Un estudio revela cómo la humanidad podría unirse para hacer frente a los desafíos globales

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Una nueva investigación dirigida por la Universidad de Oxford ha descubierto que las percepciones de las experiencias de vida compartidas a nivel mundial y la biología compartida a nivel mundial pueden fortalecer el vínculo psicológico con la humanidad en general, lo que puede motivar la acción prosocial a escala mundial y ayudar a abordar los problemas globales. Los hallazgos se han publicado en Royal Society Open Science. Muchos de los desafíos más abrumadores a los que se enfrenta la humanidad hoy en día, desde la crisis climática y la pobreza hasta la inseguridad alimentaria y el terrorismo, solo pueden superarse mediante la cooperación y la acción colectiva a escala mundial. Pero, ¿qué se necesitaría para unir a la humanidad de esta manera? De acuerdo con los resultados de un nuevo estudio, la clave podría estar en dos de los impulsores más potentes de los vínculos sociales conocidos en la psicología de grupo: la ascendencia compartida y las experiencias transformadoras compartidas, aunque compartidas no solo a nivel de la tribu, la nación o la comunidad religiosa, sino con la humanidad en general. El primer autor, Lukas Reinhardt (líder del Laboratorio de Cohesión Global del Centro para el Estudio de la Cohesión Social (CSSC) de la Universidad de Oxford, dijo: "El pensamiento de "nosotros contra ellos" está aumentando en muchos lugares de todo el mundo, exacerbando los conflictos y complicando la búsqueda de soluciones para problemas globales apremiantes. Nuestra investigación, sin embargo, sugiere que es posible fomentar una identidad global compartida que podría facilitar la cooperación a nivel global. Las implicaciones prácticas de nuestros hallazgos para los responsables políticos, las ONG, los políticos y los activistas son muy variadas". En dos estudios en los que participaron más de mil estadounidenses en total, los investigadores investigaron si la biología compartida y las experiencias compartidas con personas de todo el mundo pueden fomentar el vínculo con la humanidad en general y motivar la acción prosocial a escala global. Para explorar si las apelaciones a nuestra biología globalmente compartida pueden afectar el vínculo con la humanidad en general, los participantes del estudio vieron una charla TED impartida por el periodista A. J. Jacobs que explicaba cómo todos los humanos compartimos un ancestro común, presentándonos como una gran familia humana. Aquellos que vieron el video expresaron vínculos psicológicos significativamente más fuertes con la humanidad en general en comparación con un grupo de control cuyas actitudes se midieron antes en lugar de después de haber visto el video. Además, los participantes que vieron el video sintieron lazos sociales más fuertes con individuos que apoyaban a un partido político opuesto, en comparación con el grupo de control. Para investigar si las experiencias compartidas a nivel mundial pueden fortalecer los lazos sociales a escala global, el estudio se centró en la experiencia común de la maternidad. Los investigadores reclutaron a una muestra de madres y demostraron que las madres sentían vínculos más fuertes con otras mujeres de todo el mundo si compartían experiencias de maternidad con ellas. En cada caso, la fuerza de los lazos sociales se midió utilizando una serie de imágenes de dos círculos superpuestos: uno que representaba al participante y el otro a un grupo, por ejemplo, la humanidad en general o el grupo de todas las madres del mundo. Las imágenes diferían en el grado de superposición entre los dos círculos. Los participantes tenían que elegir la imagen que mejor representara su relación con el grupo, y las imágenes que tenían la mayor cantidad de superposición representaban los lazos sociales más fuertes con el grupo. En ambos estudios, el vínculo psicológico reportado a escala global se reflejó fuertemente en las medidas de acción prosocial. Para evaluar esto, los investigadores utilizaron una medida de economía conductual, en la que los participantes tenían que indicar cómo dividirían una cantidad de dinero entre los miembros de dos grupos diferentes en escenarios hipotéticos. Esta medida se utiliza como una herramienta práctica y rentable en experimentos para arrojar luz sobre la importancia de los participantes por los diferentes grupos y se ha demostrado que predice el comportamiento de las apuestas reales con mucha precisión. El profesor Harvey Whitehouse (director del CSSC de la Universidad de Oxford), coautor del estudio, dijo: «En el CSSC hemos estado estudiando durante años estas dos vías hacia formas fuertes de cohesión grupal, basadas en la biología compartida y las experiencias compartidas, pero esta es la primera vez que hemos demostrado que podemos crear lazos poderosos que unan a toda la humanidad. Si podemos hacer esto en un simple experimento, podemos desarrollar métodos mucho más poderosos para motivar la acción sobre los problemas globales en el futuro". Y añadió: "Recordar que todos estamos relacionados y que todos experimentamos muchos de los mismos desafíos en la vida podría ser la clave para abordar una amplia gama de problemas globales, desde los conflictos intergrupales hasta la pobreza extrema y la crisis climática".