La UABC reconoció el legado de la maestra Elvira Aurora Rodríguez Velarde, quien destacó por su espíritu de liderazgo y por romper estereotipos al ser, de las pocas mujeres estudiantes de Ingeniería Mecánica en la década de los 90 y, posteriormente, ser la primera mujer en coordinar la carrera, lo que la convirtió en un referente emblemático para la comunidad universitaria y de manera especial para la población femenina. El interés de la maestra “traspasó la resistencia de algunas personas a su alrededor que pensaban que lo mejor para ella era dirigir su camino profesional hacia otros horizontes y acudió a la Facultad de Ingeniería en donde solicitó información y al conocer los planes de estudio de las ingenierías, se decidió por la Ingeniería Mecánica”, dijo el rector de la UABC, Luis Enrique Palafox Maestre. Asimismo, comentó que la homenajeada participó activamente en diversos cuerpos académicos y colegiados de la Facultad de Ingeniería, gestionó fondos de innovación a nivel federal y atrajo recursos financieros que fortalecieron la Facultad de Ingeniería. Además, su labor se extendió más allá de esta unidad académica, ya que fue coordinadora general de Formación Profesional y Vinculación Universitaria en el último semestre de la administración rectoral 2015-2019. Palafox Maestre mencionó que el legado de la maestra Elvira Aurora Rodríguez Velarde seguirá inspirando a futuras generaciones de estudiantes, ya que, por primera vez se denominará a un espacio universitario ubicado en las unidades académicas donde se imparten carreras de ingeniería con el nombre de una mujer. Igualmente, dijo que este nombramiento de la sala audiovisual del laboratorio de Ingeniería Mecánica debe servir como “recordatorio de que hay que romper paradigmas, seguir el camino que nos dicta el corazón y tener siempre en mente que nuestras acciones, por más pequeñas que nos parezcan, pueden ser el ejemplo de alguien más”. El encargado de recibir este reconocimiento fue su esposo, el maestro Jorge Óscar Miramón Angulo, quien agradeció el homenaje a su esposa, de quien dijo era una mujer comprometida tanto con su familia como con su labor docente. Además, siempre se sintió orgullosa y satisfecha de pertenecer a la comunidad de la UABC, ya que la universidad representó para ella crecimiento personal y profesional.