Imprescindible, fomentar la empatía en los espacios educativos

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Por Mirtha Hernández Ciudad de México, junio 30.- No hay buen trato sin empatía y respeto hacia las personas, sin la capacidad de escuchar sus necesidades. Por eso, es relevante que en los centros educativos se atiendan las necesidades de alumnas y alumnos, quienes acuden no sólo para adquirir conocimientos, sino además para relacionarse y vincularse afectivamente. Así lo afirmó la sexóloga María de la Almudena Paloma Andrés Domingo, del Instituto Terapia de Reencuentro, al ofrecer la conferencia “Cómo incorporar el buen trato en los vínculos afectivos”, organizado por la Facultad de Psicología (FP). El buen trato incluye el lenguaje inclusivo. Los profesionales de la educación saben que está cargado de significados. “Con él se humilla, se desacredita o, por el contrario, se dignifica”, dijo la experta en el evento efectuado en el Auditorio Silvia Macotela Flores, de la FP. Señaló también que se debe potenciar la cooperación entre las personas como una forma de interdependencia y ayuda mutua. Ir cambiando las relaciones jerárquicas de las instituciones por otras más igualitarias. “Potenciar la creación de equipos, no en función del máximo rendimiento, sino teniendo en cuenta las necesidades de las personas que la integran, para conjugar eficacia y bienestar. El buen trato se contagia”, añadió. La especialista expuso qué tan importante es que profesoras y profesores elaboren planes, programas y asignaturas los cuales potencien el buen trato, como que se atiendan los actos de abusos y maltratos que sucedan en sus espacios. Igualmente, indicó que se debe fomentar la solidaridad para que todas las personas tengan las mismas oportunidades de desarrollar una vida digna, libre de discriminaciones y violencias. “Otra práctica de buen trato en el ámbito educativo es facilitar el aprendizaje grupal, pues fomenta las relaciones igualitarias; grupos en los que se pueda compartir saberes y comunicarse sin enjuiciarse, que se pueda tomar la palabra, sentirse escuchados, y en los que, a su vez, se aprenda a escuchar”, mencionó. Esos grupos son un buen espacio para que el buen trato se contagie y produzca gozo y bienestar corporal. Los valores de igualdad, equidad, justicia y los derechos humanos deben ser los que rijan las sociedades “bien tratantes”, no sólo en el papel, sino además en su funcionamiento cotidiano, insistió. Idéntica valía La experta remarcó que hombres y mujeres poseen idéntica valía y, pese a las diferencias, tienen el derecho a ser respetados, valorados con sus diferencias y tratados con igualdad. “No hay buen trato sin respeto a las diferencias, la diversidad nos complementa y enriquece”, sostuvo María de la Almudena Paloma Andrés Domingo. Asimismo, apuntó que cuando no se respeta a los demás y se ejerce violencia, nos deshumanizamos, y aquélla puede volverse en contra de esa persona, generarle culpa y vergüenza. La prevención del maltrato, insistió, es fomentar relaciones de buen trato como una forma de educación para la salud. Además, llamó a los docentes a reflexionar sobre las causas sociopolíticas del maltrato y la violencia, así como los cambios que a nivel personal, relacional y social se requieren para ir construyendo relaciones más igualitarias.