Ensenada, Baja California, octubre 19.- Frente al reto de satisfacer las múltiples demandas de la humanidad cercana a los 7 mil 900 millones de individuos, a cuyo crecimiento se agregan problemas de cambio climático, contaminación, deforestación, degradación del suelo, escasez de agua y pérdida de biodiversidad, entre otros, la biotecnología se posiciona como la opción viable para atender y superar gradualmente sus problemas dando paso a la llamada bioeconomía. Así lo señaló Saúl Fraire Velázquez durante la inauguración del VI Simposio Nacional de Herramientas de Biotecnología para una Agricultura Sustentable, que se realizó bajo la coordinación del Departamento de Microbiología del CICESE. Fraire Velázquez es presidente de la Red Nacional de Cuerpos Académicos: “Herramientas de Biotecnología para una Agricultura Sustentable”, que cada dos años realiza el simposio nacional. Este 2021, el evento fue posible gracias a la colaboración de la red con cuatro instancias del CICESE: la Dirección de Estudios de Posgrado, el Departamento de Microbiología, el posgrado en Ciencias de la Vida, el Laboratorio MS2, y su conjunción con el XIV Simposio Anual del Departamento de Microbiología del CICESE. A pesar de la pandemia, dijo Saúl Fraire Velázquez, no se detiene la biotecnología y su cúmulo de herramientas que los investigadores están usando a diario en el laboratorio para buscar mejoras e impactar en rubros tan diversos como la biodiversidad, la preservación del medio ambiente, la producción de alimentos y el bienestar general de la humanidad. En su definición actual, la biotecnología se entiende como la aplicación de la ciencia y la tecnología a sistemas biológicos y organismos vivos, así como a sus partes, productos y modelos, con el fin de modificar materiales vivos o inertes, incluso procesos, para proveer de nuevos conocimientos, bienes y servicios, señaló el también investigador de la Universidad Autónoma de Zacatecas. Recordó que la biotecnología se inició desde la domesticación de las especies animales y vegetales, hace aproximadamente 10 mil años. Los primeros productos con un toque de biotecnología quizá fueron el queso y el yogurt, productos alimenticios que para los pueblos nómadas resultaron de gran valor por su facilidad de transporte y conservación. “Hoy, la biotecnología con el avance de algunas herramientas muy poderosas como las ómicas, CRISPR-Cas9 (técnica de ingeniería genética), el enfoque del microbioma, entre otras, contribuye a dar paso a la llamada bioeconomía donde la biotecnología se sitúa y se desempeña con un papel central para alcanzar gradualmente una actividad económica sustentable y sostenible”.