Víctor Coello, del CICESE, presidirá la Academia Mexicana de Óptica en los próximos dos años

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Por Roberto Ulises Cruz Aguirre Llegar a los más jóvenes, sean estudiantes o investigadores que recién empiezan sus carreras, para atraerlos a la Academia Mexicana de Óptica (AMO); tener acuerdos y transversalidad en los grupos consolidados para guiar políticas y compartir recursos de los laboratorios e información, y pasar a lo colectivo, con acciones que lleven esta disciplina hacia la sociedad, son las bases del plan de trabajo que piensa desarrollar el Dr. Víctor Coello durante su gestión como presidente de esta academia, en el periodo 2023-2024. El Dr. Coello es investigador del CICESE en la Unidad Monterrey, y durante dos años (2021 y 2022) fue vicepresidente de la AMO. Según los estatutos, le corresponde presidir el consejo directivo durante los siguientes dos años, un consejo en el que también figuran como vocales dos investigadores más del CICESE, los doctores Paulina Segovia Olvera (Ensenada) y René Rodríguez Beltrán (Monterrey). Una buena dinámica que se tiene en la academia, explicó Víctor Coello, es que sea la vicepresidencia la que esté sujeta a elección. “Resulté favorecido por la comunidad en la elección de 2020; entras en funciones y a los dos años, en automático, ingresas a la presidencia. Es una buena logística porque por más que tengas tablas que te precedan, ese par de años son muy buenos para absorber, para que te conozcan, para ver qué es realmente lo que se tiene que apretar. También puedes escoger a tu equipo de trabajo, aunque sujeto a escrutinio. Hablando de la familia CICESE, Paulina y René han resultado muy activos en apoyo a congresos, en atraer estudiantes y muy pendientes de las actividades, por lo que han ganado su liderazgo. Yo estaba muy deseoso que aceptaran ser parte del equipo y afortunadamente ahí los tenemos”. El resto del consejo directivo 2023-2024 (amo-ac.mx) está integrado por los doctores Arturo Castillo (UANL), Rosario Porras (Universidad de Carolina del Norte, en Charlotte), Mary Peña (UMSH) y Rafael Guzmán (CINVESTAV, Monterrey). Otro factor notable es que, con Víctor Coello, ya son tres los investigadores del CICESE que han sido presidentes de la AMO. El primero fue Raúl Rangel Rojo en 2013 y 2014, y el segundo Josué Álvarez Borrego en 2019 y 2020. “Nosotros somos un centro multidisciplinario, y hay varios centros en la república que su misión única es hacer óptica. Entonces tener este tipo de encargos habla muy bien (o refuerza la idea) de que nuestra óptica en el CICESE es de las más consolidadas en el país; que nos conocen a lo largo y ancho de la república y eso es muy positivo para nuestro centro”. Al preguntarle sobre los principales puntos que componen su plan de trabajo, señaló que tiene tres ejes, los tres igual de importantes. “El primero es el llegar a los jóvenes y atraerlos hacia la Academia. Por jóvenes me refiero a gente que, en lo académico, tenga menos de 10 años de actividad que es, creo, cuando enfrentas la inestabilidad en todos los frentes”. Cuando no estás tan familiarizado con lo que hay en el país, indicó, piensas que nunca vas a poder tener los tres componentes que definen a cualquier laboratorio que se dedica a la óptica experimental de frontera, que es el diseño, la fabricación y la caracterización. Cuando te relacionas y comienzas a conocer laboratorios, te das cuenta que en el país contamos con eso; lo que pasa es que hay que asociarse. Uno de los propósitos es que esa información relevante esté disponible para la gente joven, y se puedan establecer esas colaboraciones de manera rápida y efectiva. El segundo eje va hacia les generaciones medianas y grandes. “Sin sueños ni utopías, buscaremos tener laboratorios que realmente tengan transversalidad, y eso solamente lo podemos lograr con base en acuerdos. A veces entre centros es difícil, y entre centros y universidades a veces es casi imposible. Cuando estás asociado, transmites rápido qué tengo o qué no tengo, los grupos consolidados tienen que tomar esa responsabilidad académica, de compartir recursos y guiar políticas para que esto suceda. Este eje va encaminado a buscar contribuir en eso.

