Importancia de la demografía en la economía

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La estructura económica influye y se ve influenciada por los cambios en la demografía, a la vez que la dimensión y la composición de la población también encuentran determinantes en las capacidades productivas y de distribución de bienes de la sociedad. «¿Qué es la demografía? Responder que la demografía es el estudio de la población no es otra cosa que traducir la palabra compuesta de etimología griega (demos-grafia) y no nos acerca a la definición del objeto de estudio de la disciplina que nos disponemos a afrontar. Tampoco nos es de gran provecho la definición más divertida que parafrasea la respuesta de un célebre científico: «La demografía es aquello que estudian los demógrafos». Será mejor, pues, tratar de definir la disciplina partiendo de su objeto de estudio, es decir la población.» «Por población se entiende un conjunto de individuos, constituido de forma estable, ligado por vínculos de reproducción e identificado por características territoriales, políticas, jurídicas, étnicas o religiosas. Pero para no imponer de entrada una definición de forma artificial y pedante, no estará de más descomponerla en los elementos que la constituyen y comentarla. La definición habla de «conjunto de individuos, constituido de forma estable». Esto excluye aquellas colectividades ocasionales y transitorias como pueden ser un conjunto de individuos en un estadio, una fábrica o un ejército, que no conforman una población. No están constituidos de forma estable ya que para ello se requiere la existencia de una continuidad en el tiempo que sólo puede asegurarse mediante la reproducción. Por lo tanto una colectividad que no se reproduce no es, en general, objeto de atención del demógrafo; es obvio que los individuos de los estadios se reproducen, pero ello ocurre en el contexto más amplio de la población a la cual pertenecen y no como miembros de una colectividad de aficionados. Una población, pues, se definirá como tal si tiene continuidad en el tiempo y si esta continuidad está asegurada por vínculos de reproducción que ligan padres e hijos y garantizan la sucesión de las generaciones. Finalmente, una población se define también por las características que trazan su perfil y sus límites. Estas características pueden ser de distinta naturaleza y la más común es la geográfica, es decir, la pertenencia a un determinado territorio. Sin embargo no es la única ; la pertenencia a un determinado grupo étnico o religioso puede ser suficiente para aislar y definir a una población: piénsese en los esclavos negros de Estados Unidos antes de su liberación (e incluso después); en los hebreos antes de su emancipación; en los musulmanes y fieles de otras religiones que conviven en recíproca autonomía demográfica en Africa y Asia. En muchos casos, barreras políticas y jurídicas o de casta contribuyen a delimitar nítidamente las fronteras y separaciones entre grupos. Los límites y fronteras de las distintas poblaciones son tales que los agregados así definidos asumen su propia autonomía y estabilidad, reproduciéndose y conservándose en el tiempo.» «Así pues, el significado de población es bastante elástico; este concepto abarca tanto pequeños grupos de algunos centenares de personas aislados por motivos geográficos, religiosos, etc., que a pesar de sus exiguas dimensiones consiguen asegurar su propia reproducción y supervivencia, como grandes naciones con varios centenares de millones de habitantes.» «Una población, tal como se ha definido, tiende a perpetuarse y a permanecer en el tiempo, pero ello no significa que sea eterna. Las poblaciones se forman y se extinguen; se forman esencialmente por migraciones asociadas con adecuadas capacidades reproductivas –piénsese en el poblamiento de América por migraciones provenientes de Asia en época prehistórica y de Europa en época histórica– pero tampoco faltan ejemplos de poblaciones creadas artificialmente por imposición, desmembrando etnias, grupos o naciones anteriormente unidos.» «Una población se extingue porque la natalidad es insuficiente para compensar la mortalidad, o porque poblaciones inicialmente distintas se fusionan entre sí : en América Latina ya no existen una población europea y una amerindia, con su propia identidad y forma de vida. Del mismo modo, en los países europeos ya no existe la aristocracia como población separada endogámica (es decir con matrimonio y reproducción sólo dentro de sí misma), ya que ésta se ha fundido con otros estratos sociales.» «Todo lo dicho sirve para definir el significado de población, al menos tal como lo entienden los demógrafos, pero sólo como una primera aproximación: no es bueno, en ciencias sociales y humanas, restringir la realidad, esencialmente diversa y mutante, a definiciones de categorías construidas rígidamente. A partir de la definición de población puede deducirse una definición de la demografía, la cual estudiaría aquellos procesos que determinan la formación, la conservación y la desaparición de las poblaciones. Tales procesos, en su forma más agregada, son los de fecundidad, mortalidad y movilidad. La variedad de combinaciones de estos fenómenos, interdependientes entre sí, determina la velocidad de las modificaciones de la población, tanto en sus dimensiones numéricas como en su estructura.»

