La peleadora sueca Frida Wallberg, excampeona superpluma del WBC, es sin duda una de las boxeadoras más reconocidas de su país. Como amateur ganó 48 combates antes de convertirse en profesional en 2004. El 27 de noviembre de 2010, Frida derrotó a la canadiense Olivia Gerula, ganando el título verde y oro del WBC y lo defendió con éxito dos veces, incluida una victoria sobre Amanda Serrano. La oponente a la que se enfrentaba en el Waterfront Congress SAS Radisson, Estocolmo, era Diana Prazak de Australia. Frida estaba adelante en las tarjetas de puntuación después de cinco rounds y estaba boxeando bien. Luego, en el séptimo round, un duro derechazo la hizo tambalearse, pero se defendió con valentía y volvió a su esquina cuando sonó la campana. En el octavo Diana derribó a Frida con una mano izquierda. Frida venció la cuenta y se levantó, pero momentos después un gancho corto de derecha la volvió a derribar. El réferi Bela Florian detuvo la pelea y Frida caminó tambaleándose hacia su esquina, para que el médico del ring Robert Ludwig la examinara. Se desplomó momentos después y la entrenadora de Diana, la ex campeona de boxeo Lucia Rijker, se dio cuenta de que algo andaba mal. Inmediatamente volvió a llamar al médico, colocaron a Frida en una camilla, le administraron oxígeno y la llevaron de urgencia al Instituto Karolinska. Había sufrido un hematoma subdural, que es una hemorragia entre el cráneo y el cerebro. Los cirujanos la operaron y Frida fue puesta en coma inducido. Le salvaron la vida, pero con una lesión de esta naturaleza, su carrera boxística terminó y su vida cambió para siempre. El Consejo Mundial de Boxeo, por medio del Fondo José Sulaimán estuvo en la esquina de Frida desde el primer momento de su accidente, apoyándola con una cantidad económica desde 2013 para poder solventar gastos de terapia y necesidades básicas. En una entrevista hace unos meses Frida comentó: “El apoyo del fondo José Sulaimán ha sido de muchísima ayuda, ya que mi manager anterior no tuvo la precaución de tener algún tipo de seguro en Suecia. Me apoyo con la compensación de la Agencia Sueca de Seguridad Social y sin duda el fondo es un gran apoyo para quienes lo necesitamos. Espero seguir sintiéndome mejor y poder tener una buena vida cotidiana, con mis tres hijos y menos dolores de cabeza. Pero, lo más importante es que ¡no me rindo! Gracias por todo lo que están haciendo por mí y por los boxeadores que lo necesitan. No tienen idea de la gran ayuda que ha sido. Significa mucho.”