Entre el petate del muerto y la guerra populista de los políticos, la realidad estadística surge y muestra nuevamente que hay que tener mucho cuidado con el bla, bla, bla de la politiquería. Y es que durante enero de este año las deportaciones de mexicanos por Baja California cayeron 44.9 por ciento contra igual mes del 2024. Con apenas 2 mil 756, se trata de la menor cifra desde el año 2022, cuando se registraron 10 mil 94 deportados. En notas anteriores se advirtió que era más el drama de los políticos bajacalifornianos que la realidad y así quedó de manifiesto con el reporte de acuerdo con la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación. Se armó todo un circo para concentrar a los deportados, hasta algunos sectores empresariales salieron que estaban listos para contratarlos, etcétera. La realidad es que la tendencia bajista se mantuvo. Por Mexicali apenas sumaron 363, el 61.1 por ciento menos que en 2024 y por Tijuana la cifra se ubicó en 2 mil 393. Tal como se anticipó, Tamaulipas fue el principal receptor con 4 mil 182; luego Sonora con 3 mil 31 y el aeropuerto Felipe Ángeles al cual por fin le encontraron utilidad, recibió a mil 761. Seguiremos esperando las multitudes que enviaría Trump.