Roma, Italia, enero 6.- El índice de precios de los alimentos, que elabora mensualmente la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y que recoge la evolución en todo el mundo, cerró el año pasado con un aumento del 28,1 por ciento, su nivel más alto en una década. En 2021 en su conjunto, el índice alcanzó un promedio de 125,7 puntos, lo que representa 27,6 puntos (un 28,1%) más que el promedio del año 2020, con todos los subíndices situándose en un promedio marcadamente superior al de ese año. Todos los subíndices (cereales, aceites vegetales, lácteos, carne y azúcar) tuvieron las mayores alzas en muchos años, de acuerdo con las cifras publicadas este jueves por el organismo. Diciembre, sin embargo, corrigió parcialmente el rumbo de los meses anteriores: el índice de la FAO cerró con un ligero descenso del 0,9% respecto a las cifras del mes precedente, fundamentalmente gracias a la moderación de los aceites vegetales y el azúcar. Con todo, Abdolreza Abbassian, economista de la FAO, avisa de que “el elevado coste de los insumos, la pandemia y la creciente incertidumbre climática dejan poco margen para el optimismo”. Todo, subraya en la nota difundida por la agencia de las Naciones Unidas, “a pesar de que normalmente los precios altos dan lugar a un aumento de la producción”. BAJA TRIGO Y SUBE EL MAIZ En diciembre disminuyeron los precios del trigo para la exportación como resultado del aumento de los suministros tras las cosechas en el hemisferio sur y de la desaceleración de la demanda. Sin embargo, subieron los precios del maíz, sostenidos por la fuerte demanda y la preocupación suscitada por la persistente sequedad en el Brasil. Por otra parte, el índice de precios de la carne de la FAO alcanzó un promedio de 107,6 puntos, lo que supone un aumento de 12,1 puntos (un 12,7 %) respecto de 2020. Entre las distintas categorías, la carne de ovino registró el aumento de precios más acusado, seguida de las carnes de bovino y aves de corral, mientras que los precios de la carne de cerdo disminuyeron ligeramente. Mientras tanto los lácteos (leche, leche en polvo, mantequilla y queso) subieron casi un 17% arrastrados por una demanda al alza —en especial, la procedente de Asia— y unas exportaciones limitadas en los principales países productores.