Catar, Doha, noviembre 20.- Doce años después de que la FIFA anunciara que el torneo de fútbol más grande del mundo se jugaría en el Medio Oriente por primera vez, la Copa del Mundo de Qatar finalmente está aquí. El país anfitrión, sumido en controversias relacionadas con sobornos, mala gestión presupuestaria y abusos de los derechos humanos, espera más de un millón de turistas durante el torneo de un mes de duración. Qatar, un pequeño país con menos de 3 millones de habitantes, al principio no tenía la infraestructura para manejar esta afluencia. Pero durante la última década, construyó carreteras, agregó habitaciones a sus inventarios de hoteles y apartamentos, y arregló los aeropuertos existentes mientras se preparaba para reabrir los antiguos. Para hacer todo esto, ha gastado más que cualquier otro país anfitrión de la Copa del Mundo, no por poco, sino por cientos de miles de millones de dólares. El costo estimado de la Copa del Mundo de Qatar es de 220 mil millones de dólares.Hasta ahora, el más caro fue el torneo de Brasil de 2014,que costó apenas 15 mil millones de dólares.

VISIÓN MÁS ALLÁ DEL MUNDIAL El gasto disparatado de Qatar también está alineado con la Visión Nacional de Qatar 2030 más amplia, un plan diseñado para mejorar tanto el nivel de vida del país como sus relaciones internacionales. Según Bloomberg Intelligence, Qatar ha gastado 300 mil millones en proyectos de infraestructura, incluidas expansiones de carreteras y mejoras de aeropuertos, que durarán años. Sin embargo, la gran inversión que está llamando la atención son los 6,500 millones de dólares gastados en los estadios. El Lusail Stadium, el último y más grande, albergará la final y tendrá capacidad para 80 mil espectadores. Para un país tan pequeño, estos estadios se volverán rápidamente redundantes , sobre todo porque el equipo de fútbol más exitoso de Qatar, Al-Sadd, que juega en la Liga de las Estrellas de Qatar, tiene un promedio de 1.500 espectadores locales en Doha, según el Daily Mail. El segundo equipo más popular , Al-Rayyan, no atrae multitudes de ni siquiera 1,000 personas. Con datos de Quartz y Bloomberg.