Resiliencia educativa: cómo obtener buenos resultados académicos cuando todo está en contra

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Por Francisco Javier García Crespo Profesor Asociado de Estadística e Investigación Operativa, Universidad Complutense de Madrid José Muñiz Catedrático de Psicometría y Rector, Universidad Nebrija Rubén Fernández-Alonso Profesor del Departamento de Ciencias de la Educación, Universidad de Oviedo La resiliencia educativa es la capacidad que tienen los estudiantes para obtener un buen rendimiento a pesar de sus circunstancias sociales, económicas o familiares adversas. La cuestión clave es averiguar qué contexto personal, familiar y de los centros educativos favorecen la capacidad de resiliencia de los estudiantes. Conocer esas características protectoras es fundamental para tratar de ayudar a los menos resilientes. En nuestro reciente artículo titulado Academic resilience in european countries: The role of teachers, families and student profiles (“Resiliencia académica en países europeos: el papel de los profesores, las familias y los perfiles de los alumnos”) se investigan las características de los estudiantes, los profesores y los progenitores que favorecen la resiliencia educativa. Se describen a continuación los resultados más reseñables de este trabajo que hemos llevado a cabo. Los datos analizados en la investigación provienen del estudio Progress in International Reading Literacy Study (PIRLS), de la International Association for the Evaluation of Educational Achievement (IEA). La prueba PIRLS evalúa la comprensión lectora del alumnado de cuarto grado, que en España corresponde a los estudiantes de cuarto de Educación Primaria. Se utilizó una muestra representativa del alumnado de 23 países de la Unión Europea, España incluida. Se trata de una muestra amplísima de 117 000 estudiantes europeos pertenecientes a 4 300 centros educativos, y en lo relativo a España se evaluaron 14 500 alumnos de más de 600 centros. Indicadores sociales, económicos y culturales Para determinar la situación socioeconómica de los estudiantes se utilizó el denominado Índice Social, Económico y Cultural (ISEC), que se elabora a partir de cuatro indicadores: A partir de los datos obtenidos se considera que un alumno es resiliente cuando su ISEC está por debajo del primer cuartil de su país, es decir, se encuentra entre el 25 % con valor más bajo en este índice, y, sin embargo, obtiene unos buenos resultados académicos, situados por encima del tercer cuartil, entre el 25 % de los mejores estudiantes. Se encontró un 23 % de alumnos resilientes en los países europeos estudiados, bajando ligeramente en el caso de España al 21 %. ¿Qué potencia la resiliencia? Se analizaron diez variables del contexto individual y familiar del alumnado y catorce referidas al contexto del docente y sus estrategias pedagógicas. Si bien los resultados detallados pueden consultarse en el citado trabajo, cabe destacar aquí algunos de los más relevantes. En todos los países estudiados de la Unión Europea los alumnos que presentan mayor confianza lectora tienen más probabilidad de ser resilientes que sus compañeros con menor confianza, llegando a incrementar las posibilidades de resiliencia hasta en un 82 % en el caso de España. También se incrementa la probabilidad de resiliencia en la mayoría de los países el tener un alto sentido de pertenencia al centro, haber adquirido tareas de alfabetización temprana en el entorno familiar (conocer el alfabeto, leer palabras o frases sencillas), haber realizado actividades de lectura antes de comenzar la escuela (sus progenitores les leían libros o cuentos o les cantaban canciones) o haber asistido a centros educativos antes de iniciar la enseñanza primaria. Los factores relativos al contexto y a la labor del profesorado predicen en menor proporción la condición de resiliencia del alumnado que sus antecedentes familiares e individuales. No obstante, algunas variables referentes a los docentes y su praxis tienen especial interés en cuanto a su impacto sobre la probabilidad de resiliencia del alumnado. El clima de seguridad y convivencia en los centros y el uso de estrategias de lectura comprensiva y reflexiva aumentan la probabilidad de resiliencia, llegando a cerca de un 20 % en el caso de España. Por el contrario, estrategias docentes de carácter rutinario, repetitivo y monótono tienden a rebajar las probabilidades de resiliencia del alumnado. Un 21 % de estudiantes resilientes en España En Europa en torno a un 23 % de los estudiantes de cuarto grado muestran un elevado grado de resiliencia educativa, es decir, sacan adelante sus estudios con éxito a pesar de las circunstancias socioeconómicas y culturales adversas. En el caso de España, este porcentaje baja ligeramente a un 21%. Características como la confianza en la lectura, la implicación de las familias en la educación de sus hijos, la asistencia a centros antes de iniciar la escuela primaria, el buen clima escolar, o los docentes que huyen de estrategias rutinarias potencian la capacidad de resiliencia de los estudiantes, tanto en España como en el resto de países europeos estudiados. En suma, el mensaje positivo es claro: la resiliencia académica de los estudiantes puede mejorarse de forma significativa potenciando la implicación educativa de los progenitores y las escuelas activas y estimulantes.