Por Oscar Tafoya El gobierno de Baja California, que encabeza Jaime Bonilla es de los últimos lugares en gasto a la educación y dificulta la ampliación de oportunidades para la ciudadanía, alerta el reporte Índice de Desarrollo Democrático de México (IDD-Mex) 2020 publicado recientemente En ese sentido, Baja California con apenas 1,831 puntos de 10 mil se colocó en la posición 28 a nivel nacional en gasto destinado a la educación. De tal manera, IDD-México recuerda que “el gasto en educación demuestra el esfuerzo de un gobierno en mejorar la educación como medio para garantizar la ampliación de oportunidades a la población”. Sin embargo, con Bonilla al frente del Ejecutivo no se registran avances. El documento asevera que “esta inversión social debe ser considerada como una política estratégica, en tanto está dirigida a evitar y superar las desigualdades y permite incrementar el capital humano en los estados”. El reporte arroja que las entidades que sobresalen con la mayor inversión son Oaxaca (10 mil puntos), Chiapas (9 mil 362 puntos), Guerrero (9 mil 142 puntos) y Tlaxcala (7 mil puntos), esta última por primera vez, y son los únicos estados que obtienen puntuaciones de alto desarrollo. “Morelos (0,476 puntos) es quien registra el peor resultado por primera vez, ya que en años anteriores había sido Campeche quien registraba la peor puntuación, salvo en 2017, donde Nuevo León había presentado el menor valor”, dice el documento. Le siguen con mínima inversión Campeche (mil 121 puntos), Quintana Roo (mil 587 puntos), Baja California (mil 831 puntos) , Zacatecas (2 mil 3032 puntos) , Nuevo León (2 mil 304 puntos), Querétaro (2 mil 400 puntos) , Coahuila (2 mil 900) y Aguascalientes (2 mil 962 puntos). “En muchas de las entidades federativas debemos hablar de rezago en salud y en educación y estos constituyen los verdaderos déficits de la democracia, porque debajo de un cierto umbral se anulan las condiciones necesarias para el desenvolvimiento democrático”, enfatiza el reporte. Asimismo, IDD-Mex indica que la democracia, permanentemente incompleta, contiene máximos realizables, especialmente en materia de ciudadanía social, que sólo están condicionados por las restricciones generadas por el grado de desarrollo de esa sociedad en un momento histórico determinado. En cada momento, lograr esos máximos depende de la creatividad y de la capacidad con que las sociedades enfrentan la coyuntura, asegura el reporte. “La eficiencia en esos logros, a su vez, crea un círculo virtuoso de desarrollo democrático, al asegurar la creación de un mayor bienestar individual y colectivo. Por el contrario, si se fracasa en esa tarea, la democracia se torna débil y crece el desencanto ciudadano”, finaliza el documento.