Publicado el 14 may. 2021
por Luis Levar
- Economía
A medida que se estanca la economía estatal, su dependencia de los recursos procedentes de Estados Unidos se ha acentuado a niveles preocupantes, sobre todo cuando se trata de dinero que apoya a los hogares ante la ineficiencia de los programas del gobierno, fortaleciendo la economía parasitaria de Baja California, señala un análisis del Centro de Estudios Económicos de Baja California.
El término economía parasitaria se refiere a la distorsión económica que resulta de la dependencia de otra economía para satisfacer las demandas internas, de allí parte la analogía con los parásitos, organismos que viven a costa de otros para sobrevivir.
En el caso de Baja California este adjetivo de economía parasitaria deriva de dos situaciones: la ausencia de una estrategia de desarrollo económico, con lo que se tiende una cortina de humo que por otra parte, esconde la carencia de acciones para impulsar el desarrollo o para ser más precisos hay un divorcio entre crecimiento y desarrollo.
Si bien se reconoce la vinculación histórica con la actividad económica de la Unión Americana, sobre todo con California, hoy tenemos una dependencia enfermiza que nos llevó a lo que decimos: economía parasitaria.
Los principales canales de alimentación se dan por los siguientes rubros:
Captación de remesas familiares
Ingresos vía los residentes de BC ocupados legales en EEUU
Abuso del tipo de cambio en la oferta de bienes y servicios a costa de castigar a los consumidores locales
Ausencia de grandes inversiones locales abusando de los capitales externos
Esto esconde una entidad empobrecida con un oscuro manejo de las finanzas públicas.
Así, durante los últimos 20 años crecieron los flujos directos a los hogares vía remesas y los residentes ocupados legales en Estados Unidos, aunque mucho de estos últimos ya optaron por emigrarse definitivamente a la Unión Americana.
De esta manera el dinero de las remesas tienen casi una década superando a la captación de inversión extranjera directa nueva y de hecho la IED nueva representó solamente el 10% de las remesas captadas en 2020.
La situación ha llegado a tal nivel que las remesas y lo captado por los ocupados legales sumó en 2020 más de 80 mil millones de pesos, el equivalente al 15.5% del Producto Interno Bruto estatal.
Asimismo, en el periodo de 2003 a 2020 que es el registrado por el Banco de México, Baja California tuvo el mayor crecimiento porcentual nacional en captación de remesas con 769.7 por ciento comparando 2020 con el 2003.
Esto se tradujo en un crecimiento de más de mil millones de dólares con respecto a lo recibido casi dos décadas atrás.
Finalmente, Tijuana se ubicó como la ciudad que más recibe a nivel nacional (626 millones de dólares), algo que de ninguna manera es para enorgullecerse y sí para preocuparse, mientras Mexicali registró en 2020 el mayor aumento porcentual.
Cabe recordar que los apoyos del gobierno de Estados Unidos a las familias dieron un fuerte empujón a las remesas en 2020 y dado su efecto multiplicador en la economía estatal, pudimos ver a sectores del comercio y servicios que han podido sobrevivir a la pandemia a pesar de la ausencia de apoyos del gobierno del Estado.