El director del área de Psicología de Investigación del Centro de Atención al Talento en México (CEDAT), Andrew Almazán Anaya, advierte sobre el riesgo de que en la próxima década más de 15 mil personas en edad infantil o adolescente con habilidades intelectuales superdotadas emigren del país y con ello, su ADN, según el especialista “materia no renovable”, situación que podría abonar a la llamada Disgenesia poblacional. Se trata de aportaciones intelectuales sobresalientes que en el futuro se desarrollarían en diversas áreas de la ciencia y según cálculos de la institución, cuesta al país aproximadamente 70mil dólares (tan solo su educación básica) que no se recuperan, no obstante el país que recibe este tipo de migración recupera la inversión de los estudios superiores de las personas superdotadas con las actividades que se desarrollan en el campo laboral, en corto tiempo. Almazán posee 9 títulos universitarios nacionales e internacionales, es considerado entre la población mexicana de superdotados y tiene 27 años. Ha estudiado durante 10 años la importancia de la detección de habilidades intelectuales a temprana edad y en sus análisis señala que sólo el 3% del posible millón de personas superdotadas en nuestro país, es reconocida. Advierte también un fenómeno conocido como Disgenesia Poblacional, es decir que la inteligencia de la población disminuye paulatinamente con lo que se pierden oportunidades de desarrollo y competitividad, por lo que le preocupa también la fuga de cerebros y de ADN que no se quedará en el país. En el mundo la media de coeficiente intelectual IQ es de 100 y en México está por debajo del 87, señaló el también investigador de Harvard. En América Latina los países con mayor puntaje son Uruguay, Argentina y Chile. Respecto a temas de igualdad, señala que las niñas generalmente son ignoradas, padecen rechazo e incomprensión en su casa y escuela, por lo que sus habilidades pasan desapercibidas y no es posible conocer sus alcances. Respecto si acaso la inteligencia es hereditaria, aún no existen resultados concluyentes y se siguen realizando estudios, experimentos y análisis en todo el mundo, sin embargo Almazán se pronuncia en la facción científica a favor de la hipótesis de que sí se transmite vía genética.