Por Daniel Robles Ante las señales de una eventual recesión en los Estados Unidos, y el alza generalizada de precios que se registra en México, es urgente reforzar la disciplina en el manejo de las finanzas personales para no poner en riesgo el patrimonio y el bienestar de nuestras familias, advirtió Norman Wolf del Valle, de la Facultad de Contaduría y Administración. En un contexto de crisis e incertidumbre económica como el que se padece, lo más importante es mantener un equilibrio entre los ingresos y los gastos a nivel familiar, lo cual se puede lograr con manejo adecuado de los recursos y un consumo responsable, apuntó el especialista en finanzas personales. “El primer paso es elaborar un presupuesto familiar muy puntual, teniendo claro cuál es el nivel de ingreso semanal, quincenal o mensual, incluyendo las aportaciones de todos los integrantes, y a partir de ahí priorizar los gastos a realizar, empezando por los alimentos, la vivienda, el transporte, las medicinas y el pago de seguros, además de la renta de los servicios de internet y celulares que se han convertido en servicios de primera necesidad no sólo para la comunicación personal, sino también para nuestras actividades académicas y laborales.” Destacó que lamentablemente en la gran mayoría de los hogares mexicanos es muy difícil alcanzar dicho equilibrio, pues en general registran saldos negativos en sus finanzas al gastar más de lo que ingresan, y es cuando recurren a los créditos personales y al endeudamiento. De acuerdo con datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, cada vez con más frecuencia los consumidores utilizan las tarjetas de crédito para financiar el consumo, debido a que sus salarios no alcanzan para cubrir los bienes y servicios básicos, lo que ha provocado que 20 por ciento de las tarjetas de crédito se encuentren saturadas o sobregiradas y los niveles de morosidad siguen aumentando. En este sentido, Norman Wolf hizo un llamado a no abusar de los “tarjetazos” y pretender pagar todo con las tarjetas de crédito, pensando erróneamente que son una extensión de nuestros ingresos, lo cual provoca que lejos de atender una necesidad prioritaria se esté generando un mayor problema financiero al incrementar las deudas con los bancos: “Cuando se utiliza la tarjeta de crédito para pagar productos básicos como la leche o el pan, es una señal de alerta y un foco rojo que nos advierte que hay un serio desequilibrio en nuestras finanzas personales”. De igual forma, resulta un grave error pretender pagar una tarjeta de crédito sacando dinero de otra, pues se cae en un círculo vicioso en el que se reciclan los créditos pero en condiciones más extremas, con tasas de interés más elevadas y peligrosas que terminan generando deudas infinitas o impagables, advirtió. Por otra parte consideró que para equilibrar las finanzas personales se deben potencializar al máximo los ingresos, buscando alternativas de ahorro e inversión, y al mismo tiempo minimizar lo más posible los gastos innecesarios a través de un consumo responsable e inteligente. Es importante tomar en cuenta, dijo, que algunas de las acciones que se plantean pueden cambiar el estilo de vida y las necesidades familiares, como por ejemplo aplazar la compra de ropa o el calzado de moda, posponer la renovación de muebles o la adquisición de aparatos que por el momento no son indispensables; además de reducir algunas actividades de entretenimiento como las idas al cine o a conciertos, dejar de organizar cenas o reuniones con los amigos; replantear todas esas actividades puede representar ahorros muy significativos. Añadió que el ahorro también debe plantearse como una prioridad de gran utilidad, sobre todo cuando se presentan situaciones de estrés financiero, el cual puede ser provocado por eventos imprevistos como una enfermedad, una hospitalización o un accidente. Para minimizar esos riesgos y otras situaciones de emergencia se debe prestar especial atención a la contratación de seguros como los de gastos médicos mayores o los seguros de autos. En este caso, apuntó, los seguros se vuelven esenciales porque en el momento que se enfrenta una contingencia, si no se cuenta con la cobertura mínima de un seguro, los gastos imprevistos pueden acelerar la descapitalización y agudizar la situación financiera de las familias, ya de por si comprometida por la crisis. Por último, Wolf recordó que la Facultad de Contaduría y Administración, junto con la Coordinación de Universidad Abierta e Innovación Educativa imparten un curso masivo, abierto y a distancia sobre finanzas personales con el fin de promover una mejor cultura financiera. El curso es gratuito para estudiantes y personal de la UNAM y se puede acceder con la cuenta de correo institucional a través de la plataforma coursera.org.