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“Y el tercero es hacia la sociedad. Estoy de acuerdo en las políticas de que la ciencia sea para todos porque la ciencia ES para todos, solo hay que encontrar los canales adecuados. Esto se ha ido promoviendo, pero la idea es que se haga una apropiación social de la ciencia de forma sistemática y duradera en el tiempo. Eso lo tenemos que lograr”, señaló. Resumiendo: “En el primero veo más cómo acercar la AMO a toda la comunidad, porque no es conocida por todos. El segundo es para los que ya estamos agremiados reforzar esa idea de que, como academia, tenemos la responsabilidad de seguir promoviendo la interacción entre todos, y el último es algo en el que todos debemos estar inmersos: pasar a lo colectivo, es decir, a cubrir espacios importantes en la sociedad mexicana en general. Me interesa mucho que la óptica que se desarrolla en México esté en programas de televisión, en foros, en las escuelas, en redes sociales. Son las cosas en las que me gustaría enfocarme, además de todo lo que está en los estatutos, que es la razón de ser de la AMO”. - ¿Y qué acciones con el sector empresarial o con los tomadores de decisiones? “En este aspecto creo que se debe de realizar con mucho cuidado y con mucho énfasis en la especialidad. A veces, como científicos pensamos que podemos transitar a todas las actividades relacionadas con la ciencia y tecnología. Tenemos que tener tecnólogos que cumplan esa parte de manera efectiva. Necesitamos transmitir hacia el sector privado, y que el sector privado nos entienda qué tipo de proyectos sí pueden salir en cinco días, y qué proyectos no. Esa parte hay que trabajarla mucho. “He pensado que nos falta un grupo especializado de tecnólogos, no de científicos clásicos (por así llamarlo) (…) Y lo mismo hacia la política científica. En política tú necesitas entender que debes tener capacidad de negociación. Veo estos cotos de poder como eso, como lugares en los que nadie quiere negociar: todo mundo quiere quedarse en su extremo. El científico piensa que hay que hacer lo que nosotros pensamos que se debe de hacer, y del otro lado, quienes dictan la política nacional en ciencia y tecnología podrían pensar que tienen ya una idea bien establecida. Los dos pueden tener razón pero, como todo acuerdo, la clave es la negociación, en este caso de ideas”. Puso como ejemplo el caso de la unidad foránea del CICESE en Monterrey, establecida en el Parque de Investigación e Innovación Tecnológica (PIIT). Estar en ese parque “no fue una donación ni un esfuerzo único, fue una negociación de los tres sectores (gobierno, empresa, academia). Me gusta mucho ese modelo, pero para bien o para mal (yo digo que para bien) los resultados no se dan en el corto plazo, los ves en 15 años, pero los ves bien consolidados y con proyección a futuro”. Respecto a la estructura de la AMO y su membresía, dijo que en sus 36 años de existencia (se fundó en 1987) ha pasado por varias etapas. Siendo un campo tan especializado, la comunidad disminuyó al ramificarse en varias disciplinas, y los efectos de la pandemia también se dejaron sentir. Sin embargo, este año están previendo organizar presencialmente la Mexican Optics and Photonics Meeting, una de las reuniones más importantes que se realizan en México en estos campos, y esperan duplicar o triplicar el número de participantes que tuvieron virtualmente en noviembre de 2021. Además, la composición de la actual mesa directiva, más diversa, con investigadores mexicanos de la Universidad Autónoma de Nuevo León, de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, del CINVESTAV, e incluso de la Universidad de Carolina del Norte, en Charlotte, deja entrever cómo ha ido creciendo la comunidad óptica en México. “Más allá de los cuerpos directivos, tenemos representantes institucionales que nos ayudan a promover la AMO. Todos ellos son jóvenes, pero consolidados, y nos han ayudado a promover todo esto más allá de nuestra frontera. Ocho de cada 10 universidades de las grandes en México (y en el mundo) van a tener un óptico mexicano. Esa es una de las intenciones: expandirnos. No porque vivamos en un mundo globalizado y se tenga que hacer, sino por una convicción como academia. “Estoy convencido de que la AMO es un espacio si bien para discutir, para resolver ciertos problemas, es un lugar para disfrutarlo. Las presiones están en nuestro escritorio, en el SNI, en la productividad, con los estudiantes, pero aquí no debe ser así. Aquí no podemos darnos el lujo de también ir a presionarnos. Todo lo que vamos a hacer implica un esfuerzo, pero la parte positiva de no tener esa presión laboral hace que los planes puedan ser concebidos en el inmediato, mediato y largo plazo”. El Dr. Víctor Coello estudió la licenciatura en Física en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Posteriormente cursó la maestría en ciencias en Óptica en el CICESE y el doctorado en Física, con especialidad en Nano-Óptica, en el Instituto de Física de la Universidad de Aalborg, en Dinamarca, una línea de investigación a la que se ha dedicado por más de 23 años. Fue coordinador general de la Unidad Monterrey del CICESE de 2015 a 2021. Entre 2017 y 2020 fue líder de la instalación del Consorcio en Óptica Aplicada (CIO – INAOE – CICESE), cuya sede fue esta misma unidad. Además, formó parte de las comisiones para el desarrollo del Plan Estatal de Ciencia y Tecnología del estado de Nuevo León. Actualmente es el coordinador de la Maestría en Ciencias en Tecnologías Avanzadas e Integradas del CICESE.