Ciudad de México, febrero 8.- Tal como se esperaba, el Banco de México mantuvo en 11.25 por ciento la tasa de interés como una medida para contrarrestar el alza de precios en bienes y servicios del país. “Con esta decisión, la postura de política monetaria se mantiene en la trayectoria requerida para lograr la convergencia de la inflación a su meta de tres por ciento dentro del horizonte de pronóstico”, refirió en su comunicado. En el mismo detalla: Desde la última reunión de política monetaria, la inflación general anual exhibió un ajuste al alza. En enero se ubicó en 4.88%. Ello, debido al repunte del componente no subyacente, el cual se caracteriza por exhibir una marcada volatilidad. La inflación subyacente, que refleja de mejor manera la tendencia de la inflación, siguió descendiendo. No obstante, aún permanece en niveles relativamente altos al situarse en 4.76% en ese mismo mes. Las expectativas de inflación para el cierre de 2024 registraron incrementos. Las de mayor plazo permanecieron relativamente estables en niveles por encima de la meta. Los pronósticos para la inflación general se revisan ligeramente al alza en el corto plazo. Choques de oferta en algunos productos particulares del componente no subyacente explican fundamentalmente este ajuste. No obstante, se sigue anticipando que la inflación general converja a la meta en el segundo trimestre de 2025 (ver cuadro). Las previsiones para la inflación subyacente a lo largo del horizonte se mantienen prácticamente en los mismos niveles que en la reunión pasada. Así, se prevé que el proceso desinflacionario continúe, ante la postura de política monetaria y la mitigación de los choques derivados de la pandemia y de la guerra en Ucrania. Estas previsiones están sujetas a riesgos: Al alza: i) persistencia de la inflación subyacente en niveles elevados; ii) depreciación cambiaria; iii) mayores presiones de costos; iv) que la economía muestre una resiliencia mayor a la esperada; v) afectaciones climáticas; y vi) escalamiento de conflictos geopolíticos. A la baja: i) una desaceleración de la economía global mayor a la anticipada; ii) un menor traspaso de algunas presiones de costos; y iii) que los niveles más bajos del tipo de cambio respecto a los primeros meses del año pasado contribuyan más que lo 2 anticipado a mitigar ciertas presiones sobre la inflación. Se considera que el balance de riesgos respecto de la trayectoria prevista para la inflación en el horizonte de pronóstico se mantiene sesgado al alza. La Junta de Gobierno evaluó los efectos de los choques sobre la inflación y sus determinantes, así como el comportamiento de las expectativas de mediano y largo plazos y el proceso de formación de precios. Reconoció el proceso desinflacionario en el país. No obstante, estimó que el panorama sigue implicando retos. Con base en lo anterior y tomando en cuenta la postura monetaria ya alcanzada y la persistencia de los choques que se enfrentan, la Junta de Gobierno, con la presencia de todos sus miembros, decidió por unanimidad mantener el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en 11.25%. Con esta decisión, la postura de política monetaria se mantiene en la trayectoria requerida para lograr la convergencia de la inflación a su meta de 3% dentro del horizonte de pronóstico, concluye.