridad la imposibilidad de los lentes de proveer información sobre las personas que está viendo. Sin embargo, un experimento realizado por estudiantes de la Universidad de Harvard logró romper este candado establecido por Meta y, configurando el dispositivo para adquirir información de fuentes abiertas, pudieron utilizar las gafas para reconocer a las personas frente a ellas, al tiempo que generaba un perfil con base en lo que podía encontrar en internet y redes sociales. La luz indicadora tampoco brinda seguridad en contra del uso furtivo de la capacidad para grabar. Las personas podrían no estar familiarizadas con las gafas ni comprender lo que la luz está indicando. Igualmente, en espacios públicos y entre multitudes, sería muy difícil alcanzar a distinguir si una persona tiene sus gafas activas o no. Esto representa un peligro para la privacidad en el espacio público y podría utilizarse como una discreta herramienta de vigilancia en contextos de activismo y protesta social. El uso continuo y cotidiano de tecnologías de videovigilancia asistida por inteligencia artificial reduce cada vez más los espacios privados. Además, la supuesta conveniencia ofrecida por este tipo de artículos permite a gigantes corporaciones de tecnología la recopilación masiva de datos, incluido datos biométricos y patrones de comportamiento, permitiendo el monitoreo, análisis y capitalización de nuestras interacciones personales. Los mecanismos propuestos por Meta para prevenir los abusos a la privacidad han sido considerados insuficientes por diversos reguladores en la Unión Europea, quienes reconocen que la luz indicadora no basta para advertir a las personas de que podrían estar siendo grabadas. La llegada de estas gafas a México debería tomarse con cautela y llevar la discusión más allá de su atractivo en el mercado de consumo hacia el impacto en nuestros derechos. Imagen: Gibrán Aquino