«Los ciudadanos y las ciudadanas», «los niños y las niñas»

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En los últimos años se ha comenzado a dar un uso indiscriminado al género masculino y femenino. Un uso que va más allá de la norma lingüística. Así, muchos ven como normal y correcto el utilizar los dos géneros cuando se quieren referir al colectivo. No es raro oír eso de «niños y niñas», «todos y todas» o «muchos y muchas» por poner un simple ejemplo. La RAE ha comunicado que el uso de estas expresiones va en contra de la norma lingüística y deberá de llegar a su fin si su uso es meramente lingüístico. En el caso que se toca, «Los ciudadanos y las ciudadanas», «los niños y las niñas», este tipo de desdoblamientos son artificiosos e innecesarios desde el punto de vista lingüístico. En los sustantivos que designan seres animados existe la posibilidad del uso genérico del masculino para designar la clase, es decir, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: Todos los ciudadanos mayores de edad tienen derecho a voto. La mención explícita del femenino solo se justifica cuando la oposición de sexos es relevante en el contexto: El desarrollo evolutivo es similar en los niños y las niñas de esa edad. La actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas. Por tanto, deben evitarse estas repeticiones, que generan dificultades sintácticas y de concordancia, y complican innecesariamente la redacción y lectura de los textos. El uso genérico del masculino se basa en su condición de término no marcado en la oposición masculino/femenino. Por ello, es incorrecto emplear el femenino para aludir conjuntamente a ambos sexos, con independencia del número de individuos de cada sexo que formen parte del conjunto. Así, los alumnos es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto, aunque el número de alumnas sea superior al de alumnos varones.