Posible recesión para México y Estados Unidos en 2025

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Por Diana Saavedra Con el consumo de origen nacional creciendo menos que en 2024, una inversión privada que decrece y un desempeño incierto en las exportaciones, es muy probable que la demanda del sector empresarial caiga en 2025, consideró José Ignacio Casar Pérez, investigador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED). Al ofrecer la charla “Situación económica en México 2025”, como parte del Seminario Universitario de la Cuestión Social (SUCS), organizado por el PUED, el académico de la Facultad de Economía (FE) detalló que estas condiciones hacen que sea muy probable que este año se registre una recesión en el país. Al revisar el comportamiento de los ciclos económicos que ha enfrentado México de 2000 a 2024, el investigador precisó que el más reciente –que abarcó de 2018 a 2024– fue peor que mediocre, con una tasa de crecimiento anual de sólo 0.8 %, cifra muy por debajo de los registrados en los de 2000-2008 y 2008-2017, que fueron de 1.6 y 1.7 %. “Esto es un cuarto de siglo perdido. Al parecer, con este retraso en la inversión y el envejecimiento de la planta productiva, la tasa potencial de crecimiento se sigue deteriorando y así lo muestran las distintas estimaciones que hay”. Ante académicos, estudiantes e investigadores reunidos en el Auditorio Maestro Jesús Silva Herzog, del Posgrado de la Facultad de Economía (FE), explicó que el bajo crecimiento obedece a un mal manejo de la política macroeconómica y a factores estructurales que inhiben la inversión, como la baja inversión pública, la falta de una reforma fiscal y de una política industrial, un sistema financiero disfuncional, además de la baja calidad y el deterioro de las capacidades institucionales. “Ésas son cosas que se arreglan o no, pero antes debemos reconocer el problema macro para volver a los niveles de la ésta, llevamos 20 años por debajo de la tasa potencial –como se ve en los ciclos–. Me temo que si seguimos insistiendo en las mismas políticas vamos a tener los mismos resultados o peores”. Durante la jornada, presidida por Enrique Provencio Durazo y Rolando Cordera Campos, coordinadores del PUED y del SUCS, respectivamente, además de Mario Luis Fuentes Alcalá, titular del Seminario de Altos Estudios del Desarrollo (SAED), y Juan Carlos Moreno-Brid, profesor de la FE, el especialista recordó que a este panorama se suma la influencia de la economía de Estados Unidos de América (EUA), sobre todo cuando Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de este país, afirmó que no van a variar las tasas de interés, lo que baja los pronósticos para la economía estadunidense. El investigador hizo hincapié en que esto es importante porque, hasta hace no mucho, el vecino del norte tenía un Producto Interno Bruto mucho más dinámico que las economías no desarrolladas, pero tras la llegada de Donald Trump a la presidencia de EUA ya se ha registrado una caída que ha comenzado a ser llamada la recesión de Trump. Casar Pérez mencionó que respecto al déficit comercial se decía que se iba a corregir, pero ante el miedo del establecimiento de los aranceles, lo que surgió fue una aceleración enorme de las importaciones de barras de oro; entonces lo que ocurrió es que el déficit en vez de bajar se elevó. En consecuencia, puntualizó, esto genera grandes temores respecto a la disminución del empleo; es por ello que se debilita el dólar, pues los inversionistas están sacando su dinero de EUA y comprando bonos en Asia o Europa.