Ciudad de México, diciembre 12.- De acuerdo con el informe semestral del Banco de México, la economía mexicana mostró signos de debilidad en el segundo trimestre del año, con un crecimiento trimestral del PIB de apenas 0.4 por ciento, mientras que para el tercer trimestre, este indicador lo hizo en 1.1 por ciento. En este contexto la inflación general anual alcanzó 5.04 por ciento en el tercer trimestre debido a presiones en precios energéticos y agropecuarios, disminuyó a 4.55 por ciento en noviembre gracias a las medidas de política monetaria. Asimismo, Banxico advirtió sobre riesgos macrofinancieros que podrían impactar la estabilidad del sistema, como sorpresas en las condiciones financieras globales, tensiones geopolíticas, un posible deterioro en la economía nacional. También señaló el riesgo de ajustes inesperados en las calificaciones crediticias de emisores a nivel país relevantes. En cuanto al entorno internacional, la institución apuntó que la economía global ha mostrado resiliencia frente al proceso de desinflación. Sin embargo, persisten desafíos, especialmente para las economías emergentes, debido a la volatilidad en los mercados financieros y las tensiones comerciales. Los más recientes pronósticos del FMI para 2024 y 2025 indican un crecimiento estable del 3.2 por ciento de forma global, mientras que para México se anticipa un crecimiento más moderado de 1.5 al cierre de este año y de 1.3 por ciento en el siguiente. En el caso de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) también prevé una desaceleración, con expectativas de crecimiento de 1.4 por ciento en 2024 y 1.2 por ciento en 2025. El informe también detalla que la Junta de Gobierno de Banxico redujo la tasa de referencia en 25 puntos base en las últimas reuniones del año, situándola en 10.25 por ciento con el objetivo de estimular el crecimiento económico sin comprometer la meta de inflación. En tanto, espera que esta última sea del 3 por ciento en el cuarto trimestre de 2025. El peso mexicano, por su parte, enfrentó una elevada volatilidad y depreciaciones debido a factores globales e idiosincráticos. Sin embargo, Banxico enfatizó que los mercados financieros operaron de manera relativamente ordenada durante el periodo.