Por Daniel Robles Los altos niveles de inflación que se registran en el país, como consecuencia de un incremento generalizado de precios han generado un problema público que debe ser considerado como un tema de prioridad nacional, por lo que el gobierno federal está obligado a revisar sus diagnósticos económicos y sus propuestas de política de corto y mediano plazos, consideró el director de la Facultad de Economía, Eduardo Vega López. El especialista destacó que en estos momentos de contracción económica, las familias de menores ingresos están siendo las más afectadas. “La abismal desigualdad social, como un lamentable rasgo estructural de nuestro país, relacionada con una muy asimétrica distribución del ingreso y una amplia cobertura de la pobreza, hace que ante la creciente inflación, quienes tienen menos patrimonio y obtienen menos ingresos, sean también quienes padecen con mayor rigor las consecuencias del alza imparable de los precios de los bienes de consumo final”. La inflación, añadió, erosiona el poder adquisitivo o la capacidad de compra de las personas y las familias, desploma el consumo de bienes finales y conduce a situaciones de menor actividad económica por la debilidad de las ventas y la incertidumbre que se genera en las cadenas de valor internas y globales. Vega López explicó que la inflación es un proceso de alza recurrente y generalizada de precios, en particular de los de los bienes y servicios que conforman la canasta básica de consumo y de los llamados “clave”. Algunos de los que conforman la canasta básica son la tortilla, el pan, el huevo, la leche, las frutas, las verduras, los tubérculos, el frijol, el arroz, los servicios de salud, de educación, de transporte y de alimentación, entre otros, que en su mayoría han tenido aumentos por encima del nivel promedio de la inflación. Sobre los llamados “precios clave” indicó que son las cotizaciones monetarias de bienes y servicios de muy amplio consumo y son los que influyen de manera muy significativa en la formación de los precios de otros muchos bienes. Pueden ser los ya mencionados como la tortilla y el transporte, además de los de gasolinas, diésel, gas, electricidad, crédito, fletes, peajes, agroquímicos, las divisas duras (el dólar, el euro, el yen), entre otros. Causas Eduardo Vega precisó que la inflación suele ser propiciada por “rigideces de oferta” que se traducen en crecientes costos de producción, almacenamiento, transportación, logística y suministro, que a su vez se traducen en altos o muy altos precios, que siguen creciendo como pasa hoy en México. También puede ser propiciada por “choques de demanda” que ocurren cuando hay una expansión dinámica de los mercados que generan más y mayores ingresos, pagos y procesos de consumo acelerado, proceso que hoy no está presente en nuestro país. Existe, además, la denominada inflación estructural ligada a procesos de importación de maquinaria, equipos y tecnología con capacidades productivas superiores al tamaño y al dinamismo del mercado en donde radican tales procesos productivos, situación que presiona el alza de los precios finales por los altos costos de importación, mantenimiento y operación de estas tecnologías, rasgo estructural de economías como la nuestra, abundó. Consecuencias La inflación, recalcó Vega López, erosiona el poder adquisitivo o la capacidad de compra de las personas y las familias, desploma el consumo de bienes finales por estar éstos muy caros y conduce a situaciones de menor actividad económica por la debilidad de las ventas y la incertidumbre que se genera en las cadenas internas y globales de valor. “Si es creciente y duradera detiene las decisiones de inversión y de proveeduría de muchas empresas de diversos giros de actividad, tamaños y localizaciones. Al caer la capacidad de compra de las personas y las familias debido al incremento de la inflación, decae el consumo y se refuerzan las brechas sociales preexistentes por desigualdad en los ingresos y la amplitud de la cobertura social de la pobreza.” Riesgos El investigador universitario advirtió que hay un riesgo real de que reaparezca la amenaza de otra profunda recesión en el futuro próximo, en caso de que se mantenga un escenario con una inflación creciente, una débil recuperación productiva y más trimestres con estancamiento económico. Por último, comentó que para los interesados en abundar en un análisis más explícito sobre las expectativas decrecientes de la actividad económica agregada en el país y la persistencia de las presiones inflacionarias, pueden consultar el más reciente número de la Revista de Economía Mexicana, Anuario UNAM 2022, de la Facultad de Economía, en www.economia.unam.mx/rev_econmex.html Imagen: Último Minuto.