Por Rafael Paz Por sexto año consecutivo se registró la temperatura más alta en la historia de los océanos alrededor del mundo. Así lo asienta el estudio “Another Record: Ocean Warming Continues through 2021 despite La Niña Conditions”, en el que participaron más de una decena de instituciones y organismos internacionales, incluyendo la Chinese Academy of Sciences (China), el National Center for Atmospheric Research (Estados Unidos) y el Istituto Nazionale di Geofisica e Vulcanologia (Italia). Las temperaturas de los océanos están en su peor nivel desde que se miden y el impacto puede afectar especies, desde plancton hasta peces, mamíferos marinos y aves. A medida que se calientan las aguas, se fortalecen e intensifican borrascas, frentes, huracanes, tifones o ciclones. El estudio, publicado en la revista Advances in Atmospheric Sciences, especifica que este “patrón de calentamiento se atribuye principalmente al aumento de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero, parcialmente compensado por el impacto de aerosoles”. Los resultados de este análisis son desalentadores y enfatizan la necesidad de actuar con urgencia, afirmó Jorge Zavala Hidalgo, director del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático: “Si se toman medidas internacionales para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, se podría reducir la velocidad del calentamiento del planeta, pero el daño es cada vez más difícil de revertir y su impacto será cada vez mayor. Es importante estar conscientes de que los gases de efecto invernadero siguen en aumento, no hemos dejado de emitirlos y cada año se emiten más. “El planeta no tiene la capacidad de absorber los gases de efecto invernadero de forma inmediata, entonces hay un acumulado: cada vez hay más dióxido de carbono en la atmósfera, cada vez más metano, etcétera. Esto causa que la temperatura y el contenido del calor en el planeta continúen aumentando. Esta situación no va a cambiar de un día para otro, y no hay razones para pensar que se modificará rápidamente la tendencia de incremento de temperatura del planeta, su calentamiento es continuo. “Si las políticas de disminución de gases de efecto invernadero tuvieran efecto, veríamos que de todas maneras hay un excedente y no se puede regresar a las condiciones previas. Como el océano absorbe buena parte de ese calor, tardaría décadas o siglos en tener el mismo contenido de calor que tenía antes de la era industrial. Debemos estar conscientes de eso: el planeta se está calentando y así seguirá”, alertó el especialista. Absorción mayor de energía solar Diariamente la Tierra recibe energía del Sol, el cual es su principal fuente de energía, señaló Zavala Hidalgo, “esa energía entra al sistema Tierra y posteriormente es emitida como radiación de onda larga. Un pequeño imbalance ocasiona que aumente la temperatura durante un periodo de tiempo o en alguna región, pero, en términos generales, tenemos un balance. Es decir: a lo largo del año, por ejemplo, cada uno de los hemisferios aumenta su temperatura en el verano correspondiente y disminuye en el invierno”. El investigador subrayó que se ha comprobado que en los últimos cien años, “en promedio el planeta está absorbiendo más energía de la que está emitiendo; como consecuencia la temperatura media de la Tierra se está incrementando. ¿Dónde almacena el planeta esa energía? En los distintos componentes de su sistema, pero principalmente en los océanos”. En un sistema sin afectaciones, la Tierra recibe energía del Sol y los océanos absorben buena parte de esa radiación solar, para después ceder esa energía a la atmósfera y al espacio exterior mediante la evaporación y la radiación; posteriormente, en el lugar donde se da condensación se libera esa energía y aumenta la temperatura de la atmósfera, para también ser radiada hacia el espacio exterior. “La energía del Sol es importante porque gracias a ella ocurren una gran cantidad de procesos que acontecen en el planeta, como los vientos, las corrientes y la fotosíntesis; los fenómenos meteorológicos también están asociados a esta energía. Parte de esta energía se queda en los primeros metros del océano”, definió Zavala. Sin embargo, complementó el especialista, “los estudios han documentado que el océano está acumulando esa energía, no sólo en su superficie. Los océanos no aumentan su temperatura de manera homogénea, está aumentando más rápido en las capas superficiales, en los primeros cientos de metros en comparación con las aguas profundas. Esto tiene consecuencias muy importantes. Una es que el océano se está estratificando y eso tiene repercusiones en su dinámica”. “Tener una temperatura más alta en la superficie del océano causa que los niveles bajos de la atmósfera tengan una mayor temperatura y, por ello, pueden retener mayor cantidad de vapor de agua. La cantidad de vapor de agua que retiene una parcela de aire depende de su temperatura y es no lineal: un pequeño aumento incrementa significativamente la cantidad de vapor de agua que se retiene en una parcela de aire y esto favorece, entre otras cosas, el desarrollo de ciclones tropicales”, añadió. Determinantes del clima “Los océanos en buena medida determinan el clima del planeta, precisamente por ser el principal reservorio de calor, tienen un papel muy importante”, detalló Zavala y enfatizó: “Hay afectaciones en la temperatura de la Tierra, la precipitación, los fenómenos extremos como sequías e incendios, o inundaciones. Se empiezan a alcanzar umbrales críticos para determinados ecosistemas y especies. Entre los fenómenos más conocidos está el caso de los corales, que cuando la temperatura del agua rebasa, aproximadamente los 30º C durante varios días, se ven afectados al grado que ocasiona su muerte; un grado puede hacer la diferencia para que sobrevivan. Lo mismo pasa con especies de maíz, ecosistemas, fauna y flora, cada uno de estos incrementos afecta distintas regiones y procesos que ocurren en el planeta”.