Se fue Jaime Bonilla, el peor gobernador de la historia, pero el daño está hecho y entregó a Marina del Pilar un Estado hecho pedazos con los peores indicadores económicos de la historia y no precisamente por la pandemia. El Producto Interno Bruto, que ya venía mal, Mario Escobedo, su operador “económico” , se encargó de hundirlo más producto de la ausencia de un plan de crecimiento y desarrollo, acompañado de una feroz campaña antiempresarial. Los resultados son un PIB para dos años y medio de menos 1.2 por ciento, cierre de casi 16 mil empresas formales, la salida de inversión extranjera directa por más de 720 millones de dólares de acuerdo con las cifras revisadas de la Secretaría de Economía; un disparo de la miseria salarial que llevó los ocupados con 2 Salarios Mínimos a su máximo histórico con un aumento de 154 mil 433 en detrimento del decrecimiento de los de 5 y más Salarios Mínimos y por agregado un disparo, también a nivel récord, de los ocupados informales hasta 696 mil 960. Un avance de la pobreza también a niveles históricos con casi un millón de bajacalifornianos en esa condición. Mucho debe agradecer a las remesas, también en niveles históricos, que no se haya hundido más la economía. Su gran mérito, el manejo de la utilidad de la pobreza que llevó con engaños y migajas a los más pobres de Baja California a las urnas para que ganara Morena. Por eso lo reconocen, pero recordemos que el dinero es finito y si Marina del Pilar no hace un trabajo de altura, no nos extrañe que en seis años el Estado reviente.

Por lo pronto este domingo Marina rindió protesta como nueva gobernadora en medio de toda la parafernalia que les gusta a los políticos. Con un discurso eminentemente político no podía faltar que dijera “"En mi gobierno primero los más necesitados. Como dice nuestro presidente: por el bien de todos, primero los pobres" y vaya que tendrá a muchos pobres que atender en el Estado, la gran pregunta es de dónde sacará dinero. Habló del papel de las mujeres, de erradicar la corrupción de la vida pública; habló de “que en la política nacional hay una nueva generación de mujeres y hombres con pasión y compromiso por transformar a México, basándose en los principios de honestidad y buen gobierno”, en medio de numerosos signos de interrogación que recordaron los múltiples señalamientos de corrupción al gobierno federal. También confirmó que va crear la Secretaría de Seguridad Ciudadana, regresará la Secretaría de Turismo; habrá Secretaría de Pesca y Acuacultura, la Secretaría de Inclusión y la Secretaría de Medioambiente, entregando dos iniciativas en ese sentido al Congreso del Estado.

Todo ello, repetimos, rodeado por palabras huecas, expresiones cargadas más de buenas intenciones que de realidades, que construyen el discurso del político actual, ese que evade la realidad y busca primero cumplir con sus compromisos personales. En este sentido Marina no es diferente de otros políticos que gobernaron en el Estado También continúa sin hablar de la demografía y si no se asoma a la nueva conformación poblacional del Estado, cualquier esfuerzo va a fracasar. Con una población en franco envejecimiento, unos trabajadores que ya tocaron los 40 años en promedio y un escenario migratorio desfavorable hay que recordar que el dinero que ejercerá viene de los impuestos y lamentablemente ya se puso a repartirlo, antes de saber siquiera lo que tendrá. Además, la segunda mitad de su periodo lo va a transitar sin López Obrador. La moneda está en el aire.