La competitividad de Baja California continuó estancada, de acuerdo con la edición 2022 del Índice de Competitividad Estatal del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Para el nuevo reporte el Estado se mantuvo en el lugar número 13 a nivel nacional, misma posición del reporte del año previo. Sin embargo, el asunto no topa solamente en que se tenga esa posición, sino que la baja competitividad de Baja California se ha mantenido durante más de una década, luego de que durante varios años no solamente en el indicador del IMCO, sino en otros como el que elabora el Tecnológico de Monterrey se ubicó en la segunda posición nacional. Para este año, entre los factores que le restaron competitividad está en primer lugar la incidencia delictiva, que como se sabe, en homicidios registra la tercera tasa más alta del país, así como un elevado robo a empresas. También está una baja eficiencia en el uso del agua agrícola, baja productividad en centros de investigación y patentes, baja interacción del gobierno por medios electrónicos, así como pésimas mejoras regulatorias. En otros indicadores, en el subíndice Sistema político estable y funcional en Baja California, el 88% de la población urbana mayor de 18 años dijo que las prácticas de corrupción estatal son frecuentes. En ese sentido, la percepción de corrupción estatal se coloca en la posición 31 de las 32 entidades federativas y la percepción de corrupción en partidos políticos la registra un 86% de la población la cual indica que son frecuentes y muy frecuentes las prácticas corruptas. Entre los indicadores favorables está el promedio de crecimiento del PIB en tres años y un ingreso salarial promedio por encima de la media nacional; sin embargo, no debe perderse de vista que el PIB nacional se encuentra más estancado que el de Baja California y que los niveles salariales a nivel nacional también son desastrosos con más del 80% de la población trabajadora ganando 2 salarios mínimos. También se marca como favorable la esperanza de vida al nacer que es alta.