Crisis bancaria mundial: causas y consecuencias

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Por Roberto Gutiérrez Alcalá El Credit Suisse, el segundo banco más grande de Suiza después del UBS, con más de 160 años de existencia y presencia en 50 países, se desplomó, debido a lo cual el UBS, precisamente, se vio obligado a rescatarlo para evitar que el mercado financiero internacional, de por sí ya apanicado por la quiebra del Silicon Valley Bank y el Signature Bank en Estados Unidos, sufriera una debacle. Depositario del patrimonio de muchos de los clientes más ricos del planeta, el Credit Suisse venía acarreando no pocos problemas desde hacía tiempo: en 2021, a consecuencia de una mala gestión, sufrió pérdidas por 1,650 millones de francos suizos y, a mediados de 2022, el Tribunal Penal Federal de Suiza lo declaró culpable de lavar millones de dólares procedentes del tráfico de drogas de la mafia búlgara. “Por si fuera poco, el año pasado también perdió depósitos por 173,000 millones de dólares, por lo que sus activos disminuyeron en 35 por ciento”, indica Arturo Huerta González, profesor de Posgrado de la Facultad de Economía de la UNAM. Centralización Se ha dicho que es necesario regular el sistema bancario, pero los grandes bancos se las ingenian para evadir cualquier regulación que se les ponga, y el proceso en el que entran al rescate de los bancos que quiebran lleva a una mayor concentración bancaria. Al respecto, el profesor universitario señala: “Si absorbe finalmente al Credit Suisse, el UBS se convertirá en el principal banco de manejo de grandes fortunas del mundo, y vayan ustedes a saber quién lo regulará, quién lo fiscalizará entonces. Se afirma que los grandes bancos están en condiciones de absorber a los bancos regionales que, por ejemplo, quiebran en Estados Unidos, pero esto lleva a una mayor centralización del capital y a un crecimiento incontenible de aquéllos. Por otro lado, no hay que olvidar que la crisis financiera de 2008-2009 fue ocasionada por los grandes bancos que especularon y evadieron las prácticas de regulación.” Propuesta Desde hace años, el economista inglés Martin Wolf propone desaparecer la banca comercial porque especula y conduce a crisis económicas recurrentes, y porque no otorga créditos al sector productivo, pues sus recursos pululan dentro del mismo sector financiero especulativo, cuando la riqueza no se genera en el ámbito financiero, sino en el productivo. Asimismo, Wolf ha manifestado que los bancos centrales deben configurarse como banca de desarrollo para otorgar créditos a las empresas productivas, ya que éstas no son sujetas de créditos por parte del sistema bancario. “Los bancos ganan por los créditos que otorgan al consumo y a los estados y municipios, y por la propia especulación que llevan a cabo, pero no otorgan créditos significativos al sector productivo. De ahí el bajo crecimiento económico que ha habido en Estados Unidos y América Latina desde la década de los años 80 del siglo pasado hasta la fecha. Así, el problema es que los bancos centrales y los gobiernos entran al rescate de los bancos que quiebran, o sea, de los mercados de capitales, para que las acciones de estos bancos fraudulentos se valoricen, pero no entran al rescate del sector productivo, de los desempleados. De este modo, siguen las mismas prácticas de siempre y no se instrumenta el mecanismo de regulación de los bancos. En todo caso, si los bancos centrales y los gobiernos rescatan a los bancos, éstos deberían ser de su propiedad para refuncionalizarlos en favor del crecimiento productivo y el empleo”, agrega Huerta González. Silicon Valley Bank Hace poco más de dos semanas, el Silicon Valley Bank, un banco con sede en Santa Clara, California, Estados Unidos, que otorgaba créditos a empresas tecnológicas, pero sobre todo préstamos a nuevos proyectos de emprendimiento, se declaró en quiebra, con lo cual puso a temblar al sistema financiero internacional. ¿Cuáles fueron las razones por las que ocurrió esto? El profesor universitario explica: “Como muchos bancos, el Silicon Valley Bank tenía activos de largo plazo, o sea, compró deuda gubernamental de largo plazo. Pero el aumento de las tasas de interés dictado por los bancos centrales –sobre todo por el de Estados Unidos, que es la Reserva Federal– para controlar la inflación, hizo que esos activos de largo