El 65% del territorio en Argentina, Chile, México y Perú carece de condiciones adecuadas para el periodismo local

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La Fundación Gabo ha publicado el estudio Desiertos de noticias locales, una investigación que analiza las condiciones del periodismo en Argentina, Chile, Colombia, México y Perú y que revela que en los cuatro primeros países los ecosistemas áridos, es decir, los desiertos y semidesiertos informativos, superan el 65% del territorio. El informe alerta de que la mayoría de las comunidades de estos países vive en contextos donde el acceso a información de calidad está restringido por la falta de medios sostenibles, la precariedad laboral y la presencia de censura y autocensura. En contraste, los llamados bosques informativos, que son los territorios donde existen condiciones razonables para el ejercicio del periodismo, representan porcentajes reducidos: en Argentina apenas alcanzan el 8,6%, en Chile el 10,8%, en México el 13,7% y en Perú el 12,3%. En Colombia, aunque no hay comparaciones directas, la investigación documenta cómo los grupos armados ilegales y la pauta oficial condicionan gravemente la labor de los periodistas en 34 municipios analizados. El proyecto, en el que participaron 118 investigadores y que se desarrolló con el apoyo de organizaciones periodísticas y académicas de los cinco países, se apoyó en una metodología de cuatro ángulos: investigación documental, encuestas a 6.133 proyectos periodísticos, análisis contextual por expertos locales y validación cualitativa de los resultados. En Argentina se constató un retroceso respecto al estudio de 2021: el país perdió más bosques de los que ganó, desaparecieron 400 medios y surgieron solo 204, lo que supone una contracción neta de 196 organizaciones periodísticas. En todos los países estudiados, los modelos de financiamiento muestran una fuerte dependencia de la publicidad oficial y de los contenidos patrocinados, lo que compromete la autonomía editorial. La precarización laboral se presenta como un rasgo estructural. En Argentina, más del 70% de los medios funciona con esquemas inestables o sin remuneración fija; en Perú, un tercio de los proyectos son emprendimientos unipersonales donde una sola persona asume los roles de reportero, editor y administrador, con gran vulnerabilidad frente a la censura y las presiones económicas; en México, solo el 34% de los proyectos ofrece contratos indefinidos; y en Chile, aunque esta cifra llega al 26%, predomina también el trabajo independiente y el voluntariado no remunerado. El estudio también muestra la escasa diversidad en las redacciones. Ningún país alcanza la paridad de género: México es el que más se acerca, con un 45% de mujeres en sus equipos. La representación indígena y afrodescendiente no supera el 11% en los países con mayores poblaciones originarias y una proporción significativa de medios prefiere no responder a las preguntas sobre diversidad. En Colombia, la investigación recoge testimonios que muestran cómo la censura y la autocensura se convierten en medidas de autoprotección en territorios donde los grupos armados ilegales imponen geografías del silencio y donde la dependencia de la pauta oficial limita la vigilancia del poder local. Las amenazas contra la prensa local se expresan en múltiples formas. En México, el 18% de los medios reportó haber recibido amenazas digitales y el 15% amenazas directas, mientras que en Perú las cifras alcanzan el 26% y el 17%, respectivamente. En Argentina, aunque la mayoría de los proyectos afirma no haber sufrido agresiones, un 28% no respondió a esta pregunta, lo que refleja un grado de opacidad en torno a las presiones. En Colombia, periodistas de regiones como Tumaco, Buenaventura o Santander de Quilichao reconocieron que han dejado de cubrir ciertos temas sensibles por temor a las represalias. El estudio subraya que Facebook es la plataforma de publicación más utilizada por los medios locales en los cinco países, con cifras que llegan al 90% en México y al 86% en Perú, mientras que formatos emergentes como pódcasts o newsletters siguen siendo marginales. La radio mantiene un peso importante, especialmente en Argentina y Chile. En paralelo, las fuentes de ingresos directas de la audiencia —suscripciones, donaciones o membresías— son todavía minoritarias en todos los países, lo que aumenta la vulnerabilidad de los medios frente a decisiones gubernamentales o recortes publicitarios. La Fundación Gabo propone cuatro ejes de acción para revertir la desertificación informativa: fortalecer la sostenibilidad de los medios con modelos más autónomos, impulsar la calidad periodística con foco en la investigación y la vigilancia del poder, garantizar la seguridad de los periodistas y reforzar la cobertura del poder local. Según Miguel Montes Camacho, director de Programas de la Fundación, este informe “reafirma la necesidad de fortalecer el periodismo de proximidad como herramienta clave para garantizar el derecho a la información y revitalizar la vida democrática desde los territorios”.