La fortaleza del ‘superpeso’ mexicano, que acumula una apreciación de 24 por ciento frente al dólar estadounidense en los últimos dos años está golpeando fuertemente a la economía de la frontera norte de México, especialmente en Baja California, con impactos en las fábricas y la pérdida de clientes en los comercios locales. El tipo de cambio Fix, fijado por el Banco de México, promedió en agosto de este año 16.98 pesos por dólar, lo que comparado con igual mes del 2022 representa un apreciación del 15.6 por ciento para la moneda mexicana. Comparado contra diciembre el avance es del 13.4 por ciento, pero con respecto al mes de agosto del 2020 es un impresionante 23.6 por ciento. Lo anterior se ha traducido en menos ingresos en pesos por remesas, menos flujos por los ingresos de los residentes ocupados legalmente en Estados Unidos, pero además está golpeando áreas estratégicas del aparato macroeconómico. En primer lugar está la industria maquiladora que requiere cada vez más dólares para cubrir sus gastos y pagar los salarios en pesos a sus trabajadores, aunque también enfrentan un encarecimiento de insumos. Por el lado del comercio, sus ventas de productos y servicios a clientes del mercado norteamericano se han traducido en un encarecimiento para ellos al recibir menos pesos por sus dólares y al mismo tiempo, quienes se los ofrecen están teniendo menos ingresos para solventar su aparato comercial. Una inflación que continúa sin ser contenida, ha derivado en tasas de interés históricamente altas que han atraído capitales para inversión en instrumentos del gobierno, además de los fuertes ingresos por inversión extranjera en los estados de El Bajío, en Nuevo León y Coahuila, que concentran la mayor parte del llamado nearshoring.