Los mexicanos con bajos ingresos tienen cinco veces más probabilidades de morir por COVID-19 que aquellos que perciben un mejor salario o ganancias, señaló un nuevo estudio. En la revista The Lancet se publicó un estudio observacional sobre “El gradiente de ingresos en la mortalidad y hospitalización por COVID-19” en México, elaborado por Norma Gabriela López Castañeda, directora de Incorporación y Recaudación del Instituto Mexicano del Seguro Social, junto con la economista Eva Arceo-Gómez; Gerardo Esquivel, subgobernador del Banco de México y Raymundo Campos, investigador de El Colegio de México. El estudio se realizó con registros administrativos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) sobre empleo y seguimiento médico a pacientes sometidos a pruebas de COVID-19. Nuestros resultados apuntan a mayores resultados de desigualdad en salud en el caso mexicano que los encontrados previamente en la literatura: las personas en el decil de ingresos más bajo tenían una probabilidad de morir por COVID-19 cinco veces mayor que las del decil superior, incluso después de ajustar por comorbilidades”, sostiene la investigación. Agrega que los trabajadores de bajos ingresos sufrieron tasas de hospitalización más altas que sus contrapartes con salarios más altos, aunque no necesariamente tuvieron tasas más altas de positivos en pruebas COVID-19. La limitante del estudio radica en que usó a pacientes del IMSS como fuente de datos, con lo que se descarta la falta de acceso a atención médica como posible causa de la alta mortalidad por COVID-19 en personas de bajos ingresos. Dado que todas las personas de la muestra tenían acceso a la atención médica, es probable que existan otros factores en juego, y existe la oportunidad de reducir esta disparidad poniendo más énfasis en las políticas dirigidas a las personas con ingresos más bajos, como enfatizar la necesidad de un diagnóstico oportuno y atención médica”, indica. El análisis sólo incluyó a población que labora en el sector formal. “Nuestras conclusiones no se aplican a la población mexicana en general: nuestros datos no incluyen trabajadores registrados en otros sistemas de salud, trabajadores del sector informal o personas sin empleo”. Esas condiciones “pueden implicar en sí mismas diferentes perfiles y gravedad de enfermedades comórbidas y diferentes niveles de ingresos”. ¿Por qué mueren más trabajadores pobres? Hasta ahora, cuenta la directora de Incorporación y Recaudación del IMSS, los estudios que se habían hecho sobre ingresos —o pobreza— y covid-19 usaban proyecciones o datos agregados, pero no información dura. “El instituto ha colaborado con autoridades y con la academia en otros proyectos e investigaciones”, detalla la funcionaria. Del IMSS, en la investigación también participaron Eduardo Alcaraz, coordinador de Planeación y Evaluación, y Luis Alberto Martínez, Jefe de División de Planeación en Política Fiscal. Desde su base de datos, el instituto aportó información de empleados y pacientes sometidos a pruebas de covid-19 y comorbilidades como asma, cáncer, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, diabetes, VIH, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, obesidad, enfermedad renal, tabaquismo y tuberculosis. “Ubicamos incluso su historia laboral”, agrega. Con toda esa información lograron despejar sesgos. También supieron si esas personas fueron hospitalizadas por covid-19 y cómo evolucionó su enfermedad. De esa manera, con cifras, supieron que el número de contagios entre las personas trabajadoras peor y mejor pagadas no era el verdadero problema, sino las consecuencias para un grupo y otro: muere más la gente con menos ingresos. El que hayan tenido otras enfermedades cuando la covid-19 les atacó no es por sí sola la explicación del por qué fallecieron esos trabajadores y trabajadoras, explica la funcionaria. Tampoco por la falta de acceso a la atención médica, porque justamente se analizó a quienes tienen seguridad social. Pero “podría deberse a disparidades en la obtención de atención oportuna y adecuada”, señala el estudio. “Otra posible explicación es que las personas de bajos ingresos esperan más tiempo para recibir atención médica, de modo que cuando finalmente van al hospital, su enfermedad ya es grave”. "No es cierto que la enfermedad nos iguala: los trabajadores de menores ingresos tienen una mucho mayor probabilidad de ser hospitalizados o de morir que los de mayores ingresos. Un ejemplo más de los nefastos efectos de la desigualdad", expresó por su parte Gerardo Esquivel al compartir el estudio en su cuenta de Twitter. La cultura preventiva es lo que podría salvar vidas, subraya Norma Gabriela López. Sin embargo, la historia clínica, la manera de reaccionar ante las enfermedades y, sobre todo, las posibilidades para reaccionar de las personas que no cuentan con seguridad social son muy diferentes a quienes sí tienen un empleo formal y seguro social. Imagen interior: Mortalidad: Las personas en el 10 por ciento de ingresos más bajo tuvieron una probabilidad de morir cinco veces más grande que aquellos en el 10 por ciento de ingresos más alto se puede apreciar con los datos de la gráfica. Liga al estudio: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2667193X21001113?via%3Dihub