Tijuana, Baja California, septiembre 27.- De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo en agosto y con cifras originales la miseria salarial continuó avanzando fuertemente en México, alcanzando al 66.4 por ciento de la población ocupada, contra el 56.7 por ciento del mismo lapso de hace un año. En números absolutos la cifra de ocupados en esta condición pasó de 28 millones 475 mil 46 a 36 millones 980 mil 521, por lo que el crecimiento anual del empleo se está dando a costa de golpear el nivel salarial. Por otro lado, la población desocupada fue de 2.1 millones de personas y la Tasa de Desocupación (TD) de 3.5 % de la PEA. Respecto al octavo mes de 2021, la población desocupada descendió en 407 mil personas y la TD fue menor en 0.8 puntos porcentuales. En agosto de 2022, a tasa mensual y con cifras desestacionalizadas, la TD aumentó 0.1 puntos porcentuales, al ubicarse en 3.3 por ciento. La Tasa de Subocupación se redujo 0.2 puntos y se situó en 7.7 % en el mismo periodo. La Población Económicamente Activa (PEA) fue de 59.7 millones de personas, lo que implicó una Tasa de Participación de 60 por ciento. Dicha población es superior en 1.5 millones a la de agosto de 2021. La Población No Económicamente Activa (PNEA) fue de 39.8 millones de personas, 40 mil más que en agosto de 2021. De la PEA, 57.6 millones de personas (96.5 %) estuvieron ocupadas durante agosto pasado: dos millones más que en agosto de un año antes. A su interior, las personas subocupadas —las que declararon tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas— fueron 4.5 millones (7.9 % de la población ocupada). Esto es una reducción de 2.7 millones de personas con relación a agosto de 2021. Por otra parte, la población ocupada en la informalidad laboral fue de 31.9 millones de personas y la Tasa de Informalidad Laboral 1 (TIL1) fue 55.5 % de la población ocupada, 0.9 puntos porcentuales menor a la del octavo mes de 2021. La TIL1 considera, sin duplicar, a quienes son laboralmente vulnerables por la naturaleza de la unidad económica para la que trabajan, así como a las personas cuyo vínculo o dependencia laboral no reconoce su fuente de trabajo. Así, se incluye —además de la población que labora en micronegocios no registrados o sector informal— otras modalidades análogas, como las y los ocupados por cuenta propia en la agricultura de subsistencia, así como a quienes laboran sin seguridad social y cuyos servicios los utilizan las unidades económicas registradas.