Roma, Italia, marzo 3.- Los precios mundiales de los alimentos bajaron ligeramente en febrero, pero el del azúcar alcanzó su nivel más alto en seis años, informó este viernes la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). El índice, que sigue la evolución de los precios internacionales de una cesta de productos básicos, bajó 0,6 por ciento desde su nivel de enero. El descenso del índice, que muestra la variación mensual de los precios internacionales de los productos alimenticios más comercializados, reflejó caídas de las cotizaciones de los aceites vegetales y los productos lácteos que compensaron con creces un acusado incremento de los precios del azúcar. El Índice de la FAO para los precios de los cereales se mantuvo prácticamente igual que en enero. Los precios internacionales del trigo aumentaron ligeramente durante el mes, pues las preocupaciones sobre las condiciones de sequía en los Estados Unidos de América y la robusta demanda de suministros de Australia fueron contrarrestadas en gran medida por una fuerte competencia entre exportadores. Los precios internacionales del arroz bajaron un 0,1 % debido a la ralentización de las actividades comerciales en la mayoría de los principales países exportadores de Asia, cuyas monedas también se depreciaron frente al dólar de los Estados Unidos. El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO cayó un 3,2 % en comparación con enero, y los precios mundiales de los aceites de palma, soja, girasol y colza también descendieron. El Índice de la FAO para los precios de los productos lácteos cayó un 2,7 % durante el mes, y las cotizaciones internacionales de la mantequilla y la leche desnatada en polvo registraron los descensos más acusados. El índice de precios de la carne de la FAO también permaneció casi sin cambios con respecto a enero. Los precios mundiales de la carne de aves de corral siguieron descendiendo en un contexto de abundantes suministros para la exportación, a pesar de los brotes de gripe aviar registrados en varios de los principales países productores, mientras que los precios de la carne de cerdo aumentaron, debido principalmente a las preocupaciones en relación con la escasez de disponibilidades exportables en Europa. Por el contrario, el índice de precios del azúcar de la FAO se incrementó un 6,9 % en comparación con enero, alcanzando su nivel más alto en seis años, debido sobre todo a la revisión a la baja de la previsión de la producción para 2022-23 en la India, así como el descenso de los precios internacionales del crudo y el etanol en el Brasil. Perspectivas iniciales de producción para las cosechas de trigo de 2023 En su nota informativa sobre la oferta y la demanda de cereales, también publicada el viernes, la FAO dio a conocer su previsión inicial sobre la producción mundial de trigo en 2023, prediciendo una producción mundial resultante de 784 millones de toneladas, lo cual constituiría la segunda cosecha más alta registrada, aunque inferior a la del año anterior. Se espera una producción abundante en América del Norte, pues los agricultores han incrementado la superficie cultivada en respuesta a los elevados precios de los cereales. En los países del hemisferio sur, las perspectivas de producción para las cosechas de cereales secundarios en 2023 son en general favorables, y se prevé que las siembras totales de maíz en el Brasil aumentarán hasta alcanzar un nivel récord. La FAO también ha revisado al alza su previsión de la producción mundial de cereales en 2022 hasta situarla en 2 774 millones de toneladas, un valor que sigue siendo un 1,3 % inferior al de 2021. Se prevé que la utilización mundial de cereales en 2022-23 se sitúe en los 2 780 millones de toneladas, lo cual supone un descenso del 0,6 % con respecto a la campaña anterior, algo que se debe en gran medida a una contracción anticipada de la utilización de todos los cereales secundarios principales. La FAO prevé que las reservas de cereales mundiales que finalizan en 2023 descenderán un 1,2 % respecto de sus niveles de apertura, lo cual supone una reducción que las situará en 844 millones de toneladas, ya que se espera que los descensos previstos de las reservas de cereales secundarios y, en menor medida, de arroz compensen una acumulación prevista de existencias de trigo. Según las nuevas previsiones, la relación entre las reservas y la utilización de cereales a escala mundial se mantendría en un 29,5 %, lo que se considera un “nivel cómodo en general”. Según las previsiones, el comercio de cereales se contraerá un 1,8 % hasta situarse en 473 millones de toneladas.