Se conoce como Ley de Murphy o Leyes de Murphy a un conjunto de principios empíricos que se rigen por la máxima de que “Si algo malo puede pasar, pasará”. Sin duda alguna una de las leyes más pesimistas que están en la historia de la ciencia es la Ley de Murphy, si bien dicho no se lo considera como un pilar fundamental al momento de realizar cálculos, pero al momento de realizar planes de contingencia es uno de los más citados, ya que esta Ley plantea que “Si algo malo puede pasar, pasará”. Esto no deja que ningún tipo de problema escape, ya que, aunque se arreglen 10 problemas siempre habrá 10 más por resolver. Su creador fue el ingeniero aeroespacial Edward Aloysius Murphy y formuló su ley en 1949 después de descubrir que estaban mal conectados todos los electrodos de un arnés para medir los efectos de la aceleración y deceleración en pilotos. Existen distintas versiones respecto a qué situación fue la que la motivó, o cómo se formuló inicialmente. Según una de las versiones, ante un error insospechado de su asistente, Murphy se quejó diciendo que “si esa persona podía cometer un error, lo haría con toda seguridad”. La frase se redujo a “Si algo puede ocurrir, ocurrirá” y se lo llamó con el nombre de Murphy. Otra versión afirma que el propio Murphy fue quien inventó el adagio y que lo hizo de la siguiente forma: “Si hay más de una forma de hacer el trabajo y alguna de ellas conduce al desastre, alguien lo hará de esa manera”. Primera aparición de la Ley de Murphy La Ley de Murphy se anunció públicamente por vez primera en boca de John Paul Stapp, un capitán de la Fuerza Aérea Estadounidense. Stapp trabajaba en el mismo laboratorio que Murphy, como sujeto de pruebas en experimentos con fuerzas G. En una rueda de prensa, el capitán explicó que a pesar del fracaso de los experimentos, nadie había resultado herido de gravedad porque se habían guiado por la Ley de Murphy, que los impulsaba a tomar en consideración todas las previsiones posibles. A partir de entonces la supuesta ley se hizo popular. En 1952 esta frase apareció reformulada como “Todo lo que pueda salir mal, pasará” como epígrafe del libro The Butcher: The Ascent of Yerupaja de John Sack. En 1955 el mismo enunciado apareció vinculado con Murphy por primera vez en texto impreso en Men, Rockets and Space Rats de Lloyd Mallan. Irónicamente, la ley como hoy la conocemos no fue nunca formulada por Murphy. Por el contrario, es tomada de las Leyes de Fineagle aparecidas en las novelas de ciencia ficción de Larry Niven. En ellas, una colonia de mineros de asteroides tenía su propia religión, que rendía culto a Fineagle y su profeta demente Murphy. Espíritu de la Ley de Murphy El espíritu de esta ley, sin importar cuál sea su verdadera y exacta formulación, apunta a un concepto denominado diseño defensivo. Consiste en la anticipación de los eventuales errores o desperfectos que pudieran ocurrir, dado que es muy probable que ocurran. Así, el diseño defensivo insiste en que toda innovación se produzca tomando en cuenta los peores escenarios posibles. De esa manera, en caso de que se produzcan ya existen medidas tomadas al respecto. La Ley de Murphy es una de las posibles explicaciones posibles del pesimismo. La Ley de Murphy revela un rasgo de la cultura que es el énfasis selectivo en lo negativo, o sea, la tendencia a prestar mucha más atención a las cosas que salieron mal que a las que salieron bien. En algunos casos sólo se recuerda lo negativo, llegando a la sensación de que todo siempre sale mal. Esto también es una de las explicaciones posibles del pesimismo. Por otro lado, forma parte de la tendencia de ciertas personas a atribuir los sucesos a algún tipo de divinidad o ley universal. Esta postura evita enfrentar su cuota de responsabilidad en lo que salió mal, o simplemente la arbitrariedad del universo. Las Leyes de Murphy Se habla comúnmente de las Leyes de Murphy, como un compendio, a pesar de que no exista obra alguna o tratado alguno que lo reúna, ni un texto formal al cual atribuir la autoría. Se trata de un adagio popular, al cual muchos han ido sumando, por inventiva o por error, ejemplos, adiciones y respuestas. Por lo general tiene un tinte humorístico e imaginario, hasta manejar un corpus variable de las supuestas “leyes”. Pero no existe un documento formal que las recoja o que estipule cuáles son las “verdaderas”. La Ley de Murphy es un concepto absolutamente popular, en el sentido de que resulta muy seductora y que su origen es netamente coloquial, no formal. Sin embargo, se ha intentado elaborar algún tipo de estudios respecto a su aplicabilidad práctica como una ley universal. Por ejemplo, se ha estudiado la probabilidad de que una rebanada de pan untada con mantequilla caiga con la parte untada hacia abajo. Y en efecto se ha podido comprobar que existen más factores que favorecen este último escenario, pero ninguno tiene que ver con algún tipo de ley general de la suerte o de la probabilidad. En la actualidad abundan las referencias a la Ley de Murphy en libros, filmes y otras formas de relato. Fue el título de varias series televisivas de EEUU y del Reino Unido entre la década de 1980 y los 2000. Apareció en el filme de ciencia ficción Interestelar (2014), representado en uno de sus personajes de apellido Murph. Algunas frases de origen popular que reflejan el espíritu de la Ley de Murphy: Nada es nunca tan malo que no pueda empeorar. Todo funcionará hasta que trates de probar que funciona. El autobús llegará apenas enciendas tu cigarrillo. Lo que más crece es lo que menos deseas. Los sistemas nuevos generan problemas nuevos. Los que viven cerca llegan siempre tarde. Los dolores de muelas empiezan siempre el sábado por la noche.