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La reproducción, núcleo teórico de la Demografía Aunque inicialmente (desde Malthus e incluso antes) las poblaciones eran estudiadas en el primer sentido, como stocks, dentro de disciplinas diversas (la economía, la sociología, la antropología…), desde finales del siglo XIX y especialmente a lo largo del siglo XX la demografía se consolida metodológicamente y crea un corpus teórico propio gracias el llamado «análisis demográfico». La particularidad que diferencia el análisis demográfico de otras maneras de estudiar la población es precisamente que la entiende como un «sistema reproductivo«, con continuidad en el tiempo. Lo que hace el «análisis» en demografía es estudiar por separado (analizar) los componentes de la reproducción del sistema: los nacimientos, las muertes y las entradas y salidas por migraciones. A partir de este «núcleo» teórico básico (la llamada ecuación compensadora), se añade investigación muy diversa sobre los respectivos determinantes de estos tres fenómenos: la composición por edades (y las pautas de cada uno de los tres fenómenos en cada una de tales edades), pero también otros comportamientos y características. La nupcialidad, la salud, la anticoncepción, la regulación legal del aborto, las estructuras familiares y convivenciales, las políticas públicas sobre vivienda o el tratamiento fiscal a las familias son algunos ejemplos de temas que la demografía puede considerar importantes, precisamente porque influyen sobre su tema nuclear: la reproducción. A menudo, el dominio de cualquiera de estos temas lleva a tal grado de especialización que el investigador necesita desplazarse hacia otros ámbitos de las ciencias sociales, como la antropología, la psicología o la economía. De ahí que la demografía acabe siendo con frecuencia, casi obligadamente, multidisciplinar; la vida, la muerte y la movilidad de las personas son objetos de estudio que afectan y transitan cualquier ciencia social. De ahí también la gran utilidad de la demografía para el resto de ciencias sociales. En la actualidad un demógrafo puede ser especialista en la reconstrucción histórica de familias a partir de registros parroquiales, en el análisis de los cambios antropométricos (como la estatura) y su relación con la salud, en las proyecciones de población activa y ocupada en el mercado laboral, o en la jubilación de los trabajadores y su efecto conjunto sobre el sistema de pensiones. Las pautas de constitución o de ruptura de parejas, la emancipación familiar de los jóvenes, la intensidad y composición por nacionalidades de los flujos migratorios, son también campos muy amplios de investigación a los que se puede dedicar toda una vida. Pero ello no debe hacernos perder de vista que la disciplina se interesa por todos estos temas porque afectan o condicionan su objeto nuclear de investigación, la reproducción de las poblaciones. Este enfoque de la demografía, que pone el énfasis sobre las poblaciones como sistemas reproductivos y no como meros stocks convencionalmente definidos, conduce a una teoría de la modernización demográfica que vengo desarrollando desde 2005 con algunos colegas. La hemos denominado la Teoría de la Revolución Reproductiva. Tomado de Livi Bacci, M. (1993), Introducción a la demografía, Barcelona, Ariel).