Una de cada seis muertes en el mundo, por contaminación

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Por Rafael Paz Nueve millones de muertes al año están relacionadas con la contaminación. Es decir, uno de cada seis fallecimientos que se registran en el mundo. Estos son los hallazgos principales del informe Pollution and health: a progress update, difundido por la publicación especializada The Lancet Planetary Health, que se basa en los datos recolectados en el estudio Global Burden of Diseases, Injuries, and Risk Factors Study 2019 por The Lancet Commission. En el análisis participó un grupo de expertos internacionales, quienes concluyeron que las muertes ocasionadas por contaminación ambiental aumentaron siete por ciento entre 2015 y 2019; sin embargo, el porcentaje crece a 66 por ciento si se extiende el rango de tiempo del año 2000 al 2019. “A pesar de los esfuerzos continuos de las agencias de la ONU, grupos y personas comprometidos y algunos gobiernos nacionales (principalmente en países de altos ingresos) se puede identificar poco progreso real contra la contaminación en general, sobre todo en las naciones de bajos y medianos ingresos, donde aquélla es más severa”, se lee en el estudio. Además, señala la publicación, “se necesita una atención urgente para controlar la contaminación y prevenir las enfermedades relacionadas con ella, con énfasis en la del aire y el envenenamiento por plomo, y un mayor enfoque en la química peligrosa. La contaminación, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad están estrechamente relacionados”. Los investigadores participantes subrayan que 90 por ciento de las muertes ocasionadas por contaminación se presentan en naciones de bajos y medios ingresos. “La mayoría de los países han hecho poco para hacer frente a este enorme problema de salud pública”, recalcaron. Es necesario atender el problema Para Teresa Imelda Fortoul Van der Goes, académica del Departamento de Biología Celular y Tisular de la Facultad de Medicina, socialmente se ha entendido poco que diversos tipos de contaminación están aumentando y algunas de las soluciones que se han propuesto en realidad han empeorado la situación. “Uno de los grandes problemas es que en las naciones más pobres ha incrementado la contaminación, porque los países más ricos van a los de escasos recursos e instalan industrias altamente contaminantes y la polución se queda allá, no en el industrialmente más poderoso. La gente tiene necesidad y toman el trabajo que se les ofrezca para tener una forma de poder conseguir alimento y otras necesidades para sobrevivir”, señaló la investigadora y añadió: “¿Quiénes se quedan cerca de estas zonas? La gente que tiene menos ingresos y no queremos creer que la naturaleza tiene memoria. No es culpa de la naturaleza, así es. Se podrían prevenir que las personas se instalen cerca de estos sitios de riesgo”. De no atenderse el problema, señaló la especialista, en el corto y mediano plazos se aumentarán los problemas cardiovasculares, cutáneos, digestivos, enfermedades neurodegenerativas y tasas de infertilidad tanto en hombres como mujeres. En el sistema nervioso también ocasiona “alteraciones en el sueño, que cada vez son más frecuentes las personas que padecen insomnio por diferentes motivos. Una de ellas puede ser la contaminación y los problemas cardiovasculares que mencioné. A las arritmias no se les toma mucho en cuenta y los infartos son una de las primeras causas de mortalidad en las grandes ciudades”. La contaminación afecta de manera especial a los más pequeños, ya que la exposición a contaminantes a largo plazo genera que estén “muy irritables, no se pueden concentrar y esto se manifiesta en las escuelas. Cuando los niños salen a hacer deporte o están en las aulas abiertas, los contaminantes pueden entrar en su organismo”, argumentó la académica. “Es una cadena de eventos, no es una sola cosa. Todas estas causas son prevenibles si se hacen los cambios necesarios”, finalizó.