plazo se desvalorizaran.” Según Huerta González, otro factor que influyó en la quiebra de este banco fue que las altas tasas de interés afectaron a las empresas con un nivel de endeudamiento alto. Por eso se retrasaron en sus pagos y comenzaron a hacer retiros de dinero para encarar sus problemas de liquidez. “Actualmente, las tasas de interés internacionales se encuentran por arriba del crecimiento de las economías y del ingreso de las empresas y los individuos, es decir, de los deudores, y esto ocasiona problemas de insolvencia que afectan la recuperación de los créditos y la propia capitalización de los bancos”, añade. En México Por lo que se refiere a nuestro país, se ha repetido que la banca mexicana tiene bastante liquidez, pero, en opinión del profesor universitario, si el banco central y la banca comercial siguen aumentando la tasa de interés y el gobierno continúa con las políticas de austeridad fiscal y recorta el gasto, la demanda y la actividad económica no dejarán de contraerse, lo cual creará las condiciones idóneas para que la cartera vencida siga creciendo. “Los bancos centrales continúan priorizando la reducción de la inflación mediante el aumento de la tasa de interés, pero en este momento una tasa de interés alta frena la actividad económica y aumenta el costo de la deuda. Ahí están los datos que apuntan a que varios países se dirigen a una recesión. México no ha crecido de 2018 a 2022, y esta situación, repito, crea problemas de insolvencia. ¿Qué hay que hacer? Bajar la tasa de interés e incrementar el gasto público para generar condiciones de crecimiento y de pago de la deuda. Sin embargo, los bancos centrales no bajan la tasa de interés ni los gobiernos incrementan el gasto público porque temen a la inflación. Finalmente, la inflación es el costo que se tiene que pagar para evitar una recesión económica y una inestabilidad y una crisis bancaria, cosa que no entienden los economistas neoliberales que predominan en los bancos centrales de todo el mundo.” A raíz de los acontecimientos recientes en el ámbito financiero internacional se ha puesto énfasis en nuestro país en la necesidad de regular el sistema bancario; sin embargo, el problema no sólo es la regulación de los bancos, sino también la política económica. “La política económica no debe responder al sector financiero, que es el que está ganando por la tasa de interés alta, la austeridad fiscal y la estabilidad de la moneda, sino a las necesidades de crecimiento económico y empleo, y eso requiere que haya una tasa de interés baja y que el sector bancario otorgue créditos al sector productivo, industrial y agrícola para impulsar las condiciones de crecimiento. ¿Cómo es posible que la banca incremente sus ganancias en un contexto en que la economía mexicana no está creciendo? El Producto Interno Bruto del cuarto trimestre de 2022 es igual al del cuarto trimestre de 2018. Entonces, hay que regular la banca a favor de lo productivo. Mientras la banca siga haciendo lo que quiere, tendremos un crecimiento económico con problemas de cartera vencida y con grandes desigualdades del ingreso en el sector financiero, en detrimento del resto de la economía”, concluye Huerta González. Como una telaraña Alicia Girón González, coordinadora del Programa Universitario de Estudios sobre Asia y África, e investigadora emérita del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, recuerda que, durante la pandemia, el precio de las acciones de Silicon Valley Bank bajó muchísimo: entre 40 y 60 por ciento. “Entonces, este banco empezó a tener problemas de liquidez. Por fortuna, la Reserva Federal de Estados Unidos y el Departamento del Tesoro decidieron rescatarlo para que todos aquellos clientes que tuvieran depósitos de más de 250 mil dólares pudieran retirar su dinero. Ahora debemos comprender que las dos funciones primordiales de cualquier banco central son controlar la inflación y ser prestamista de última instancia. Con todo, este rescate sí creó turbulencias que de inmediato se reflejaron en el Silvergate Bank y el First Republic Bank. Y es que todo lo que se relacione con el sistema financiero internacional, con el dinero, forma una especie de telaraña: si quitamos o movemos algo del centro, los extremos también se moverán y todos saldremos afectados, unos más, otros menos. Lo importante es no deshacer esa telaraña”, finaliza.