Por Consuelo Doddoli, Ciencia UNAM-DGDC correo Twitter Resize Resize Imprimir En las últimas décadas, los estudiosos del cerebro disponen de la neuroimagen, resonancia magnética, tomografía por emisión de positrones o la electroencefalografía, entre otras técnicas para explorar los procesos de este órgano. Por medio de estas tecnologías, es posible indagar si las diferencias anatómicas del cerebro de hombres y mujeres influyen en el desarrollo de ciertas enfermedades como el Alzheimer, Parkinson, depresión y esquizofrenia. Un órgano complejo El cerebro es el órgano más complejo y fascinante del organismo humano. Gracias a él podemos realizar acciones tan diversas que van desde respirar, caminar, hablar, comer o regular la temperatura del cuerpo hasta leer o tener pensamientos filosóficos o políticos. Está dividido en dos mitades o hemisferios que se comunican entre sí a través de una estructura llamada cuerpo calloso; es como un puente entre ellos. El cerebro produce sustancias químicas —neurotransmisores— que le permiten comunicar y coordinar a las neuronas para que se lleven a cabo todas las funciones y procesos de nuestro organismo. Existen distintos tipos de neurotransmisores y cada uno tiene diferentes funciones: regular el estado de ánimo, activar la memoria o la motricidad, entre muchas otras. Por ejemplo, cuando quieres tomar un vaso de la mesa, el cerebro envía un mensaje a los músculos a través de una larga cadena de neuronas, llamadas circuito o redes neuronales, para que éstos se muevan. Los neurotransmisores mandan la información —impulsos nerviosos— de una neurona a otra a través de las espinas dendríticas, una especie de mano que “cacha” los mensajes, mismos que son enviados a otras neuronas por medio del axón, asegura la maestra Alicia Castillo Martínez, académica de la licenciatura en Neurociencias de la Facultad de Medicina de la UNAM. El cerebro del hombre y de la mujer Si pudiéramos observar el cerebro de un hombre y de una mujer afuera del cráneo, observaríamos que macroscópicamente los dos órganos son iguales. Sin embargo, con el uso de las nuevas tecnologías para la obtención de imágenes cerebrales, como la tomografía de emisión (PET) y la resonancia magnética funcional es posible ver que existen ciertas estructuras que son diferentes en los hombres y en las mujeres. Hasta ahora, no existe ningún estudio científico serio que demuestre que los hombres sean más inteligentes que las mujeres o que las mujeres sean más inteligentes que los hombres, y ninguna de las diferencias cerebral observadas entre ambos sexos justifica algún tipo de exclusión social o desconsideración hacia la mujer o hacia el hombre, asegura la investigadora. El interés neurocientífico es investigar las conexiones neuronales o circuitos de este órgano. Mediante una técnica que permite observar cómo están conectadas las neuronas de los hombres y de las mujeres en las diferentes partes del cerebro, se observó que ellas tienen una mejor conexión neuronal entre los dos hemisferios, mientras que ellos tienen mejor comunicación entre la parte delantera y trasera del mismo hemisferio. Se cree que esta diferencia biológica, entre otras, puede estar relacionada con el hecho de que las mujeres estén más propensas a ciertos padecimientos, como la depresión, la anorexia o el Alzheimer. Se calcula que por cada varón que se diagnostica con Alzheimer, hay dos mujeres que padecen la enfermedad. En las mujeres no es fácil detectar la enfermedad en una etapa temprana porque ellas tienen mejor desempeño que los hombres para comunicarse verbal y textualmente. Es decir, si se aplica la misma prueba a un hombre y a una mujer de la misma edad, el primero sano y la mujer con síntomas iniciales de esta enfermedad, ella sale mejor evaluada. Por ello, los investigadores están trabajando en crear una prueba especial para mujeres para la detección temprana de Alzheimer. Esto permitirá tratar la enfermedad más oportunamente y retrasar su evolución entre cinco y siete años, lo cual repercutirá de manera muy importante en la calidad de vida de la paciente, explica la doctora Martínez. Los registros señalan que los hombres son dos veces más propensos que las mujeres a desarrollar Parkinson, añade la investigadora. Esta enfermedad se debe a la perdida de las neuronas en la región del cerebro que controla el movimiento y que producen un neurotransmisor conocido como dopamina. Experimentos realizados en ratas sugieren que la testosterona (hormona que se encuentran en mayores cantidades en los varones) es otro factor que influye en el daño y muerte inducida de este tipo de neuronas. Asimismo, los hombres tienen mayor predisposición, sobre todo en edades tempranas, a la esquizofrenia.