AMLO ha puesto a México en una dieta de hambre: The Economist

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Ciudad de México, julio 2 (The Economist).- Cuando Andrés Manuel López Obrador ganó la presidencia de México de manera aplastante en 2018, prometió “transformar” el país poniendo a los pobres primero. Los observadores asumieron que gastaría sin restricciones para lograrlo, poniendo en peligro la estabilidad de las finanzas públicas. Pero López Obrador, especialmente al principio de su presidencia, ha sido un populista inusualmente parco. Ha tenido déficits presupuestarios más pequeños y acumulado menos deuda que la mayoría de los líderes latinoamericanos. Durante la pandemia, cuando los presidentes desde Brasil hasta Pakistán derrocharon para proteger sus economías y fortalecer sus sistemas de salud, López Obrador fue tacaño. Solo en los últimos dos años su gobierno ha aumentado significativamente el gasto discrecional en términos reales. A medida que se acerca al final de su presidencia (solo puede tener un mandato de seis años), se hace posible juzgar los efectos de su temprana restricción del peso y el gasto más libre que siguió. AMLO , como suele llamársele, puede jactarse de que la inflación es relativamente baja, lo cual es bueno para los pobres; la moneda es fuerte; y las tasas de interés han aumentado menos de lo que podrían haberlo hecho. Pero ha combinado la prudencia con la parsimonia de una manera que ha lastimado a México. Su gobierno no ha invertido lo suficiente en salud y educación, ha socavado la burocracia y ha recortado los fondos para las instituciones que sustentan la democracia. Le ha quitado dinero a los programas antipobreza exitosos y se lo ha dado a otros que son menos efectivos. Ha sido extrañamente reacio a aumentar los ingresos fiscales. Y, mientras mata de hambre a algunas partes del estado, el presidente ha prodigado fondos en la compañía petrolera estatal mal administrada y en proyectos faraónicos sin valor comprobado. El efecto neto de las políticas de gasto de AMLO es hacer que la economía de México y su democracia sean más débiles de lo que deberían ser.