Por Guadalupe Lugo García Las invenciones y su aplicación en innovaciones creadas por personas mexicanas que han cambiado la historia son numerosas, como es el caso de la píldora anticonceptiva (Luis Ernesto Miramontes Cárdenas); la tinta indeleble (Filiberto Vázquez Dávila), que impulsó la democracia en el país. De igual manera el sistema tricromático secuencial de campos, tecnología para transmitir televisión en color (Guillermo González Camarena); el sistema de tridilosa de acero y concreto (Heberto Castillo Martínez); y la pintura antigraffiti, diseñada en 2001 por investigadores de la UNAM, por ejemplo. Científicos y tecnólogos universitarios son parte importante de quienes contribuyen a generar conocimiento y valor para mejorar la calidad de vida de la sociedad, considera el coordinador de Propiedad Intelectual de la Coordinación de Vinculación y Transferencia Tecnológica (CVTT) de la UNAM, Salvador Morales Herrera. Por ello, es importante celebrar la creatividad de las y los mexicanos, reconocer el trabajo de los investigadores de la UNAM y, en general de los inventores de México, para impulsar el desarrollo tecnológico y la innovación en el país, plantea en ocasión del Día del Inventor Mexicano que se conmemora el 17 de febrero, en honor al natalicio de Guillermo González Camarena, científico, ingeniero, investigador, compositor y creador mexicano de uno de los inventos de mayor trascendencia mundial: el sistema para transmitir la señal de televisión a colores La UNAM es la institución educativa que más invenciones patenta, la que históricamente más solicitudes ingresa y a la que más se le otorgan. Considerando instituciones de educación superior, sector público y privado, centros de investigación, etcétera, en los últimos tres años el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI) le otorgó 138 patentes. Salvador Morales enfatiza: de 1976 a 2022 la UNAM obtuvo más de 600 patentes, un número considerable. Las patentes protegen invenciones, se considera invención toda creación humana que permita transformar la materia o la energía existente en la naturaleza, para su aprovechamiento por el hombre, obtener beneficios y satisfacer necesidades concretas. En su quehacer universitario, diversas facultades o institutos de la UNAM generan propuestas susceptibles de protección a través de una patente, los primeros lugares en registros concedidos son: la Facultad de Química (FQ); los institutos de Biotecnología (IBt) e Ingeniería (II); así como la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán (FESC), entre otras. El sitio web https://pi.unam.mx/home destaca que a noviembre de 2022 el top 10 de entidades con más concesiones de patentes son: la FQ, 60; IBt e II, 54 cada uno; la Facultad de Medicina, la FESC y la FI, con 38, 35 y 35, respectivamente; los institutos de investigaciones en Materiales (IIM), y de Energías Renovables (IER), 30 y 39 respectivamente y la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza (FESZ) 24. Mientras que los universitarios con mayor número de patentes concedidas son: Lourival Domingos Possani Postay (IIBt), 18; Antonio Sánchez Solis (IIM), 12; David Quintanar Guerrero (FESC) 11; Octavio Manero Brito (IIM), 10; y Rosa María Ramírez Mora (II), 9. Con ocho cada uno: Baltazar Becerril Luján (IBt); Gladis del Carmen Fragoso González (IIBm); Guillermo Gosset Lagarda (IBt); Jesús Antonio del Río Portilla (IER). Asimismo, Agustín López Munguía Canales (IBt), con siete. Salvador Morales menciona que la emergencia sanitaria por la COVID-19 incentivó las ideas e invenciones en el mundo y en México, como las invenciones de la UNAM, entre ellas el cubrebocas antimicrobiano con nanocápsulas de plata y cobre; pero también cofias y ropa en general para la protección contra el virus SARS-CoV-2 del personal médico; respiradores, un biosensor para detección de COVID-19, etcétera. Además, a nivel global se generaron más de mil solicitudes de patente relacionadas con las vacunas. Es decir, una explosión de la actividad inventiva durante la pandemia, siempre en busca de solucionar un problema, de hacer la vida más fácil, menos dolorosa. Proteger la inventiva En caso de que un inventor –académico universitario– esté interesado en la protección de una propuesta, existen entidades o secretarías de vinculación en facultades, programas e institutos. La CVTT es la encargada de buscar el fortalecimiento de la relación de la Universidad y los diversos sectores de la sociedad para acercar los beneficios del quehacer institucional a la población y al tejido productivo, público y privado del país, recuerda Morales Herrera. “Día con día, nuestros universitarios tienen un trabajo cotidiano de alta calidad: la generación de nuevos conocimientos que pueden llegar a tener aplicación y convertirse en tecnologías o productos susceptibles de ser transferidos al sector público, privado y social, y contribuir al desarrollo integral del país. Es aquí donde la CVTT realiza una primera etapa de análisis y verificación para determinar si efectivamente lo que proponen es susceptible de protección jurídica”. Posteriormente la Coordinación apoya con la gestión técnica y legal de las invenciones, de los desarrollos, con la redacción de la memoria técnico-descriptiva de conformidad con la ley y su reglamento, así como las reglas de presentación. Para el caso de la UNAM, la Dirección General de Asuntos Jurídicos es la dependencia que cuenta con la personalidad para representar a la Universidad ante el IMPI; “tiene esta facultad de presentar ante el organismo público las solicitudes de patentes, de modelos, de diseños o marcas, y recibir información con relación a algún requerimiento que pudiera haber desde el punto de vista técnico o legal”. La CVTT se hace cargo de la gestión, dar seguimiento a la solicitud y de los trámites legales y técnicos. Al final del camino, una vez que se obtiene el registro, también se encarga de mantenerlo, precisa. “Curiosamente entre más innovador es un producto, más intensiones de piratería existen, entonces, si te encuentras debidamente protegido, el camino es mucho más exitoso o seguro”, asevera. De acuerdo con Salvador Morales, debido a “la importancia de la creación o invención, y de todos los recursos que hay alrededor de esta, es importante la protección de la creatividad, pues son los inventores quienes dedican tiempo y recursos para la obtención de nuevos productos y procesos, o nuevos usos”. Precisa que la UNAM no produce ni vende lo que sus académicos inventan o que surge a partir del quehacer de la institución; sin embargo, esta especie de escaparate tecnológico patentado o protegido está a disposición del sector productivo del país, incluso de otras naciones para que lo tomen, produzcan y se logre ese círculo virtuoso donde todo mundo se beneficia.