América Latina continúa sumida en una trampa de baja capacidad para crecer: CEPAL

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Santiago de Chile, octubre 24.- La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) actualizó sus proyecciones de crecimiento para la región y estima que el producto interno bruto (PIB) aumentará 2,4% en 2025 y 2,3% en 2026. La nueva estimación para 2025 representa una revisión al alza respecto al 2,2% previsto en el Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2025, publicado el 5 de agosto pasado; sin embargo, señala que la región continúa sumida en una trampa de baja capacidad para crecer, con tasas promedio de alrededor de 2%, con escasa inversión, baja productividad, mercados de trabajo poco dinámicos, y elevados niveles de desigualdad. Las revisiones sucesivas de las proyecciones para 2025 responden a cambios en las condiciones externas que enfrenta la región. Entre ellas, modificaciones en los escenarios del crecimiento del comercio internacional por efectos de los anuncios en materia arancelaria que ha efectuado los Estados Unidos desde abril del presente año; y ajustes en las perspectivas de crecimiento de los principales socios comerciales de la región, cuyo ritmo, si bien se ha desacelerado respecto a 2024, registra mejoras en relación con las estimaciones de comienzo del año. A estos factores se suman unas expectativas de inflación a nivel global que se han reducido a una velocidad menor a la esperada, afectando la reducción de tasas de interés por parte de los principales bancos centrales y la trayectoria del dólar en los mercados internacionales. Si bien el contexto internacional ha sido el principal condicionante en el presente año, la CEPAL subraya que determinantes internos, como el reducido espacio disponible para las políticas fiscal y monetaria, la especialización productiva y el destino de las exportaciones, también explican las diferencias en el desempeño de las economías de la región. Desempeños diferenciados por subregión Las proyecciones actualizadas muestran comportamientos heterogéneos entre las subregiones. En 2025, América del Sur crecería un 2,9%, una cifra superior al 2,7% previsto en agosto. Este impulso responde al aumento del intercambio comercial de los países de la subregión con China y al repunte de los precios de metales preciosos y otros productos de los sectores extractivos. La estimación del crecimiento del PIB para América Central no registraría variación respecto a la anunciada en agosto, y se mantendría en 2,6%. Por su parte, el PIB de México crecería un 0,6%, una revisión al alza de 0,3 puntos porcentuales respecto a la estimación presentada en el Estudio Económico, reflejando un resultado más favorable en materia de comercio internacional y un desempeño mejor al anticipado por parte de la economía de los Estados Unidos. El Caribe de habla inglesa y neerlandesa mostraría un crecimiento de 4,7%, o 1,9% si se excluye Guyana, frente a las estimaciones de agosto de 4,1% y 1,8%, respectivamente, impulsado por un resultado más favorable al anticipado en materia de turismo. Para 2026, la CEPAL mantiene sin cambios su proyección regional en 2,3%. De concretarse esta estimación, serían cuatro años en que la región crecería a tasas de alrededor de 2,3%, con lo que el promedio del crecimiento del PIB regional para el período 2017 – 2026 sería de 1,6%. Por subregión, para 2026 se anticipan tasas de crecimiento de 2,4% para América del Sur, 3,2% para América Central, 1,3% para México y 8,2% para el Caribe (1,7% si se excluye Guyana). Mercado laboral: menor dinamismo y brechas persistentes El moderado desempeño económico se reflejará en el poco dinamismo del mercado laboral. La CEPAL proyecta que el número de ocupados aumentaría 1,5% en 2025 y 1,2% en 2026, con una ralentización en la creación de empleo formal. Si bien se prevé una leve reducción de la informalidad y de las brechas de género, ambos indicadores permanecerían en niveles elevados, lo que evidencia los desafíos estructurales de los mercados laborales regionales. Entorno incierto y llamado a la acción La CEPAL advierte que el panorama internacional continúa dominado por riesgos a la baja, entre los que se destacan la posibilidad de correcciones abruptas en los mercados financieros internacionales, presiones sobre la sostenibilidad fiscal en economías avanzadas, y posibles disrupciones comerciales adicionales, tensiones que podrían afectar la credibilidad de las políticas monetarias en los principales bancos centrales del mundo y los niveles de tasas de interés. Frente a este escenario, la CEPAL insta a los países de la región a preservar la estabilidad macroeconómica, fortalecer sus instituciones fiscales y monetarias, e impulsar políticas de desarrollo productivo orientadas a elevar la productividad, diversificar las exportaciones, potenciando el comercio intra-regional y fomentar la inversión sostenible. Asimismo, reitera que la cooperación internacional y el multilateralismo son esenciales para sostener la recuperación y mitigar los efectos de la fragmentación geoeconómica.