“Gobierno federal destruye todo en torno a la protección de la vaquita marina”; pescadores critican falta de soluciones para el Alto Golfo

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Por Ana Lucía Hernández San Felipe, Baja California, marzo 13.- Sin propuestas concretas para ayudar a las comunidades pesqueras de Baja California y Sonora; y con planteamientos que destruyen todo el camino avanzado para la protección de la vaquita marina, terminó la reunión de dos horas que integrantes del gobierno federal tuvieron ayer con líderes pesqueros, ambientalistas y expertos en temas del Alto Golfo de California. “La actual administración está yendo hacia atrás y destruyendo todo lo que se ha construido en torno a la protección de la vaquita marina. En las últimas reuniones se ha planteado la reducción del polígono de la vaquita. Ese polígono representa un hábitat potencial e histórico para la especie, no fue al azar. Las vaquitas no viven en un corral, no saben en dónde sí están protegidas y dónde no”, aseguró Alejandro Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica. Líderes pesqueros se dicen preocupados por las consecuencias que esta medida podría ocasionar: “La secretaria de Semarnat asegura que al ser un espacio más reducido habría mejor vigilancia, está bien, pero habrá que valorar cómo va a ser tomado por la comunidad internacional y por las ONG’s que han presionado al gobierno mexicano para salvaguardar a la vaquita marina”, afirma Carlos Tirado, líder de pescadores en el golfo de Santa Clara, Sonora. Las autoridades proponen, además, abrir el viejo debate sobre la responsabilidad de Estados Unidos en la extinción de la especie. “Están poniendo a consideración la falta de agua del río Colorado y las actividades mineras pudieran ser causa de mortandad de la vaquita, parece una reunión que se hubiera dado hace una década, cuando hoy hay evidencia científica suficiente para determinar que donde muere la vaquita es en las redes agalleras de totoaba, principalmente”, agrega Alejandro Olivera, en entrevista con Latinus. La gran amenaza de la vaquita marina es la pesca ilegal de totoaba. Ambas especies son de tamaño y peso similar, por ello quedan atrapadas en las mismas redes. Los pescadores furtivos extienden en el mar mallas de hasta un kilómetro de largo que funcionan como muros. La pesca ilegal de totoaba es el primer eslabón de un negocio internacional y multimillonario. El tráfico de la vejiga natatoria, o buche, llega hasta China, donde algunas personas le atribuyen poderes curativos y llegan a pagar hasta 100 mil dólares por una sola pieza. La captura desmedida de totoaba ha provocado la alarmante disminución de ejemplares: la mayoría de las vaquitas marinas que se han encontrado muertas estaban atrapadas en redes que son utilizadas por el crimen organizado para la pesca de totoaba. Comunidades pesqueras en el olvido “Pedimos que en la próxima reunión del 19 de marzo tengamos la oportunidad de presentar el tema del sector pesquero. No podemos seguir de reunión en reunión, de discurso en discurso, necesitamos una solución para regresar al bienestar social”, afirma Carlos Tirado, líder de pescadores en el golfo de Santa Clara, Sonora. A los líderes pesqueros de la zona les preocupa que el gobierno federal insista en que ocupen redes como la llamada “suripera” durante la temporada de camarón. Aseguran que ese es un intento fallido del sexenio de Enrique Peña Nieto que el actual gobierno quiere desempolvar a falta de propuestas. “Esa arte de pesca no es factible, no se puede desarrollar en la zona, ya se comprobó”, dice Tirado. “Quieren imponer esas redes cuando no sirven. Inapesca no tiene ninguna opción, entonces lo que están haciendo es sacar lo que se hizo en años anteriores para tratar de renovarlo por la presión que tienen”, asegura Ramón Franco, líder de pescadores en San Felipe, Baja California. “Tengo aquí en mi mano una bitácora de una panga que salió ayer con la suripera, regresó con seis camarones azules y dos camarones caquis, esa fue la pesca del día de ayer, cuando otra panga que salió con redes trajo sus 15, 20 kilos”, agrega. Los representantes de las comunidades pesqueras aseguran que lo más urgente es que el gobierno de México intervenga para que se levante el embargo de productos de la zona. “Volvemos al problema de origen, aunque sirviera la suripera, de qué nos sirve si no podemos exportar el camarón. Aquí tiene que haber un paquete de soluciones que garantice la protección a la especie, pero también la calidad de vida a las comunidades pesqueras”, afirma Carlos Tirado. Alejandro Olivera asegura que “esta situación es desafortunada, más cuando hay una sanción por parte de Estados Unidos, hay un embargo a varios productos pesqueros del Alto Golfo de California; y México no ha logrado hacer nada para levantar el embargo, pareciera que no les preocupa”. Ramón Franco pide a las autoridades concretar soluciones: “el fondo del problema que tenemos en el Alto Golfo son dos cosas: una, la pesca ilegal y dos, la prohibición de las redes. No encuentro el sentido de otros temas que quiere abordar el gobierno. (…) El retroceso comenzó desde que entró este gobierno, cuando dijo `señores, se acaba la compensación, ustedes van a pescar´. Fue muy bonito el discurso pero fue un engaño”, concluye.