Nueva York, Estados Unidos, agosto 8 (The Wall Street Journal).- Las exportaciones de China al resto del mundo se desplomaron en julio, lo que ofrece nueva evidencia de que el agotamiento de la demanda occidental está perjudicando los intentos de Beijing de reactivar el crecimiento. El empeoramiento de las tensiones geopolíticas entre Beijing y Occidente también ha llevado a algunos fabricantes occidentales a reducir su dependencia de la cadena de suministro de China. Las débiles cifras en China y otras partes de Asia sugieren que la desaceleración del crecimiento global está comenzando a ser más fuerte. Los envíos al extranjero desde China cayeron un 14.5% en julio respecto al año anterior, la caída interanual más pronunciada desde febrero de 2020, según la Administración General de Aduanas de China. Las exportaciones de China a EU y la UE se desplomaron más de un 20% cada mes. No obstante, los envíos chinos a Rusia se dispararon 52% en julio. Las importaciones chinas también cayeron más de lo esperado en julio, cayendo un 12,4 % en comparación con el año pasado, frente a la caída del 6,8 % de junio. Los últimos datos también muestran que China está al borde de caer en deflación, un escenario que muchos temen podría arrastrar a la economía a una espiral descendente. En unas horas, China tiene previsto publicar los datos mensuales de inflación. Los economistas dicen que la última serie de datos económicos débiles probablemente impulsará a Beijing a considerar más medidas de estímulo.