Por Mariela Tapia La situación económica de Baja California y las finanzas internas del gobierno estatal cayeron durante la administración de Jaime Bonilla Valdez, lo cual se derivó de la falta de planeación y de un débil manejo de las arcas, coincidieron expertos al participar en un panel organizado por LA VOZ DE LA FRONTERA. El analista financiero Víctor Ávalos Figueroa y el economista Roberto Valero Berrospe señalaron que el detrimento de la economía no se derivó únicamente por la emergencia sanitaria del Covid-19, ya que tampoco se implementaron políticas públicas para salvaguardar al Estado. GASTO SUPERA A INGRESO Ávalos Figueroa explicó que de acuerdo a los análisis que ha realizado el Observatorio Ciudadano de Baja California (ObserBC), durante los últimos cinco años el gobierno estatal ha gastado alrededor de 2 mil 500 millones de pesos más de lo que ingresaba de manera anual, por lo que del pasivo que recibió el ex gobernador Francisco Vega de Lamadrid de 11 mil millones de pesos, en cinco años creció a 21 mil millones de pesos. Esto fue a consecuencia de que el gobierno estatal ha pagado más intereses que en inversión pública. Si hubiera sido lo contrario, se hubiera logrado crear más empleos para la ciudadanía y más consumo, sin embargo, durante su gobierno hubo una mala distribución de los ingresos contra los egresos. “Cuando se gasta más de lo que me ingresa, lógicamente lo voy a deber, entonces si ese crecimiento en esa deuda me va a generar más gastos que al rato ya no lo puedo controlar; llegó un momento en que pagamos más de 1 mil millones de pesos al corto y largo plazo, ya no teníamos control de lo que estábamos gastando en intereses”. Exactamente, en el 2015 el Poder Ejecutivo tenía 17 mil millones de pesos en pasivos; en el 2019 cuando inició la gestión de Bonilla eran 25 mil 400 millones. Al corte de junio de 2021 se debían 24 mil 996 millones, por lo que se prevé que termine el año adeudando una cantidad muy similar. El también contador dijo que la acumulación de pasivo hace que la entidad no cuente con liquidez para afrontar sus compromisos financieros, ya que los reportes demuestran que se van saldando las necesidades en la manera en que va recibiendo recursos el Estado. “La dependencia económica que tiene el gobierno del Estado es 90% de recursos federales y 10% de los propios. Si recibimos 48 mil millones anuales, es un promedio de 4 mil millones mensuales y tengo una nómina de 3 mil y fracción, pues ya no me va alcanzar nada para hacer una operación”. PARTICIPACIONES Por su parte, Valero Berrospe destacó que el gobierno de Bonilla Valdez es el que más participaciones federales ha recibido en la historia, por lo que no le han faltado los recursos, siendo estos 78 mil millones de pesos de dinero de libre disposición, lo cual en su mayoría lo aplicó en gasto corriente. El panorama no es positivo para el ObserBC, pues de acuerdo a las proyecciones del mismo gobierno estatal, este año se espera un déficit financiero entre los ingresos y egresos de 3 mil 500 millones de pesos. “Vemos que en los últimos cinco años lo que más ha faltado es eso, una planeación financiera para que el Estado tenga solvencia”. A esto se suma que la nómina ha crecido con el paso del tiempo, sobre todo al interior de las paraestatales. Ávalos Figueroa refirió que las paraestatales son una parte importante de la problemática financiera, ya que suman 42 de las cuales cada una cuenta con sus propios pasivos y con una nómina sobrecargada. “En una empresa la administración no te debe costar más del 10, 15%; aquí estamos en 90% en esa nómina”. El analista puntualizó que si se suma el pasivo de todos los organismos autónomos, es decir, de los otros Poderes y las paraestatales al corte del 30 de junio de 2021, la deuda no solo son los 25 mil millones de pasivos mencionados, sino 41 mil 300 millones de pesos. De estos, 14 mil millones están en las paraestatales del ejecutivo. Uno de sus principales desaciertos es que, por ejemplo, los organismos operadores del agua en la entidad cuentan con un pasivo de 8 mil millones de pesos, por lo que tratar de ceder estos a los municipios, malamente la lógica del gobierno estatal es que con eso se elimina el problema. “Al fin de cuentas financieramente estamos generando un problema de solamente estar pateando el bote de una parte o para otro, nomás es cambiarle el nombre del deudor”. Otro ejemplo de una mala administración es la del ISSSTECALI. Esta paraestatal el año pasado pagó 7 mil millones de pesos en solo pensiones. Sin embargo, para el 2021 el instituto tenía proyectado un ingreso de 7 mil 200 millones de pesos, lo cual es poco presupuesto en relación a lo que va proyectaba egresar. Igualmente, el ISSSTECALI tiene registrados de manera generalizada “otros pasivos” a corto plazo por la cantidad de 1 mil 840 millones de pesos, cuando solo le quedan por ejercer 329 millones para pensiones entre julio y diciembre. “Como que van resolviendo los problemas conforme se van presentando, sin una planeación”.