La resiliencia empresarial brinda a la organización la oportunidad de afrontar situaciones adversas, recuperarse y garantizar su continuidad. Esta es una cualidad que permitirá a las organizaciones adaptarse a los constantes cambios y mantener sus operaciones a lo largo del tiempo. Desde la creación de un negocio, éste se enfrenta a múltiples factores financieros que ponen en riesgo su funcionamiento y que -muchas veces- no se pueden controlar. El reto de los empresarios no solo es estar preparados para afrontar los problemas, sino tener las herramientas para sobreponerse a la situación y alcanzar los objetivos trazados. De esta manera la resiliencia empresarial es la capacidad que tiene la organización para recuperarse de los constantes cambios que sufre, poder identificar y medir las condiciones usualmente inestables de un sistema y transformarlas. Es decir, consiste en aportar nuevas ideas para que el ecosistema empresarial conformado por la organización, las personas y las áreas que componen el negocio, puedan lograr resultados deseados en medio de la adversidad. El mundo cambia constantemente, por ello las organizaciones deben estar preparadas para reconstruirse. Según Hamel y Välikangas, "la resiliencia se refiere a la capacidad de reconstrucción continua. Requiere de innovación frente a los valores, procesos y conductas de la organización que de forma sistemática favorecen la perpetuación por sobre la innovación". El concepto proviene de la Psicología y establece que es la capacidad para adaptarse a las situaciones adversas con resultados positivos. Sin embargo, el concepto ha experimentado cambios importantes desde la década de los sesenta. Imagen: Alfredo Cáceres, la Panera.