Carencias sociales impiden piso parejo para la movilidad social

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Pese a la reducción de la pobreza, la dimensión social no mejoró. Las políticas públicas para garantizar derechos como la educación, la salud y la seguridad social quedaron a deber y requieren cambios urgentes. La población vulnerable por carencias pasó del 25% en el año 2016 al 32% de la población, esto es una señal de alerta que urge atender y afrontar con acciones efectivas, pues de lo contrario las carencias sociales crean un círculo vicioso que reproduce la pobreza, pues no contribuyen a la igualdad de oportunidades e impiden la movilidad social. Así lo comentaron especialistas invitados por Acción Ciudadana Frente a la Pobreza durante el primer encuentro de la serie “De los datos, a las acciones efectivas”, en la que participaron Mónica Orozco, directora de la organización GENDERS y Roberto Vélez, director ejecutivo del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). Durante la sesión “Piso parejo: Igualdad de oportunidades para la movilidad social”, destacaron que en los recientes resultados del INEGI hay datos que presentan realidades que urge atender, como la atención a las carencias sociales en educación para jóvenes, que reproduce la pobreza en la vida adulta. En 2016 había 3.9 millones de jóvenes entre 18 y 29 años con rezago educativo (17%) y en 2024 creció a 6.6 millones de personas jóvenes (28% de la población), es decir, 2.7 millones más truncaron su educación, lo que tiene efectos para toda su vida. La carencia por acceso a servicios de salud se duplicó, en 2016 afectaba a 19 millones de personas (16% de la población) y en 2024 después hay 44.5 millones (34%), más del doble. Esto afecta en mayor medida a los hogares con menor ingreso que tienen 3.5 veces mayor carencia en salud, en el decil I afecta a 58% de los hogares mientras en el decil X solo al 14%. Rogelio Gómez Hermosillo, presidente ejecutivo de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, comentó que los datos muestran la urgencia de corregir a fondo políticas gubernamentales, que no están funcionando. “La reducción de la pobreza es buena noticia, pero no significa que vamos bien en todo, el triunfalismo no tiene justificación y hay que evitar la inercia, pues muchas políticas no están dando resultado: las becas no impiden el rezago educativo, los programas de transferencias aún excluyen al 65% (10 millones) de hogares de menor ingreso”, señaló Mónica Orozco, directora de GENDERS ac, agregó que en la ruta para concretar un piso parejo es fundamental que se concrete el Sistema Nacional de Cuidados. “Tener acceso a servicios de cuidado duplica la probabilidad de lograr movilidad social y salir del nivel de pobreza para las mujeres. La propuesta es crear un paquete de servicios incluyendo atención infantil, escuelas de tiempo completo, cuidado de personas con discapacidad y otras modalidades, pues permitiría la inclusión de mujeres, que están excluidas del sistema laboral”, expuso. En tanto que Roberto Vélez, director ejecutivo del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), refirió que uno de los retos fundamentales en las acciones efectivas hacia adelante no solamente debe de ser cómo sacar a más gente de la pobreza, sino cómo hacer para que la que ya superó esa condición no vuelva a caer. “Hay una mejora en la reducción de la pobreza, pero un crecimiento en el número de población vulnerable por carencia; lo que se está haciendo es llevar a cierta proporción de la población al siguiente nivel, el siguiente punto no es solamente cómo se logra seguir sacando a población de la pobreza al siguiente nivel, sino cómo evitar que a la que sacaste no vuelva a caer en pobreza”, indicó. “73%, casi ¾ partes de las personas que nacen y crecen en hogares en pobreza, permanecen en esa condición en su vida adulta” informó Roberto Vèlez. Por eso se requieren políticas públicas que construyan un piso parejo, que ofrezcan educación de calidad, desarrollo infantil temprano, inserción laboral para mujeres y jóvenes que vienen de los hogares de menor ingreso y mayores carencias, explicó. La medición de la pobreza presentada por el INEGI confirma que la vía para reducir la pobreza es crear una economía de inclusión y crecimiento con equidad y una política social que construya un piso de derechos sociales (no sólo transferencias). La política social para ser efectiva debe iniciar por cerrar las brechas de desigualdad para romper el círculo vicioso de la pobreza y lograr movilidad social. Desde la sociedad civil, las propuestas hacia los gobiernos para avanzar más rápido y de manera sostenible frente a la pobreza son un conjunto de acciones efectivas: 1) impulsar el crecimiento económico inclusivo con empleos de calidad y remuneración suficiente; 2) potenciar la incorporación de mujeres y jóvenes a la fuerza productiva; 3) fomentar las cooperativas y empresas de la economía social; 4) garantizar educación y servicios de salud con calidad y equidad; 5) corregir la distribución de los programas de transferencias monetarias para que no excluyan a quienes menos tienen.