Los cruces fronterizos a través de los puertos de Baja California crecieron 4.7 por ciento a tasa anual en el periodo enero-noviembre de acuerdo con cifras del Departamento de Aduanas de Estados Unidos. La cifra se ubicó en 94 millones 599 mil 274 para el flujo total; sin embargo, este registro fue menor al prepandemia, ya que en el mismo lapso del 2018 la cifra alcanzó los 102 millones 686 mil 425, esto es 7.5 por ciento por encima del 2023.

A pesar de este comportamiento, tres puertos de Baja California se ubicaron en el grupo de los diez con mayores flujos, de hecho San Ysidro-Tijuana encabezó con 44 millones 943 mil 830. En cuarto lugar se colocó Otay-Tijuana con 18 millones 526 mil 348 mientras que Caléxico-Mexicali se ubicó en la séptima posición con 14 millones 617 mil 27. Actualmente los cruces se han complicado desincentivando a los fronterizos que deben hacer esperas de hasta 8 horas, en el caso de Tijuana o 4 en Mexicali, aunado al crecimiento del comercio en línea que ha facilitado la compra de mercancías norteamericanas, incluso con precios más competitivos que yendo al comercio en Estados Unidos. A esto hay que agregar la pérdida de poder adquisitivo de los salarios en el Estado lo que no ha sido compensando con un dólar más barato. Ello sumado a factores como la pandemia, la crisis del 2009 y los ataques terroristas del 2001 han llevado a una pronunciada caída de los cruces que en el año 2000 casi tocaron los 117 millones, cifra que ya no se ha recuperado y por el contrario ha operado a la baja. Comparado el 2023 con el 2000 hay una reducción de 26 millones 547 mil 100 cruces. Queda claro que la dinámica fronteriza de las Californias está transformándose.